'El Caballero Oscuro: la leyenda renace'
El Caballero Oscuro: la leyenda renace es mucho más que un filme de superhéroes. La tercera y última de las aportaciones del realizador británico Christopher Nolan (Memento, Origen) al mito del enmascarado de la editorial DC llega en medio de unos niveles de expectación que trascienden lo meramente cinematográfico. La película que vuelve a protagonizar Christian Bale es, en efecto, uno de esos fenómenos dignos de estudio por parte de expertos en sociología y marketing. En cuanto a los periodistas de cine, que tenemos un poco de todos ellos y unos cuantos pájaros más de la cuenta en la cabeza, no nos queda más que quitarnos el sombrero ante Christopher Nolan, el único director que ha sabido llevarse el material ajeno de los cómics a territorio propio, por mucho que Batman y Nolan, Nolan y Batman, parecieran hechos el uno el otro desde el principio: estoy seguro que los propios cómics no han vuelto a ser exactamente iguales después de la llegada del director, por mucho que los fans más acérrimos les moleste pensar en esos términos.
En La leyenda renace, Nolan ha potenciado, más si cabe, la seriedad del personaje y lo ha llenado de pretensiones no ya filosóficas, sino psicológicas, sociales y hasta políticas, algo que ya estaba presente en algunas de sus mejores aventuras del personaje en el papel. El cierre de su particular trilogía es un filme tan oscuro, gratuitamente complejo y a la vez épico como cabría esperar, y está bastante lejos de la colorida imaginería pop que le presuponemos a una cinta de superhéroes. En su ADN, todo ello se combina con los giros y revelaciones del puro thriller psicológico que Nolan parece llevar marcado a fuego en su retorcida mente. El autor inglés, en definitiva, parece utilizar la mitología del superhéroe para introducir sonoras digresiones sobre el Bien, el Mal y la naturaleza del miedo, esta vez en torno a una acertada variación política y sobre la anarquía social muy propia de los momentos que atravesamos.
No obstante, La leyenda renace es un filme menos redondo que El caballero oscuro, su precedente directo. En esta ocasión, existe una leve impresión de fatiga narrativa, y la necesidad de Nolan de verbalizar en boca de sus personajes todo aquello que su cámara visualiza le lleva de nuevo a caer en la sobreexposición, sin que existan esta vez coartadas tan poderosas como en la anterior cinta de la serie o la estimulante Origen. Algunos de sus modismos aparecen esta vez más forzados o ingenuos (el evocador discurso de Alfred, que Nolan recupera en el desenlace de forma apropiada, entre otros detalles), y el villano Bane y la relativa sorpresa final que oculta no resultan tan evocadores como Joker y Dos Caras. La determinación de Nolan de anclar los pies en cierta realidad reciente resta poder a la alegoría que representa, por mucho que le ayude a completar una trilogía de una riqueza temática abrumadora. La leyenda renace carece de la acción de Batman Begins y de la increíble solidez interna de la retorcida El caballero oscuro.
Pero no se vayan todavía. De alguna manera, decimos, La leyenda renace no alcanza la perfección de la anterior cinta, en la medida que tarda más en arrancar, adentrándose en territorios morales, políticos y sociales menos agradecidos y más difíciles. Pero cuando lo hace es todo un misil. Una decisión hasta cierto punto deliberada por parte de Nolan, en la medida que esta vez nos presenta a un Bruce Wayne aplastado por la vida, en un escenario apocalíptico, que tardará toda una película en alzarse. Y pese a que la acción es más débil que en las anteriores, las aportaciones de Anne Hathaway y –sobre todo- el espléndido Joseph Gordon-Levitt –de cuyo personaje no diré nada de nada- sólo pueden ser calificadas de triunfales.
La película, en definitiva, va creciendo progresivamente en intensidad hasta literalmente estallar en un largo climax que a un servidor, sin venir a cuento, le recordó en su extensión y modulación al de Aliens: el regreso, aquella joya del cine firmada por James Cameron. Ese retraso parece ser, en manos de Nolan, un elemento más para debilitarnos como espectadores y luego recompensarnos. En este sentido, la sensación de conclusión de La leyenda renace es capaz de satisfacer al más exigente, pese a los defectos de la cinta: el cúmulo de confidencias finales que el realizador desenreda en un epílogo a lo Origen, reubicando la mitología del cómic como a él le viene en gana, tiene la capacidad de poner al público en pie, cuando no de romper en aplausos.
Solo una corrección: Nolan no es norteamericano, es inglés
Así da gusto, perfecto adelanto para ver la peli. CHRONICLE (2012) Josh Trank, otra de superhéroes, pero desde otro punto de vista. http://cinemelodic.blogspot.com.es/2012/07/critica-chronicle-2012.html
La peli me ha gustado muchísimo, pero hay que perdonarle muchas cosas que a las anteriores no había que perdonarles. No puedo comentarlas para no revelar nada a quien no la haya visto, pero hay ciertas actitudes en los personajes o sucesos en la película que no resultan para nada razonables. Por ejemplo, y no creo desvelar nada significativo, la carga policial en el ayuntamiento. Quienes la hayan visto supongo que me entenderán, pero es que no tiene sentido cómo se hace y lo que sucede. Me parece que las casi tres horas se le quedan cortas a Nolan para justificar muchos detalles de la trama. Por lo demás, me ha gustado mucho y me parece un final muy acertado a la trilogía.
Gran comparación con esa obra maestra que es ALIENS. Esa película de Cameron, como el SUPERMAN de Donner, se inicia de forma lenta para llevar una progresión extraordinaria. ALIENS cogió la misma idea que el ALIEN original de Scott, y Nolan confesó tener como referente a la cinta de Donner. Las mejores películas de este tipo son la que tienen esa estructura, que son capaces de detenerse en los personajes y su progresión sin prisas y con seguridad. Esto no significa que en algún caso pueda desembocar en ciertos baches, pero suele resultar tremendamente satisfactorio.
A mí el tempo de la película de Nolan me gusta mucho. Sin prisa, sin buscar una secuencia que impacte cada quince minutos. Wayne mucho más protagonista que Batman. Creo que es lo que requería este cierre de la trilogía, y también las dos anteriores seguían ese desarrollo tranquilo. Es cierto que a mí otras dos horas más de película no me hubieran estorbado, soy pelín flipado me temo.
Exactamente PBL tenemos la misma sensibilidad en esto jejeje.
Bueno, a mi la peli me ha dejado frío. Va despacio y aumentando la tensión, pero para mi gusto las situaciones se van resolviendo de una forma absurda y poco satisfactoria. Bane es un malo carente de personalidad (sólo tiene una voz con eco), porque es como Charles Manson, con esbirros que son marionetas en sus manos, pero no se atisba cómo puede ser eso posible, al contrario de lo que ocurría con el joker. El desenlace sorpresa final ya se veía venir desde la mitad de la peli y no aporta nada más que el buscar una sorpresa porque sí. Bueno, no es que me aburriera, pero una trama delirante y unos personajes que no son para nada creíbles (Wayne/Batman tiene la personalidad de un niño malcriado de 4 años) restan mucho. Además poca acción, poco espectacular y como obligada. Saludos.
Me pareció una película excelente, al nivel de las dos anteriores. Por otro lado no entiendo que haya tanto cinéfilo que pretenda que Batman sea el Padrino. Es una película de superhéroes, no una película para cinéfilos. Batman ha demostrado en todas sus películas, incluidas las 2 primeras de Burton, y la tercera (la cuarta es más discutible) que está a mayor nivel que las películas de superhéroes, sin dejar de ser uno de ellos. Sin embargo, Spiderman, que era mi comic favorito, eligió mal a Peter Parker, que no era desde luego el niñato que representa el actor, y ha conseguido que no vaya al cine desde que vi la primera. Batman está por encima de todos los cinéfilos, que no entienden la esencia del personaje, del superhéroe sin poderes, paradigma de la autosuperación.
Hola Juanma Reconozco que la peli no está nada mal. De hecho, tiene mucho mérito elaborar un espectáculo tan complejo, con tanto personaje y tanta trama secudaria. El único defecto que yo resaltaría es el de las tres películas en su conjunto: Batman es una pieza más de la trama, no la trama en sí. Así, pasan de puntillas por sus historias de amor, por sus recuerdos y por su propia personalidad, lo que - a mi modo de ver - resta encanto y credibilidad a la historia (al contrario que Spiderman o Thor, por ejemplo). Dicho esto, la película es un espectáculo digno e interesante, que hace que dos horas largas fluyan como la corriente que salvó al jefe de policía (que gran Gary Oldman, y qué bien que le den papeles respetables, y no de cabrón, loco, hijo de Satanás...). Voy a intentar enmendarme, y no recomendarte más cosas, pero no puedo evitar mencionar otra peli que me ha encantado recientemente: "Almanya - Bienvenidos a Alemania". Yo la asocio con "Pequeña Miss Sunshine", por el retrato que hace de la familia y lo hermoso que es pertenecer a una donde sus miembros se quieran y estén unidos, sin dejar de contar una historia cómica y auténtica. Un ejemplo de cine solvente europeo, que mira de tú a tú a las mejores historias norteamericanas. Y nada, a ver qué depara "Prometheus"...
Yo sí que aplaudí. Y eso que a mí tampoco me parece tan perfecta como El Caballero Oscuro. El problema con Bane es que al principio, cuando parece un malísimo-destroyer sin motivación aparente, al estilo de Joker, no acaba de funcionar porque no es Joker. Y luego, cuando se descubre por qué hace lo que hace (en esa escena en el ayuntamiento, casi al final), a mí personalmente me dejó un poco fría. Como sorpresa funciona muy bien, pero hace que parte de la trama parezca un poco de folletín, y aunque me encantan los folletines, en esta película no me pega. No puedo estar de acuerdo con los que dicen que tiene poca acción. De hecho uno de los méritos es que las peleas, persecuciones y explosiones no rompen el ritmo de la historia, cosa que suele pasar en casi todas las pelis de superhéroes. Y me encanta el final.