'El Gran Gatsby', Leonardo DiCaprio levanta un filme mediano
Francamente, menospreciar los excesos de El Gran Gatsby, la nueva película del australiano Baz Luhrmann, sería una labor un poco inútil, además de bastante aburrida de escribir. Al fin y al cabo, el director de Romeo + Julieta, Australia y Moulin Rouge siempre peca de lo mismo, y al igual que otros realizadores como el californiano Michael Bay, parece enfatizar sus rasgos según sus enemigos gastan energía en atacarle.
Porque digámoslo claro: El Gran Gastby, nueva adaptación de la novela de F. Scott Fitzgerald que en 1974 llevó a la pantalla el británico Jack Clayton, con Robert Redford y Mia Farrow en los papeles protagonistas (aunque también en 1949, en una cinta dirigida por Elliott Nugent y protagonizada por Alan Ladd) es una película 100% Luhrmann: un carnaval excesivo, ruidoso, exuberante, un armatoste brillante que, como la propia existencia de sus protagonistas, parece querer resquebrajarse en cuanto disminuye un poco la energía.
Ciertamente, esta vez avisos de lo peor no nos faltaban. Su estudio, Warner Bros, retrasó su fecha de estreno de finales del año pasado a la presente temporada de verano, unas fechas menos propias para un filme adulto como el que nos ocupa. Los datos de los analistas preocupaban, pero su omnipresente campaña publicitaria y la necesidad de títulos de esta índole han logrado capturar la atención del público del otro lado del charco: en su estreno en territorio doméstico, coincidiendo con el fin de semana del Día de la Madre, El Gran Gatsby se hizo con unos excelentes 52 millones de dólares (la mayoría provenientes de su exhibición en 2D, con las entradas más baratas).
La película comienza presentando al personaje de Tobey Maguire, de regreso a las grandes producciones tras un largo impasse iniciado con Spider-Man 3, y en el que retoma la senda de excelentes largometrajes como Las normas de la casa de la sidra. Él es Nick Carraway, un joven llegado del Medio Oeste de Estados Unidos hasta Nueva York, en plena primavera de 1922, donde aterriza sólo para vivir al lado de la mansión del vividor Jay Gatsby. Un hombre tan deslumbrante como enigmático pero que esconde secretos de todo tipo.
A través de la mirada inocente (aunque no tanto) de Carraway, Luhrmann nos descubre un teatro de las vanidades, una fiesta en la que sus invitados viven la vida entre números musicales y botellas de champán, y que en su primer tercio parece criticar abiertamente cierto libertinaje económico demasiado reciente. Luhrmann, lo sabemos, se muestra tan fascinado como crítico con esos excesos. El realizador llena la película de tal cantidad de imágenes brillantes, ostentosas, y por qué no decirlo, virtuosas, que la contemplación de El Gran Gatsby se convierte en una experiencia necesaria, ya sea en 3D como en 2D.
Otra cosa es la sensación de fatiga propia de las películas del australiano, que parecen desfallecer casi igual que una fiesta en la madrugada, justo cuando no puede mantener su exaltación emocional. El Gran Gatsby es, al fin y al cabo, una minúscula historia de amor casi adolescente pero emperifollada hasta las cejas, y su misterio último es tan íntimo y personal que el viaje de descubrimiento de Carraway, personaje que se beneficia de la habilidad de Maguire de hablar con la boca cerrada, apenas puede disimular el enorme bajón que experimenta el tercer acto de la cinta… el más oscuro y desolador de todos los filmados por Luhrmann.
Pero antes, la película también reserva la mejor presentación de un personaje protagonista vista en el cine reciente. La aparición de Leonardo DiCaprio como Gatsby sucede pasados los treinta minutos de largometraje, y créanme que cuando sucede es simplemente abrumadora, colosal, descarada. DiCaprio, huelga decirlo, desprende en esos pocos planos –y también en el resto de la película- ese halo de gracia divina y desvergüenza que se le presume al personaje… y también a una estrella de Hollywood. Y entre medias, el realizador demuestra un mimo a la hora de combinar imagen y música (ya sea su banda sonora original, exquisita, obra de Graig Armstromg, como la selección de temas pop, rock o hip hop realizada por el rapero Jay Z) que sólo encuentra parangón en la también reciente Oblivion, de Joseph Kosinski.
El Gran Gatsby es una película tan irregular y abigarrada como impresionante, voluntariosa y constante en sus intenciones de alcanzar sus objetivos, que son primero impresionar y luego conmover. Aunque a Luhrmann, como siempre, le sale mejor lo primero que lo segundo, el menosprecio no es lo mío. Como siempre, ustedes deciden.
Pues me han entrado más ganas de verla Juanma, y veo que DiCaprio sigue sin fallar. Grande!!! LA NOCHE MÁS OSCURA (2012) La caza de Bin Laden con sus pros y sus contras... http://cinemelodic.blogspot.com.es/2013/02/critica-la-noche-mas-oscura-2012.html
Hola Juanma Acabo de ver la peli, y vengo contento. Fui prevenido por tu crítica - y por otras menos compasivas -, así que mis expectativas no eran altas. Además, la novela me encanta, y después de ver el trailer pensé que la idea de que Luhrmann pusiera a Fitzgerald en imágenes era casi tan buena como planear un músical sobre "Seven". La cuestión es que me esperaba un exceso de espectáculo y me he encontrado con un exceso de tristeza. Algo que creo que contentaría al gran autor de "Suave es la noche". A la peli le sobran minutos,y le falta cierta definición en el último tercio. Pero es cine adulto consciente y consecuente, y eso se agradece. Y cuando digo adulto me refiero a que la maravillosa imaginería del bueno de Baz va en consonancia con la historia, mitad cuento de hadas, mitad tragedia. Lo decadente y lo romántico van de la mano en la peli, como en el libro. El director ha cambiado mucho la forma para llegar a un fondo digno y similar al del novelista. Yo lo veo como una especie de compensación por haber padecido hace dos semanas la prescindible adaptación de "Grandes Esperanzas", y haber regado con mis lágrimas unas cuantas esquinas. Pues eso, que aún hay esperanza en un cine de entretenimiento que asimila también el factor calidad. Que eso venga del señor que perpetró hace unos años aquella cosa llamada "Australia" aumenta mi fe en los milagros y en la magia del Séptimo Arte. Un saludo desde Sevilla
Bueno, como soy un devoto de Fitzgerald me hice el propósito de verla. A pesar de la "mascletá" art decó que impregna toda la estética la película, la historia me resultó oscura y algo deprimente. Supongo que ningún director tiene la obligación de ser rigurosamente fiel al espíritu de la novela que adapta, pero aunque Gatsby en manos de Di Caprio estaba casi perfecto, el elegante Nick Carraway quedaba caricaturesco en la piel de Maguire y la historia, en conjunto, empequeñecida respecto a la trágica grandeza de la novela de Fitzgerald. Jordan Baker estaba impresionante bajo la -presumo-suavísima piel de la actriz que encarnaba, elegante como un retrato de Tamara de Lempicka, quien en el relato original tiene un breve romance con Carraway, algo que hubiese resultado difícil de tragar con Maguire. En fin, un Gatsby irregular aunque siempre sea de agradecer volver a Fitzgerald. A ver si algún director se atreve ahora con "Tender is the Night", su mejor novela.