La estelada es un invento de Vicenç Albert Ballester, emigrado catalán en Cuba, que en 1908 decidió incorporar el triángulo y la estrella de la enseña cubana. El Centro Catalanista de Santiago de Cuba albergó la primera senyera tuneada y de ahí saltó a los círculos nacionalista en Cataluña. Por esa razón también se la conoce popularmente como "la cubana".
El primer partido en adoptarla fue el Estat Català de Francesc Macià en 1922 y bajo esa bandera intentó liberar Cataluña en 1926 con una invasión abortada por la Gendarmería francesa.
La estelada también presidió la fundación en el 31 de Esquerra Republicana de Cataluña. En los años sesenta, la bandera es revisada y cambian los colores de la estrella y el triángulo para adaptarla a la simbología marxista. La estrella pasará a ser roja y el triángulo, amarillo, como la base de la tela. A partir de entonces, convivirán la estelada con el triángulo azul y su versión izquierdista.
En la Transición, las juventudes de Convergencia tienen como bandera oficial la estelada tradicional, mientras que la CUP -que data de finales de los setenta- y todas las demás formaciones radicales emplean la segunda, que es la misma bandera que los terroristas de ETA pusieron sobre la mesa cuando comunicaron una tregua sólo para Cataluña, el 18 de febrero de 2004, tras un encuentro de Carod-Rovira, entonces vicepresidente del primer tripartito catalán, con la cúpula etarra en Perpiñán. Esa estelada es la que utilizaba también la banda terrorista Terra Lliure y su precedente, el Exèrcit Popular Català (Epoca).
El comienzo del "proceso" vino marcado por la institucionalización de la estelada, que comenzó a aparecer en los mástiles de los ayuntamientos nacionalistas, en las rotondas, en centros de enseñanza y en los campanarios, así como en las manifestaciones del 11 de septiembre y en el Camp Nou. Las dos versiones de la bandera se utilizan ahora indistintamente y han suplido a la senyera oficial.