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Fiona Barton: "Cualquiera que busque imágenes pedófilas, las encuentra"

La escritora británica presenta en España La Viuda, un novela de suspense que ha entrado directamente en lo más vendido de EEUU y Reino Unido.

La escritora británica presenta en España La Viuda, un novela de suspense que ha entrado directamente en lo más vendido de EEUU y Reino Unido.
Fiona Barton, escritora | Llorenç Osa / Planeta
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La Viuda, de Fiona Barton | Planeta

Si él hubiera hecho algo horrible, ella lo sabría. ¿O no? En esta incierta atmósfera se mueve La Viuda, la novela de la escritora británica Fiona Barton que desde su lanzamiento entró en el top 10 de la lista de The New York Times y el Sunday Times británico. Se trata de un thriller psicológico, o eso que llaman ahora domestic noir en la línea de La chica del Tren o Perdida, que bucea por el engaño sostenido, el crimen imperdonable y la confianza ciega.

Fiona Barton ha cubierto numerosos casos de sucesos que impactaron al mundo, como la desaparición de Madeleine McCain. La escritora, que fue redactora de sucesos y editora en el Daily Mail y Daily Telegraph y jefa de redacción del The Mail on Sunday, pasó muchas horas frente a los juzgados pensando si la mujer que acompañaba al acusado sabía o no sabía la verdad. El interés por esas esposas la llevó a escribir esta novela.

Jean taylor es la protagonista de La Viuda, una joven que de la noche a la mañana se convierte, a su pesar, en el foco de atención de policía, periodistas y opinión pública. Su marido Glenn es identificado como el principal sospechoso de un atroz suceso. Ella se aferra a aquello de "él no es ese tipo de hombre". Contada a tres voces (la viuda, el policía y la periodista) y con saltos temporales, las piezas van encajando solas.

PREGUNTA. ¿Cuál es el secreto de La Viuda?

RESPUESTA. Es un suceso que le podría pasar a cualquiera y por eso me interesaba escribirlo. No es un thriller con persecuciones en coches. Trata sobre personas normales y cómo lidian con una situación en la que están repentinamente expuestos.

P. El lector se va a enfrentar a temas muy duros y muy actuales. ¿Hubo una intención previa de buscar una reflexión por parte del lector?

R. Sí, claro. Muchas personas me han dicho que les sorprende que en el libro no haya violencia explícita. Fue intencionado. Quería que el lector fuera el que reflexionase sobre qué ocurrió, qué había pasado. Que el lector fuese quién imaginase hasta donde se pudo llegar. El suelo se mueve bajo los pies del lector en cuanto se van viendo las diferentes perspectivas.

P. Salen a la luz las miserias de la sociedad. Habla, por ejemplo, de pornografía infantil. ¿Qué clase de sociedad somos?

R. No lo sé, es un tema que me interesa muchísimo. Se pone sobre la mesa la libertad y la responsabilidad que conlleva la libertad total.

P. ¿Hay más abuso ahora que antes o más información sobre ello?

R. No estoy segura. Creo que Internet ha proporcionado un acceso a las imágenes más aterradoras que nunca jamás se habrían podido ver antes. Había revistas que utilizaban los pedófilos, pero un número muy reducido. Ahora, es aterrador que cualquiera que busque imágenes pedófilas, las encuentre. De repente, existe acceso y no es un secreto. La gente lo está mirando y consumiendo en cifras enormes por todo el mundo. Es muy difícil entender por qué la gente hace esto. No se trata solo de monstruos sexuales sino de hombres corrientes que miran este tipo de cosas, padres... Es muy difícil de entender.

P. ¿Es tan culpable el que calla como el que actúa?

R. Si, por supuesto. Parece que hay mujeres simplemente con el impulso de no pensar. Si se sabe lo que está ocurriendo, están permitiendo que continúe. Es difícil admitir que la persona con quien te casaste no es quien pensabas, la decisión es dura por la implicación que conlleva.

P. Usted ha sido periodista y ha cubierto muchos sucesos. ¿A cuántas Jean Taylor ha encontrado en su carrera?

R. Docenas y docenas. Muchísimas.

P. El libro muestra el circo mediático que se forma en torno a Jean Taylor. Ella se siente acosada. Usted es periodista, ¿qué opinión tiene sobre los medios de comunicación?

R. Yo soy parte de los medios, no tengo una opinión objetiva. Estoy muy orgullosa de ser periodista y me entristece que exista una visión tan negativa del periodismo. El público está hambriento de noticias, quiere información, pero para conseguirla tienes que hacer preguntas y a veces se juntan muchos periodistas. Yo describo en el libro como Jean mira por la ventana y los ve en la puerta de su casa. Es una narración bastante sincera.

P. Como periodista, ¿qué ha hecho por una entrevista con una protagonista como Jean?

R. Todo lo que era necesario. En una ocasión intenté conseguir una entrevista con una persona que estaba en el aeropuerto de Heathrow. Como no se decidía si me la concedía o no, acabé cogiendo un avión con ella a Croacia. No llevaba nada conmigo, solo mi bolso. Llamé a la oficina y me dijeron: "¡Súbete al avión!". Así que lo hice.

P. ¿Y si la persona no quiere hablar?

R. Si alguien me dice que no, es no. Hay gente que tiene la idea de que los periodistas te atrapan por el cuello y te obligan a hablar, pero no es así.

P. La prensa que cubre sucesos suele buscar los detalles más escabrosos. ¿Somos una sociedad morbosa?

R. El lado oscuro es lo que fascina a la gente. Les gusta el detalle porque así pueden construirse una imagen en la cabeza de lo que ha ocurrido. A la gente le encanta sentirse en shock o conmovida, verse como parte de la historia.

P. Además, se suele emitir un juicio previo al dictado en los Tribunales. ¿De dónde viene esa necesidad?

R. Llegar el primero, me imagino. Es algo muy peligroso. Los periodistas se han precipitado a la hora de juzgar y se han equivocado. En el caso de Madeleine McCann, los periodistas señalaron a un hombre como culpable y tuvieron que pagarle por daños y perjuicios una cantidad increíble. Ha habido otro caso famoso en Inglaterra donde una chica joven fue asesinada y los periódicos estuvieron a punto de acusar al dueño del piso. Se habían equivocado por completo. Se empieza a tener un poco más de cuidado y no se busca ir por delante de la policía.

P. En el libro también surge el problema de la seguridad en redes sociales. ¿Somos excesivamente confiados?

R. Si, es muy fácil ser confiado porque lo está haciendo todo el mundo. Es tan abierto. Parece que la gente está aprendiendo. No puedes confiar en el hecho de que sabes con quien estás hablando porque es todo anónimo, puede ser cualquiera. Es peligroso.

P. El libro sigue la línea de otras novelas de suspense que se enmarcan en el domestic noir. Se dice que son novelas para mujeres. ¿Está de acuerdo?

Los libros son para los lectores. Yo no defino los géneros. Thriller psicológico o domestic noir... como se quiera etiquetar. Son historias y espero que tanto hombres como mujeres las disfruten. Las mujeres son grandes lectoras pero no está escrito solo para mujeres.

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