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'Lo que sé de novela negra'

El libro de los libros es de P. D James

"La novela detectivesca apela ante todo a la inteligencia; y ello le confiere un carácter de nobleza", P D. James.

"La novela detectivesca apela ante todo a la inteligencia; y ello le confiere un carácter de nobleza", P D. James.
P.D. James (1920-2014)

Para los ávidos lectores no hay nada como descubrir la guía imprescindible sobre el género elegido (o el que te elige a ti). Y la alegre Phyllis Dorothy James, P.D. James, lo hizo. Se llama Todo lo que sé de novela negra, una obra que lees como si hubieras tenido el cálido lujo de pasar con ella una tarde lluviosa compartiendo pastas y té. Un libro para "dar respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes de los lectores". Ella, generosa y fascinada, lo hizo. Un manifiesto en defensa de la que nació con la etiqueta de "subgénero sensacionalista", que se vendía en los puestos de ferrocarril de W.H. Smith. En 1815 The Times se quejaba: "Las personas de mejor clase pierden el gusto que les caracteriza al poner un pie en la estación". Novelas vapuleadas por los críticos de la época por dirigirse a las entrañas, "la emoción y sólo la emoción es el gran objetivo al que aspiran". Bendito sea.

En este libro están los nombres claves y los trucos "para que una historia interese y entretenga", esos que nunca fallan. Análisis de los personajes, los contextos, los puntos de vista… Todo lo que sé de novela negra es un libro de consulta para hundir en la miseria a cualquier catedrático de literatura estirado, porque es una clase magistral de historia, de anécdotas, de recuperación de testimonios y documentos, sin necesidad de pedanterías. Un relato ágil e inteligente que transmite la pasión de la escritora por este tipo de novelas, sobre todo inglesas. Guía de maestros desde el primero Wilkie Collins y La piedra lunar a William Godwin, suegro de Mary Shelley, Poe, Conan Doyle, Chesterton, Chandler, Agatha Christie, Dickens, Edwin Droop, Anthony Trollope, John Le Carré, "sobresaliente", Jane Austen, Patricia Cornwell, Kathy Reichs, Val McDermid, Hammet, Ruth Rendell, Ian Rankin, Colin Dexter, Reginald Hill, C.J. Sansom, el sueco Henning Mankel, Graham Greene o uno de sus favoritos, Georges Simenon. Como dice P. D James, "las obras más excelsas de la imaginación humana" que sacian nuestra "avidez de misterio y mutilaciones", "esa mina de diversión inocente". Un registro de los pecados en los "callejones más infames y repugnantes de Londres y en el sonriente y hermoso entorno campestre".

Vamos con algunos de los subrayados imprescindibles en este libro de P.D. James:

"Las historias de detectives tratan sobre el terror racional. El asesinato sigue siendo el crimen por excelencia y provoca repugnancia, fascinación y miedo atávicos".

"La historia clásica de detectives puede funcionar en cualquier época puesto que el asesinato se considera un acto que exige la búsqueda de los hechos y la purificación de esa mancha por parte de la sociedad".

"La narrativa detectivesca pertenece a la tradición de la novela inglesa que ve el crimen, la violencia y el casos social como una aberración y la virtud y el orden como la norma por la que luchan todas las personas razonables, y que confirma nuestra creencia, a pesar de las pruebas que demuestran lo contrario, de que vives en un universo racional, comprensible y moral".

"La víctima para el lector debe estar plenamente viva".

"A algunos novelistas les gusta comenzar con un asesinato o con el descubrimiento de un cadáver, un principio emocionante que no solo sirve para fijar el tono de la novela sino que además implica de inmediato al lector en el drama y la acción. Yo con mayor frecuencia me he decantado por posponer el crimen y comenzar por describir el entorno y presentarles a mis lectores a la víctima, el asesino , los sospechosos y la vida de la comunidad donde tendrá lugar el asesinato".

"El estudio de los seres humanos sometidos al estrés de una investigación que los desnuda, constituye para el escritor uno de los mayores atractivos del género".

Chesterton escribió: "el único suspense, incluso en una novela de suspense común, tiene que ver en cierta medida con la conciencia y la voluntad". Añade P.D. James "Esas palabras han formado parte de mi credo como escritora.

"¿Hemos de tener un Watson? Si, hemos de tenerlo. Muerte al autor que espera al último capítulo para desenmascarar la historia y convierte a todos los demás capítulos en la prolongación de un drama de cinco minutos".

"El asesinato privado, a diferencia de la matanza masiva perpetrada por el Estado, es el único delito que prácticamente todas las sociedades, por muy primitivas que sean consideran una atrocidad que debe ser vengada, si no mediante un sistema jurídico, mediante la familia -con el correspondiente derramamientos de sangre-, el destierro o la deshonra pública".

"La novela detectivesca presenta una estructura muy definida y se ajusta a unas convenciones establecidas: un crimen misterioso, normalmente un asesinato. Un círculo cerrado de sospechosos, todos ellos con móvil, medios y oportunidades para haberlo cometido. Un detective, aficionado o profesional, que aparece cual deidad vengadora para resolverlo".

Cualidades del detective: "observación de los hechos, deducción lógica, inteligencia, coraje y empeño". Su labor "se centra fundamentalmente en poner orden en el desorden y restaurar la paz tras la destructiva irrupción del asesinato".

"Que el misterio central se resuelva de manera lógica y satisfactoria y no por amor de la buena suerte o de la intuición, sino mediante un proceso de deducción inteligente a partir de las pistas presentadas con picardía, pero sin engaños". Juego limpio.

En la llamada Edad Dorada, época de entreguerras, "los detectives eran acérrimos defensores de la ley y el orden institucionales, como de la policía. (Los policías) Podían salir retratados como ineficaces, lentos, torpes o ignorantes, pero nunca como corruptos".

Sobre el presente dice P.D. James se llevan más los detectives estereotipo "de hombre solitario, divorciado, bebedor, desencantado y con una psicológica débil". P.D James lanza unas últimas voluntades: "¿Se atrevería alguien a crear un detective que disfrute de su trabajo, se lleve bien con sus compañeros, esté felizmente casado, tenga un par de niños encantadores y bien educados, se ofrezca a leer el domingo en la iglesia de su parroquia y se dedique a tocar el violoncelo en un cuarteto de cuerda en su tiempo libre? Sería un gran personaje".

Dorothy acaba este camino de baldosas negras así, "muchos de nosotros seguiremos buscando el alivio y el entretenimiento en el pequeño reto intelectual que nos ofrecen esas sencillas celebraciones de la razón y el orden en un mundo cada vez más complejo y descontrolado".

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