El escritor valenciano Santiago Posteguillo ha presentado en Roma su última novela, La legión perdida (Planeta), que cierra la trilogía de Trajano, tras la publicación de Los Asesinos del Emperador y Circo Máximo. En esta última entrega, el lector podrá ver "ese Trajano que quiere llevar su sueño, el de una Roma mucho más grande de lo que Roma misma cree que puede ser Roma", según ha señalado el escritor.
Trajano va a intentar conquistar "poco menos que lo que conquistó Alejandro Magno, el Oriente del mundo". Sin embargo, el problema con el que se va a encontrar este emperador es "una cuestión que pervive en el imaginario de sus legionarios, que es aquel desastre que 150 años antes de Trajano ocurrió con el cónsul Craso", quien intentó conquistar Patria y fracasó. Así ha definido Posteguillo La legión perdida, una novela en la que intenta explicar "quién puede más", si un emperador capaz como Trajano o "ese fantasma de la legión perdida".
En la novela, escrita en dos tiempos -en los que sucedió el fracaso de Craso y aquel que transcurre durante el reinado de Trajano-, Posteguillo hace discurrir la narración en cuatro ambientes distintos -el Imperio Romano, el Kushan de la India, el Han de China y el de Partia-, de modo que pretende "romper esa forma de ser tan eurocéntricos". "Nos miramos el ombligo, pensando que Europa es el centro de todo", ha incidido.
Una novela histórica
El autor ha reiterado que La legión perdida es de género histórico porque los hechos están narrados tal y como sucedieron, pero a la vez es novela porque los "vacíos" históricos -como es el caso de la legión perdida de Craso, que es una hipótesis "criticada" aunque "no refutada" por los historiadores- los rellena con ficción.
A su juicio, Trajano era un "líder", un personaje "carismático, ejemplarizante, austero, valiente y con alguna sombra". El autor ha bromeado con respecto a esto último: "Pero no sombra de corrupción, sino de su sombra íntima". En este sentido, ha recordado que Trajano era un borracho.