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¿De verdad somos tan vagos los españoles?

Entre los elementos del masoquismo español destaca el de nuestra inferioridad frente los europeos del norte.

Entre los elementos del masoquismo español destaca el de nuestra inferioridad frente los europeos del norte.
Hombre durmiendo una siesta | Archivo

Entre los elementos del masoquismo español destaca el de nuestra inferioridad frente los europeos del norte. Seguimos con el tópico del landismo, el español con boina que persigue a turistas suecas y termina casado con Lina Morgan, abonado esta vez por la izquierda incapaz de reconocer que algo se haga bien en España: somos bajitos, calvos, cabreados y encima arruinados y vagos.

La lectura de las muy interesantes memorias de quien fuera ministro de Adolfo Suárez y luego dirigente del Partido Popular, José Manuel Otero Novas (Lo que yo viví, Editorial Prensa Ibérica) permite encontrar una amena refutación de la supuesta tara española.

En 1978, Otero Novas viajó a Estocolmo como ministro de la Presidencia y estuvo charlando con la ministra sueca de Asuntos Exteriores. Allí situados y mirando hacia su mesa, me dijo con aire entre autoadmirativo y autocompasivo:

"En este lugar y en esta mesa, fíjese usted, me paso todos los días de la semana, de lunes a viernes inclusive, hasta las cinco de la tarde".

El español dudó si decirle que él no salía de su Ministerio hasta las 10 de la noche, que también trabajaba los sábados y que la comisión de subsecretarios, que preparaba los asuntos que discutía el consejo de ministros, comenzaba los miércoles a las nueve de la mañana y concluía en la madrugada del jueves.

Pero los horarios reglados no afectaban sólo a los suecos. Debido a la crisis en Irán por la huida del sha y el regreso del imán Jomeini, en febrero de 1979, Adolfo Suárez llamó al canciller alemán Helmut Schmidt, con el que mantenía una buena relación, pese a ser éste socialista, y le preguntó por la posición alemana al respecto. Como era viernes por la tarde, Schmidt dijo:

"Me voy de fin de semana; el lunes cuando vuelva, veremos cuál es la posición de mi país sobre la crisis de Irán".

Como esas viñetas de Astérix en Bretaña en que los britanos abandonan el campo de batalla ante los romanos para tomar el té de las cinco y luego el viernes para marcharse de fin de semana. En consecuencia, Julio César, "fino estratega", decidió atacar sólo los sábados y domingos.

El paso de los años no cambió las costumbres de los europeos del norte. El 24 de diciembre de 1997, Otero Novas se encontró cerrada la delegación de la Unión Europea en Madrid por vacaciones de su personal hasta el 7 de enero siguiente. Tanto él como numerosos funcionarios de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo estaban trabajando la mañana del día de Nochebuena.

El respeto de los anglosajones de clase alta por el fin de semana y luego de los escandinavos y otros rubios por la jornada laboral aparece en cantidad de testimonios. Por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores británico Anthony Eden se tomó sus vacaciones en agosto de 1936 aunque el mes anterior había estallado la guerra en España, que afectaba al equilibrio en Europa y de la que llegaban continuamente noticias por los diplomáticos y los periodistas.

Jean-François Revel recuerda (Cómo terminan las democracias) que la construcción del muro de Berlín por la Alemania oriental se realizó el domingo 13 de agosto de 1961, fin de semana alargado con un puente por la fiesta del día 15, la Asunción de la Virgen. El canciller Konrad Adenauer veraneaba en el lago Como; el general De Gaulle meditaba en Colombey; el primer ministro británico Harold MacMillan cazaba grullas en Escocia y el presidente Kennedy navegaba en su yate a su residencia privada de Hyannis Port. Ninguno de ellos interrumpió sus vacaciones ante una crisis mundial.

Los horarios españoles suelen criticarse por ser demasiado largos, pero los casos de los políticos extranjeros citados pecan de lo contrario. ¿Será posible hallar un punto medio en el que un diplomático español no cierre el consulado en Boston después de un atentado terrorista porque ha llegado la hora y unos becarios contratados para media jornada no estén el doble en su puesto?

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