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Sáenz de Urturi explora el terrible ritual de la triple muerte celta

La autora del best seller La saga de los longevos, publica ahora Los ritos del agua en la editorial Planeta.

La triple muerte celta es un rito de hace más de 2.500 años que consistía en quemar, ahorcar y sumergir en un caldero con agua a la víctima. Esta tremenda ceremonia de sacrificio es el punto de partida de Los ritos del agua (Planeta), la segunda parte de la trilogía de la Ciudad Blanca que tantos éxitos reportó a Eva García Sáenz de Urturi -vendió 100.000 ejemplares, será publicado en Francia, Italia y Alemania y será adaptado al cine-.

La autora alavesa continúa la historia del inspector de policía y perfilador criminal Unai López de Ayala, conocido como Kraken. "En esta ocasión, Kraken está en una situación personal muy difícil. Está mudo, bloqueado y muy afectado. Se aísla en su pueblo y no tiene intención de volver hasta que un caso le implica personalmente", avanza Eva G. Sáenz de Urturi. Su primer amor aparece muerta y embarazada. "Es la chica que desvirga a Kraken y a sus tres mejores amigos con 16 años. Debe investigar el caso porque todo apunta a que sus mejores amigos serán las siguientes victimas o, por el contrario, son los asesinos".

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Portada 'Los ritos del agua'

La novela se desarrolla entre Álava y Cantabria. El lector paseará por la Costa Quebrada, el Puente Viesgo, Cabezón de la Sal, Fontibre o Santillana del Mar. "Tenemos muy claro que tenemos un poso romano o visigodo muy importante, pero se nos escapa que, en el norte de España, hace 2.500 años nuestros antepasados eran celtas. Quería contar una historia que solo pudiese ocurrir allí". Precisamente, fue documentándose sobre este pasado celtíbero cuando Eva G. Sáenz encontró el rito de la triple muerte. "Es real, me parece alucinante que realmente se haya matado así. La noche de antes les daban bien de comer, gachas con avena y muérdago, por ejemplo. Me pareció muy interesante meter un hecho así en una novela de asesinos", asegura. "Estos ritos son la parte más oscura de la sociedad celta. Obviamente, no todo el día andaban sacrificando", bromea.

Otro de los personajes principales de la novela, la subcomisaria Díaz de Salvatierra, también se encuentra en unas circunstancias singulares. No sabe de quién es el hijo que espera y teme que pueda estar embarazada de un asesino en serie. "Hablé con una psiquiatra que me dijo que la maldad se puede heredar, que contó que conocía casos de niños que incluso no conocían a sus padres biológicos y había heredado la psicopatía. Me quedé alucinada".

La autora se preparó El silencio de la Ciudad Blanca como si fuese un aspirante más a la policía. Se inscribió en un curso de Perfilación criminal y otro de Inspección técnica ocular; y para este libro ha continuado, entre otros, con los de Ciberdelincuencia, Ciberbulling o Atención a victimas sexuales; asuntos muy ligados a la realidad social del momento. Nunca he querido hacer una novela como Montalbán que describa el momento social", admite. "Sin embargo, te das cuenta que independientemente de la historia que estés contando, siempre hay un componente de denuncia, de explicar por qué lo ha hecho. Esa denuncia siempre va atada a que la sociedad mira hacia otra lado. De eso iba la primera parte y de eso va la segunda".

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Eva García Sáenz de Urturi, escritora | Planeta

El éxito de la primera parte no supone una presión extra para la autora, asegura. "Más que presión son ganas. Hay mucha expectación en las redes sociales, no te puedes imaginar", dice. Los ritos del agua tendrá su continuación con una tercera parte que ya está en marcha.

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