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Disco homenaje al folclore mexicano

El Consorcio, una gozada 20 años después

El nuevo CD de El Consorcio es toda una gozada para quienes gustamos de la música en español pero del otro lado del océano.

El nuevo CD de El Consorcio es toda una gozada para quienes gustamos de la música en español pero del otro lado del océano.
El Consorcio | Web oficial

Mocedades hizo época en la música española, a partir de 1969. Pero como en cualquier familia (y aquí se daba la circunstancia de que la mayor parte de sus miembros procedían de la misma) surgieron las disensiones y los problemas, tras un cuarto de siglo de actividad. Todo ello unido a la búsqueda de otras experiencias musicales motivaron que tres hermanos Uranga (Amaya, Iñaki y Estíbaliz) se desligaran de aquel extraordinario grupo y con el concurso de otros dos antiguos componentes del mismo (el marido de la última citada, Sergio y otro querido paisano bilbaíno, Carlos Zubiaga) dieran en fundar El Consorcio, nombre que en principio nos remitía a una marca o fábrica de conservas, pero que iba a ser un quinteto de acreditadas y bien armonizadas voces, con el proyecto de resucitar piezas populares españolas de los años 40 y 50, y parte de los 60, entre coplas, boleros, habaneras, canciones de operetas y revistas musicales, rancheras, bandas sonoras de inolvidables películas...

Aquellas que sonaban a través de los aparatos de radio de cretona, en la sección "peticiones del oyente", a partir de la postguerra. No era una simple operación nostálgica; de eso que en el argot discográfico se llaman "revivals". Las reposiciones, los recuerdos. Estas cinco voces vascas recobraban las melodías con las que se enamoraron nuestros antepasados, dándoles –para no caer en lo rancio- un indispensable toque actual, en los arreglos y en la interpretación y respetando, desde luego, la música original.

De todo lo antedicho se cumplen ahora veinte años. Los componentes de El Consorcio se han mantenido unidos, respondiendo a la definición de ese nombre, según el diccionario: participación de una misma suerte con otro. Y tras un bagaje artístico notable, abundante en actuaciones por toda España y una docena de discos grabados, nos ofrecen el último, que es todo un homenaje al rico folclore mexicano. A partir ya de su título, Noche de ronda, en alusión a la universal pieza de Agustín Lara (que, por cierto, figura siempre firmada por su hermana Teresa, que nada sabía de música; recurso del maestro para diversificar sus derechos de autor burlando al Fisco azteca). El CD es toda una gozada para quienes gustamos de esa música en español del otro lado del océano, a ritmo de boleros con filin, cha-cha-chá, melodías románticas (de la marca Armando Manzanero y Los Panchos) y con acento de rancheras del mejor compositor de ellas, un genio bohemio que se llamó José Alfredo Jiménez. Catorce títulos aquí agavillados, entre los que destacan Pa todo el año, Si tú me dices ven, Guitarras de medianoche, Esta tarde vi llover, Ella, Frenesí, No vale la pena, Contigo aprendí... Pura delicia escuchar tan bien conjuntadas voces, de las que, en su oportuno momento, surge una, la solista. Y como el repertorio, insisto, es clásico y nunca pasará de moda, al menos hasta el momento, es de esos discos que hay que guardar, con la certeza de que lo volveremos a usar en cualquier instante que precisemos de recrearnos en la emoción y la belleza de una música intemporal.

El Consorcio ha actuado en todo México durante varias giras, disfrutando allí de una gran popularidad. Tal vez, incluso, más que entre nosotros. No es la primera vez que en su discografía recurren a ese temario. Entre ellos no hay un líder. A la hora de hablar cara al público se reparten los papeles: uno presenta a todo el equipo, otro a los músicos que los respaldan, otro comenta el contenido de cada canción. Y así, van turnándose. Suelen introducir algún leve "gag", si se tercia; un chiste, un retruécano. El más cómico es Sergio, quien ya hace tiempo luce blanqueados los cabellos, al igual que sus compañeros varones. Ellas, claro está, cambian más a menudo de aspecto. Les gusta reunirse con sus familiares en torno a una buena mesa, que para eso son naturales del Bocho, gentes con buen apetito. Y se consideran afortunados al continuar cantando después de tantos años -más de cuarenta- para un público variado y de distintas edades.

No les falta en el repertorio, aparte de versiones de muchos éxitos ajenos, sus propias creaciones ( o recreaciones, cuando recurren a su época con Mocedades, o de Sergio y Estíbaliz), que son los casos de La otra España, Cantinero de Cuba, El vendedor, Quién te cantará, Le llamaban loca, Dónde estás corazón, Secretaria, Eres tú... Siempre en la memoria de los cinco estará presente el recientemente desaparecido Juan Carlos Calderón, que fue quien los descubrió y nutrió de composiciones propias. En fin: felicidades a El Consorcio en su vigésimo aniversario y que nos sigan alegrando la vida con sus canciones.

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