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'Posesión Infernal (Evil Dead)'

En 1981, el estreno de la original Posesión Infernal, rodada de manera casi amateur por el debutante Sam Raimi, se convirtió en la comidilla de los autocines y sesiones golfas, un clásico del cine de serie B considerado ofensivo, repulsivo y traumático en su época, y que por eso mismo generó dos secuelas que se inclinaron progresivamente por la comedia absurda, manteniendo siempre el particular tour de force visual de su realizador y el protagonismo del inolvidable Bruce Campbell. Prohibida o censurada en muchos países, la cinta se convirtió en una obra de culto aclamada por fans que ha dado lugar incluso a un musical de off-Broadway y que, pese a sus efectos especiales pedestres, se ha mantenido durante décadas impertérrita como un verdadero e irreductible icono freak, un ejemplo de inventiva por encima de todas las limitaciones (de argumento, de presupuesto) y, también, como uno de los pocos clásicos del terror ochentero en no sufrir un remake... que finalmente el propio Raimi se ha encargado de producir. Y el resultado, quien lo iba a decir, no podía ser mejor.

Y no lo es por su trama, con unos cuantos agujeros de considerables dimensiones (aunque alguno de ellos intencional) y con momentos ciertamente tontos. Tampoco por el diseño de sus personajes o sus interpretaciones, aunque todas ellas (y especialmente las de la espléndida Jane Levy o Lou Taylor Pucci) cumplen perfectamente su cometido. Lo es por ser, simplemente, una sangrienta montaña rusa de emociones fuertes para el fan del terror. La nueva Posesión Infernal huye el apodado torture porn, que proliferó durante la última década, y revuelve en las tripas del género de la forma más simple y rápida, afirmándose a sí misma por la vía directa, combinando lo viejo y lo nuevo pero, sobre todo, cogiendo al espectador por el cuello y agitándolo a base de bien.

La historia es la de siempre: cinco veinteañeros, una de ellas en plena desintoxicación de drogas (lo que establece alguna que otra alegoría de nueva cosecha) se refugian en una remota cabaña donde descubren "El Libro de los Muertos" y sin ser conscientes de ello despiertan a los demonios que habitan en los bosques cercanos. Sucesivamente todos los jóvenes son poseídos menos uno, quien tiene que enfrentarse al mal y luchar por su vida.

El uruguayo Fede Álvarez, escogido a dedo por el propio Sam Raimi y debutante en el largometraje, es perfectamente consciente de que en ausencia de autocines o cultura alternativa alguna, aumentar el realismo es la única manera de atormentar al patio de butacas y a sus personajes. Y lo hace sin un instante de duda, manteniendo un perfecto equilibrio entre humor y seriedad, y graduando la intensidad y el realismo de la matanza a la vez que conserva ese sentido lúdico y siniestro que llevó a generar la base de fans de la trilogía original, y que precisamente era el denominador común de las cintas de terror de aquella década.

La cinta aparece poblada por set-pieces excesivas que recuperan el placer del terror más directo, visceral y extraordinario, sin coartadas psicológicas ni subterfugios, combinando el homenaje para los fans con las nuevas necesidades del público de multisalas. Álvarez ahonda en el gore malsano del clásico de Raimi, en su imposible violencia, renovando su factura visual pero –atención- conservando la teatralidad melodramática de aquel, sin rehuir instantes de humor negro que nunca vienen a costa del sufrimiento de los personajes, sino de lo grotesco y excesivo de las situaciones, de sus reacciones a la sucesión de mutilaciones. La posesión de Olivia (Jessica Lucas), que tiene lugar dentro del cuarto de baño y rodeada de cristales (y lo que sucede después con una aguja hipodérmica...), el deceso de la desafortunada Natalie (Elizabeth Blackmore), que sucede tras un sinfín de tormentos y tras la entrada en escena de una máquina de clavos... Posesión Infernal es gráfica, sádica y realista, pero nunca trata de ser más de lo que es: una gozosa película de terror.

Ese difícil y sutil equilibrio en el tono, cafre pero nunca extremo, descaradamente físico pero también fantasioso, realista pero grand-gignolesco, resulta finalmente el perfecto revulsivo para el que probablemente es el mejor remake terrorífico desde Amanecer de los Muertos (2004), y la película que a la vez mejor reproduce las sensaciones de aquella década de oro del fantaterror que fueron los ochenta. La espléndida labor de efectos especiales, carente casi por completo de aderezos digitales, y la enérgica música del español Roque Baños, conocido por la saga Torrente, rematan una cinta de terror exasperante, entretenida, moderadamente paródica, moderna y a la vez nostálgica (ese arrebato heroico al final, todo un guiño a las secuelas). Una auténtica joya para todo aquel que la quiera, ya sea los fans más fundamentalistas del original como los nuevos espectadores en busca de emociones fuertes.

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comentarios
1 mrsambo, día

DEJAD PASO AL MAÑANA (1937) Leo McCarey. 1ª Parte. Obra maestra contra la crisis de valores. http://cinemelodic.blogspot.com.es/2013/01/critica-dejad-paso-al-manana-1937-parte.html

2 mrsambo, día

Me gusta verte tan entusiasta, Juanma.

3 Juanmagh, día

No creo que le sorprenda a nadie a estas alturas, pero es que soy fan de la saga... Tenganlo en cuenta también...

4 mrsambo, día

Por supuesto que lo tengO. A mí me entusiasma la primera secuela, TERRORÍFICAMENTE MUERTOS.

5 Juanmagh, día

A mi me fascina esa película. Esa idea de remake/secuela/nisesabequé es simplemente irrepetible. La música de LoDuca, el tío Bruce desatado completamente...

6 Juanmagh, día

Por cierto, si va al cine a verla, quédese hasta después de los créditos. Hay una sorpresa de dos segundos que podría ser importante para esa continuación de El ejército de las Tinieblas.

7 gavina, día

Los felicito por sus estómagos.

8 mrsambo, día

Sí Juanma jajaja, es quizá la "secuela" o la idea de secuela más original de la historia del cine, porque no tiene nada que ver con el tono de la primera, pasa a ser una especie de comedia desfasadísima sin que pierda su elemento terrorífico. Siempre me quedo hasta el final, manias jaja. Gavina no me suele gustar el gore, esa es de las pocas excepciones jejeje. Un saludo.

9 Mojama, día

Sobre Evil Dead 2... Es como si hubieran dicho "Si hubiéramos sabido que Evil Dead triunfaría la habríamos hecho con un poco más de cuidado... venga!, vamos a hacerla de nuevo mejorándola!" Bruce Campbell, por cierto, se hubiera merecido un cameo al menos.

10 mrsambo, día

Jajaja bien visto Mojama.

11 Pelican, día

Fui fan de Army of Darkness (la tercera). Las anteriores no me entusiasmaron, quizás porque daban más miedo que el que uno quiere reconocer. Revisitadas hace poco (las tres), descubro que la primera sigue dando miedo. La pinta de este "remake" es que dará mucho más miedo que su original. Habrá que verla y sufrirla.