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La obsesión de Modiano

Patrick Modiano es una de las más bellas voces de la literatura francesa, y universal, una de las más auténticas.

Modiano posando con la prensa que le felicita por el premio

El más discreto de los autores franceses acaba de ser galardonado con el mayor premio de las letras: el Nobel. Se trata de Patrick Modiano, un escritor que leo desde los años ochenta. Lo que siempre me ha seducido de la escritura de Modiano es su obsesión, y es lo que para algunos lo convierte en el escritor de un mismo libro siempre, pero ya sabemos que a eso en Francia se le llama estilo y constituye más bien una marca de calidad.

Patrick Modiano ha tocado como nadie la tecla de la Ocupación nazi en Francia a pesar de que nació tras la liberación, en 1945. Es el escritor de la memoria y del olvido, se dice continuamente. A mi juicio es la memoria la que mueve y confirma su inspiración, una memoria real o inventada, una memoria imaginada. Su prosa elegante y frecuentemente sombría ha creado un estilo irrepetible, su propio estilo. El estilo Modiano.

Cuando escuchamos alguna entrevista del novelista advertimos enseguida su balbuceo rayano en tartamudeo. Sus libros precisos, breves, son como descansos silenciosos entre una conversación y otra. Conversaciones interrumpidas por miradas entrecruzadas o parpadeos renuentes.

Episodios sin seguimientos, rostros perdidos en la multitud de vacíos, encuentros furtivos, así lo ha visto un protagonista de su libro El horizonte. Casi nunca un escritor usa a un personaje para definir su escritura. Tal vez Modiano lo hizo de manera inconsciente, lo más probable, sin embargo ha sido más certero que cualquier crítico.

Desde su primer libro Patrick Modiano escribe de manera sombría sobre el pasado. La oscuridad provoca y alienta, uno debe detenerse en la lectura para retomar aire y poder respirar normalmente. Las huellas del pasado perfilan su prosa, el recuerdo y la memoria coinciden en la cuerda floja de la desesperanza y en contra de la amnesia.

Alguien desaparece, para aparecer más tarde como una mancha indeleble, allá, en una tienda oscura; alguien delata o es delatado durante la guerra, alguien escapa, alguien se queda y otro se marcha para siempre, acompañados o seguidos de frases simples, de palabras entrecortadas, eco de la timidez del autor. Callejuelas reconocidas, y sin embargo distantes, como si escaparan de nuestro presente para sólo reubicarse en el pasado silueteando las ausencias.

Patrick Modiano es una de las más bellas voces de la literatura francesa, y universal, una de las más auténticas porque su voz emana a través de su cuerpo, de sus heridas, de sus vivencias, y de personajes anónimos que él ha hecho renacer. Nadie mejor que él, testimonio sagrado: ModiaNobel.

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