Menú
'Compartiendo las semillas'

Jorge Alonso: "Sin los Bad Seeds, Nick Cave hubiera sacado un disco o dos, y fuera"

El escritor gijonés presenta su último libro, una obra que repasa la discografía del oscuro artista australiano y de su legendaria y mutante banda.

El escritor gijonés presenta su último libro, una obra que repasa la discografía del oscuro artista australiano y de su legendaria y mutante banda.

Cuando tenía catorce o quince años, Jorge Alonso (Gijón, 1977) puso la MTV -"cuando la MTV daba música"- y se topó con un par de tipos navegando en un mar de plástico que interpretaban una "canción para llorar, / una canción en la cual se llora / mientras todos los hombres y las mujeres duermen". Era el videoclip de "The Weeping Song"; lo protagonizaban Nick Cave y Blixa Bargeld. "No es un tipo al que se pueda llegar con esa edad", nos cuenta.

Años después, en 1998, Alonso se hizo con el recopilatorio The Best of Nick Cave & The Bad Seeds, disco que le sirvió como pasaporte para sumergirse en el (infra)mundo complejo, hipnótico, sombrío y lúcido del grupo del artista australiano... hasta publicar -de nuevo, un salto temporal- en 2014 Nick Cave & The Bad Seeds: Compartiendo las semillas (Ed. 66 rpm), la biografía en español más completa que se ha hecho de la banda.

En principio, la idea del escritor era la de -casi nada- "traducir las letras de Cave", "pero me dí cuenta de que había discos, como The Boatman's Call, en el que las letras quedaban cojas sin explicar de dónde vienen. No puedes explicar "Into my arms" o "Far from me" sin contar la situación personal de Cave". Traducirlo no es tarea fácil: "Hace falta inglés de verdad, no el que pones en el currículum -avisa Alonso-. Los giros que utiliza son bastante jodidos. No hay que olvidar que es australiano. En Australia se han quedado palabras como encapsuladas en el tiempo, y en Inglaterra y en EEUU no se usan, pero en Australia sí...".

Lidiar con la industria que rodea al grupo tampoco fue la panacea: "Cuando hablé con el sello -Mute-, lo primero que me dijeron fue: "No vas a tener contacto con Cave ni con ningún Bad Seed. ¿Te vale?". Dije que sí, y para adelante". Surgió un problema con el tema de las traducciones: "Él -Cave- es muy celoso con ellas, y hasta que le dije lo del traductor jurado, fue jodido". Aún así, "fue muy generoso: las letras están cedidas. No se lleva cacho por esto".

Al final, "el contexto se ha comido a las letras" en una obra que "no es una biografía de Nick Cave; de ser una biografía, es de Cave y Bad Seeds", una banda que, para Alonso, está "al nivel de la E-Street Band o los Crazy Horse de Neil Young". El escritor afirma que "sin los Bad Seeds, Cave hubiera sacado un disco o dos, y fuera. No hubiera salido de Australia". Reivindica el papel de Blixa Bargeld -"Cuando deja el grupo, se va el toque berlinés, de vanguardia. Blixa no mete más de 5 ó 6 acordes, pero los que mete, los mete muy bien"- y de Mick Harvey, "que era el 80% del sonido de la banda" y el que tenía los pies en el suelo: "Era el currante, el que no se drogaba. Al llegar a Londres, es el primero que empieza a currar, en un supermercado. Cave no, quería ser un artista, y no trabajó hasta que empezó a pasar hambre". Ahora, el lugarteniente de Cave es Warren Ellis, "quien tira de loops... es otra cosa".

"Heroin, God... and everything!"

Nick Cave protagonizó la portada de la edición de la revista Mojo en marzo de 2009. El titular de la información, "Heroin, God... and everything!" -"Heroína, Dios y el resto"-, retrata, a grandes rasgos, la columna vertebral temática que sigue, en mayor o menor medida, el artista australiano a lo largo de su trayectoria.

La heroína y el speed eran sus drogas fetiche en los 80, "aunque también hay mucho humo", dice Alonso. "Hay que recordar que este tío se instala en Berlín en la Guerra Fría -explica-. El Berlín Oeste, el capitalista, daba muchas facilidades a los músicos. Daban un carné de artista que significaba casa gratis y ayudas. Entonces, tenía mucho dinero".

Las canciones de esta época "son asfixiantes, quieren agobiarte". Sin embargo, "nunca estuvo tan jodido como para dejar de currar": "Un yonki no escribe, no puede componer en condiciones, con esa frecuencia y así de bien. Yo soy muy fan de Antonio Vega. En él vas notando cómo va espaciando los discos y menguando la calidad en el tiempo. En el caso de Cave nunca pasó". Además, "el hecho de consumir le vino bien por oposición: cuando se vio obligado por primera vez a tocar sin meterse nada, y vio que puede hacerlo sin ello, le sentó bien. Además, sus mejores discos vienen a partir de ahí, de cuando deja de consumir".

Alonso también destaca la vertiente espiritual del artista australiano: "Nosotros vivimos en la Europa católica, apostólica y romana. A nosotros, un cura nos interpreta la Biblia y nos dice cómo interpretarla. Él viene de una cultura protestante, en la que cada uno interpreta la Biblia a su manera. Cave llega a la Biblia siendo un chavalín y le fascina. Queda prendado primero del Antiguo Testamento y, luego, con la figura de Jesús. Aparte, él va desarrollando sus historias".

Pese a sus bandazos de fe -ahora creo, ahora no creo, ahora creo de tal modo, etcétera-, Alonso explica que Cave "es creyente, no pertenece a ninguna iglesia, pero es creyente", y destaca ese momento en que "funde la religión con las canciones de amor": "Dice que toda canción de amor habla de Dios, o sale Dios en algún momento. Él tiene sus reservas, no le gusta la institución, pero mantiene una relación muy intensa con la religión católica, la Biblia o la figura del Diablo. Y la maneja muy bien: este tío cita de memoria la Biblia".

Con una documentación precisa y una prosa fluida, Jorge Alonso presenta en Nick Cave & The Bad Seeds: Compartiendo las semillas la biografía más completa que se ha escrito en español de la magnífica banda australiana. Recomendamos su lectura no sólo a los devotos de Cave, sino también a quienes quieran adentrarse en la obra del artista y, por supuesto, a los amantes del buen rock&roll.

En Cultura

    0
    comentarios