Menú

Mentiras ejemplares

Hola. El folleto sobre la mentira política, de J. Swift y J. Arbuthnot, se publicó en 1712. Adopta la forma de un anuncio dirigido a los suscriptores de una editorial. Se les promete "un tratado ciertamente curioso" sobre El arte de la mentira política, en dos volúmenes, al precio de catorce chelines por la obra completa, pagaderos en siete chelines a la recepción del primer volumen, antes del Día de San Hilario, y los restantes siete cuando reciban el segundo, sin fecha comprometida. El folleto, por supuesto, no lleva firma. Hablamos de un prospecto publicitario. Se presenta como un resumen de la obra prometida, animando a suscribirla porque, además de sus cualidades, llevará impresos los nombres y domicilios de los sucriptores y se obsequiará con un séptimo ejemplar a quien adquiera seis.

Todo mentira, claro. Una broma corrosiva, como las que acostumbraban a perpetrar estos maestros de la sátira política.

No hay ni habrá tal "tratado ciertamente curioso" sobre El arte de la mentira política. Swift y Arbuthnot saben que la esencia del "arte de la mentira política" es la construcción de verosimilitud. No basta con fantasear, al modo de Juanita la Fantástica. Swift y Arbuthnot distinguen cuidadosamente la "falsedad saludable" que se administra al pueblo, por el bien de éste, de "lo maravilloso", es decir "todo aquello que traspasa los niveles habituales de lo verosímil". Hay que ir con cuidado, nos dicen, a la hora propagar mitos que espantan e infunden terror, no sea que el pueblo "acabe acostumbrándose a ellos" y dejen de servir para mantener a raya a las masas. Una alegoría de esta variedad de "lo maravilloso" la encontramos en Cortina de humo, en la que un asesor se inventa una guerra en Albania para liberar al presidente de los Estados Unidos de la presión de un impeachment por perjurio, al haber negado su escarceo sexual con una becaria. En este ejemplo, "lo maravilloso" es una solución de emergencia para una mentira política inverosímil y, por lo tanto, defectuosa, que amenaza los intereses del gobernante.

Es curioso observar cómo políticos y escritores comparten obsesión por la verosimilitud. Lo que Swift y Arbuthnot hacen, al remitir a un libro inexistente del que dan todo tipo de detalles, no es más que seguir el camino abierto por Cervantes con la técnica del manuscrito encontrado. Desde entonces, el escritor no ha dejado de preocuparse por la verosimilitud de sus mentiras. Siempre hay un libro inexistente que sostiene una historia prodigiosa. Los ejemplos de verosimilitud que prefiero, además de El Quijote, por supuesto, son Tristam Shandy, Los viajes de Gulliver, Sartor Resartus, Del asesinato considerado como una de las bellas artes y, muy particularmente, Pálido fuego, en el que un Nabokov en estado de gracia compone toda una novela a partir de los comentarios que un profesor de literatura interpola en un soneto inexistente pero real en el mundo autónomo de la ficción; tan real, que el propio Nabokov da un paso más y no se limita sólo a una recensión del manuscrito encontrado (en este caso, un soneto), como hacen Thomas Carlyle en su Sartor Resartus o los propios Swift/Arbuthnot en este tratado sobre la mentira política, sino que muestra el soneto completo.

¿No hace lo propio el buen Príncipe? ¿No hace, de la mentira "saludable", por el bien del pueblo, un arte de lo verosímil?

Ese arte, ¿es cada día más virtuoso o más chapucero? ¿Evoluciona parejo a la calidad de la literatura? ¿Cómo lo ven Ustedes? ¿Mienten mejor o peor nuestros políticos? ¿Inventan mejor o peor nuestros escritores?

Se atribuye la redacción del folleto a Arbuthnot, pero el hecho es que es Swift quien ha pasado a la historia como su autor: otra demostración de las enormes posibilidades de "la mentira por traslación", aquella que "transfiere el mérito de una buena acción de un hombre a otro poseedor de cualidades superiores".

De utilidad para estadistas y poetas épicos:
(...) cuando se atribuye a alguien algo que no le pertenece, debe elaborarse la mentira de modo que ese algo no sea directamente contrario u opuesto a las cualidades conocidas de la persona: por ejemplo, no conviene decir que el Rey de Francia asistió a una asamblea de Protestantes o que, siguiendo el ejemplo de la Reina Isabel, restituyó a sus súbditos lo que sobró de los impuestos. Tampoco se hará creer que el Emperador adelanta dos meses de paga a sus tropas, ni que los Holandeses pagan más de lo que establece su cuota-parte. No se dirá que una misma persona defiende al mismo tiempo el mantener en pie de guerra un ejército y la libertad pública; ni que un Ateo defiende los intereses de la Iglesia o que el libertino vela por las costumbres, ni pondrá como ejemplo de moderación al exaltado, al loco, al aturdido o al descerebrado. Pero si resultara absolutamente necesario atribuir a alguien determinadas cualidades accesorias y buenas, y conferirle así méritos de los que carece, el Autor nos enseña a no dárselas de entrada in extremo gradu. Por ejemplo, si se trata de un avaro al que pretendéis hacer pasar por generoso, no deis a entender que podría dar a bote pronto cinco mil libras (...)

(El arte de la mentira política, traducción de Francisco Ochoa de Michelena, Sequitur, 2006)

Herramientas

LD Libros en...

4
comentarios
1 vikinga, día

Buenos días. Yo creo que los políticos de ahora mienten muchísimo peor, pero sus mentiras son asimiladas por un público que traga absolutamente con todo. Además, el arte de mentir no se acompaña de un mejora en el arte de escribir, ahora es todo imagen, que se lo digan a Pepi y Zeta. En cuanto a los escritores, hay de todo, pero por suerte hay muchos que siguen inventado fabulosamente.

2 Zuhoerer, día

Hola!! ...la mentira... como dice Vikinga, ahora se miente mucho peor, debido a la selección a la inversa que se ha llevado a cabo en nuestra clase política, los malos son menos malos, y los buenos menos buenos, y todos un atajo de incompetentes... ...después también la "mentira" responde a un criterio de negro/blanco... y todos tenemos que tratar con políticos o burócratas que son capaces de defender una cosa y la contraria en la misma conversación incluso, no enfadarse por nada etc. odio a esa gente que se comporta así y nunca sabes lo que piensan... ...desgraciadamente las mentiras de nuestros políticos nos traen sin cuidado y ya nos hemos acostumbrado a convivir con un % de ellas (no hay crisi etc. etc.)... y las mentiras que siguen doliendo... pues las de la gente a la que se aprecia, como dice Sabina en una canción, "violento como el perfume del desengaño", violento por la mentira que nos hemos creido creer... o por la ingenuidad con la que nos hemos metido en una situación... Sl2

3 Mienmano, día

Incursiones muy interesantes en el terreno de la metaficción verosímil son los prólogos que escribiera Stanislaw Lem para glosar novelas inexistentes ("Un valor imaginario", "Vacío perfecto") Todo lo que cualquier lector necesita saber de, por ejemplo, el "Ulises" de James Joyce, se encuentra allí, además de no poca fábula política.

4 Zuhoerer, día

toc, toc Hallo? nuevo hilo por favor!!!