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'La piel que habito'

La piel que habito es su película número dieciocho de Pedro Almodóvar, y supone un cambio aparentemente radical para su director. Porque la historia de Robert Ledgard (Antonio Banderas) un cirujano que experimenta con un particular conejillo de indias, Vera (Elena Anaya), trata de combinar sus habituales marcas de fábrica con algunos lugares nuevos para el autor.

Así, el habitual cóctel de deseo, erotismo y angustia de Almodóvar sigue bien presente, pero esta vez abstraído en una cinta movida por motivos pertenecientes al horror e incluso la ciencia ficción, casi como una deriva natural en esa orientación marcadamente fetichista y cinéfila en la que parece chapotear el manchego. Amas de llaves, científicos locos, pesadillas y crímenes se mezclan con sus habituales obsesiones sexuales, extraños traumas... En el (formalista) goticismo de diseño de La piel que habito caben referencias tanto a la novela original de Thierry Jonquet como a Hitchcock, al mito de Frankenstein, a la sustancia de un melodrama familiar, y por mucho que a Almodóvar le pese, incluso la saga de terror gore Saw, por motivos que tampoco vamos a revelar.

Pero la densidad conceptual de La piel que habito está, y perdón por el chiste, demasiado bajo la piel. Por mucho que el común de los mortales sospeche que aquí hay un simbolismo de alto voltaje, que bajo la superficie late la pérdida de identidad de sus protagonistas y hasta el absurdo de su existencia, y que apreciemos el muy buen esqueleto del guión, La piel que habito fracasa a la hora de hacer probables emocionalmente esos personajes y situaciones. Almodóvar otorga al filme una estructura que gana densidad según avanza, y una puesta en escena espléndida, meditada y sobria. El realizador maneja ideas con la seguridad de un veterano. Pero incluso dentro de su calculado absurdo, existe un factor de apatía total que no parece deliberado.

Y es que Almodóvar no consigue dar entidad a ninguno de los dos personajes principales ni las situaciones que abarcan, como tampoco lo hacen las respectivas encarnaciones de un estéril Antonio Banderas (quién lo diría) y una distante Elena Anaya, dejando al espectador huérfano en un filme que se balancea peligrosamente entre su pose intensa y el puro ridículo (el de sus torpes diálogos, en los que asoma sin rubor el subtexto, el de sus descolgados personajes secundarios, por no mencionar un par de los tradicionales exabruptos almodovarianos). Por muy austera y quirúrgica que se quiera La piel que habito, toda esa frialdad huele a fin y no a medio, a palo con zanahoria atada: la dramaturgia le ha fallado a Almodóvar, y lo que anteriormente eran rasgos de autor parecen derivar hacia la caricatura indigesta.

Lo que queda es una pelea de maniquís disfrazados como la que protagonizan Roberto Álamo y Elena Anaya en un momento de la cinta, es decir, una caricatura de esa combinación de carnalidad e intelecto de reflexiones sobre la identidad y la carne como las proporcionadas por David Cronenberg, quien también supo dar cuerpo de cruel melodrama a un filme de terror, (o mejor dicho, a varios). La piel que habito se columpia entre el pastiche y el filme de autor, pero en su equipaje la emoción, inquietud o amor brillan por su ausencia. Mucho ojo. En una cartelera dominada por cintas de superhéroes, remakes sin chicha, cintas de animación infantil... La piel que habito se puede merendar a cualquier cronista despistado. Pero a pesar de ello, la película no causa admiración por su audacia, sino indiferencia.

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comentarios
1 clavius, día

Seguimos de enhorabuena. Si ayer comentábamos la última obra del jenial Matthijs van Heijningen Jr , hoy lo haremos sobre Almodovar, don Pedro, ese hombre especial. Al contrario de lo que se piensa, sus rodajes suelen ser fáciles y relajados; lo complicado, lo difícil viene con anterioridad, cuando debe escoger a los actores e idear un título para su Obra. En esta Ocasión lacosa (gracias Matthijs van Heijningen Jr) se presentaba sencilla en el apartado interpretativo: como luminaria masculina, su Antoñito (por cierto, cada día que pasa más inexpresivo, cosas de Bótox) y como heroína (no puede ser de otra forma) la última desarmariada, doña A-naya (gracias Aigor...perdón Igor) una mujer de nuestro tiempo, mejor dicho, de nuestro multicolor futuro (gracias, Maya). Pero con lo que de verdad de la güena estuvo a punto de explotarle el melón fue con la elección del título, vital para todo Artista Nihilista (gracias Lebowski, rama Nota) que se precie, y nadie lo es más que Él. El título original, el que estuvo a puntito de ser el Elegido, era "Fístame otra vez, Margarino", pero lo deshechó, se entendía demasiado, así que optó por "La piel que habito", nombre benderiano y molón: sonoro, pegadizo y que hace juego con el color de sus sandalias. http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/02/falsa-alarma.html

2 mrsambo, día

Me sigue sorprendiendo que nadie mencione que esta película es una variante, casi remake del clásico francés de terros "OJOS SIN ROSTRO" de Georges Franju. ALMAS DESNUDAS de Max Ophüls. http://cinemelodic.blogspot.com/2011/09/almas-desnudas-1949.html

3 typhoom, día

Esto parece un remake para cultos de The Human Centipede. Película que en España aun no se han dignado en estrenar, y con razón.

4 clavius, día

"La piel que habito"...parecen las memorias del demonio de "El exorcista". Margarino Complutense, ex-compañero sentimental de Banderololo y propietario del restaurante "Tetango", hace un pacto con su padre y se in-troduce en el cuerpo de la interfecta (la tipa por la que lo dejó), de ahí la careta, otro detalle del jenio almodovariano que sutilmente nos anima a pensar en la doble personalidad de la ingenua doncella. Antoñito como exorcista laico, armado del "Indignaos" y un mini de calimocho, exorciza a la señorita A-naya, una desgraciada hija de autónomo, abducida por los "kikos" y la música de Remedios Amaya a la que hizo ver las estrellas en una noche de luna llena con el "Eine kleine nachtmusik" de los Venom a todo trapo.

5 Morgoth, día

Pues yo estoy cabreado. He pagado parte de este truño y aún no me ha llegado la entrada a casa. No iba a verla, pero sí darme el gustazo de quemar la entrada.

6 angell, día

Yo creo que, ahora que Pedrín (sin Roberto Alcázar) ha descubierto que no puede ser madre; que lo que hace son refritos ideológicos sobrepasados por la realidad y la historia del cine; que un pubis, POBLADO O SIN POBLAR ya lo hemos visto mil veces, bien en porntube, o en aquella bazofia de JennyLo como "psíquica" de cuyo nombre no quiero acordarme; que sus planos fríos multicolor ya los superó Spielberg con Tom Cruise en la piscina sin niño; y que lo de poner "una película de ALMODOVAR" ya no motiva a nadie ..... quizá se despoje (se desnude) de su ideología-traumas infantiles, y haga algo que guste incluso a los franceses. Lo dudo. Los ciudarealeños que han llegado a ser algo (Gala y Éste) no renuncian porque sí a sus señas de identidad. Y lo lamento. Porque sigo pensando que los 20 primeros minutos de "mujeres al borde..." es lo mejor que ví de cine español desde el 75. Nada más que añadir, y no pienso ir a verla.

7 clavius, día

El comisario al cargo de la investigación, don Vladimiro Tannhaüser, hombre de pasado thormentoso y futuro equinoccial, cree que todo es una polichinela argüída por Banderax para casarse con Ahhh-nayá y quedarse con su fortuna, algo absurdo, pues como sabemos es hija de un saltimbanqui "free-lance" y de una zapatera de Elda, no hay color, pero Vladimiro padece la enfermedad de Motylev-Kann (creada ex-profeso para la realización de esta Obra), la cual provoca en quien la sufre una suerte de delirio en la que el enfermo se convenze a sí mismo de que donde hay un autónomo hay ríos de dinero, por lo que sueña con cargarse al saltimbanqui y casarse con la zapatera (que también sueña con lo mismo, quisir, con matar al desafortunado esposo, pillar la talegada del seguro y largarse con un joven titiritero 30 años más joven que ella) dejar su triste vida y viajar al Planeta Rojo, lugar del que recibe una potentísima señal en la antena que cree tener instalada en su cabeza desde que un ajo en mal estado se le atravesó en el 83 mientras veía a los Barones en la fiesta del PCE

8 jorgegvr, día

Aunque con mis impuestos haya colaborado en la realización y financiación de esta película, NI DE COÑA, ni "jarto de vino" pienso ir a financiar a uno de esos HdP de nuestros "artistas" de estómagos agradecidos. Si me regalan entradas, ni las regalo, las quemo. Para mí, toda esta tropa, hace tiempo que está "muerta", cultural y económicamente hablando. Y a "banderitas", por seguir lamiendo culetes, no vuelvo a ver ni una, so capullo.

9 parmenid, día

Si Vte. Aranda se quejaba de que la derecha no ve cine español, despues de esta piel, ya será la izquierda quién tampoco vea bodrios como el que nos ofrece el pedrito.

10 PBL, día

Para qué opinar si Morgoth ya lo ha clavado. Simplemente me sumo.

11 Junguer, día

Película para progre-burgueses y transgresores de tres al cuarto... acabo de ver "El golpe" de Newman y Redford, eso si que es cine.

12 clavius, día

"El golpe"...o cuando Paul encontró a Robert. Igualico, igualico que si Keanu hiciera una con Brad...menos mal que todavía malandaba por allí Shaw

13 Arrianlu, día

Mira que eres pesao, Almorranovar

14 angell, día

clavius #12 No solo Shaw. Tampoco andaban muy allá Walston, Eileen, Elcar o Durning. Lo mejor: la grandiosa -de narices- Dimitra Arliss (Loretta 'Salino'). Y, por supuesto Joplin-Hamlisch. Saaaaludos coooordiales.

15 clavius, día

14 angell amén. Esas narices...

16 siona, día

Me dá igual el argumento de esta paícula.Yo no voy a verla ni bajada de la mula.