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Desde las playas del Yucatán

Paco de Lucía reaparece tras tres años de ausencia

En sus últimos años ha residido en una playa mexicana del Yucatán.

En sus últimos años ha residido en una playa mexicana del Yucatán.
Paco de Lucía | Cordon Press

Desde su última gira española en 2013 Paco de Lucía no actúa en España, requerido por sus múltiples compromisos en medio mundo, y ese tiempo que siempre se toma para recuperarse de la tensión de sus viajes, de sus constantes recitales. De entonces nos quedó el que hasta la fecha es su último disco, grabado en directo. Recién llegado de Odessa, Ucrania, donde actuó este pasado jueves, toma parte este domingo, 16 de junio, en el Guitar Festival de Barcelona. Le espera en julio otro certamen, el Festival de Flamenco y Fados Badassom, en Badajoz, que le devolverá recuerdos maternos, pues hijo de portuguesa, apreció siempre la música popular del vecino país. Mas sin duda, entre otros eventos, resalta su participación en la clausura del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, que se inaugura el próximo día 21 hasta el 12 de julio. En esa última fecha, su guitarra sonará en un lugar de extraordinaria belleza: el teatro del Generalife. El 15 de agosto tomará parte en el muy publicitado Starlite Festival de Marbella.

Paco de Lucía habitaba un bonito chalé en el madrileño barrio residencial de Mirasierra, al norte de la capital. Eran los años 70, cuando compartía el hogar familiar con Casilda Varela y sus tres hijos (dos chicas y un varón). Pero Paco vivía siempre a salto de mata por sus constantes desplazamientos. Y el matrimonio se fue al garete. Con el nuevo siglo habitó en una vivienda en Toledo. Pero acabaría radicándose en México, en la península del Yucatán. Había conocido hace treinta años un pequeño paraíso semidesierto, la Playa del Carmen, y acabó comprándose una vivienda rústica donde ha sido muy feliz en estos últimos años. "Sin obligaciones del reloj, sin preocuparme de la guitarra".

A Paco le ha gustado siempre pescar, que no en vano es de Algeciras, donde vino al mundo el 21 de diciembre de 1947. La pesca submarina es una de sus grandes pasiones. Cuenta que pesca para comer. Lo justo. La cesta del día. Porque le chifla el pescado como buen gaditano. En aquellos lejanos parajes, de salvaje exotismo, ha conocido el descanso, la felicidad, compartiendo su vida con una nueva pareja. Se procuró un pequeño estudio en lo alto de un torreón. Y allí surgió un disco precioso: Cositas buenas. Y, cómo no, desde el Yucatán se ha desplazado para sus giras por Europa y América. Porque, pese a sus prolongados descansos, su nombre de excelso guitarrista internacional no ha bajado de cotización.

En su actual gira española le acompañan cuatro músicos (bajo, armónica y teclados, percusionista y guitarra) dos cantaores y un bailarín. Él es la estrella, mas nunca presume de ello. Su timidez le viene desde niño, cuando su padre, Antonio, se empeñaba en que sus hijos aprendieran a tocar la guitarra. Era una familia pobre. La madre, Lucía, se hartaba de servir en las casas, de fregar, lavar y planchar para sacar adelante a su prole. Y el progenitor trabajaba en lo que podía. A Francisco Sánchez Gómez comenzaron a conocerlo como "El hijo de la portuguesa", hasta que terminó llamándose Paco de Lucía. Formó con su hermano Pepe un dúo, Los Chiquitos de Algeciras: éste, cantiñeaba al compás que le marcaban las notas de guitarra de Paco. Pepe de Lucía es un gran cantaor y compositor, que tanto ha influido en su hija, la muy popular Malú. Aquello ocurría en los primeros años 60 y en la segunda mitad de esa década fue cuando formó pareja con su hermano mayor, el recordado Ramón de Algeciras, también magnífico guitarrista.

Temprano viajero desde jovencito, enrolado en larguísimas giras por Europa y Japón, Paco vivió la mejor época de los tablaos madrileños, acompañando a grandes cantaores. Hasta que en 1967 inició su etapa de solista, consolidada a partir de 1973, con su archiconocido disco "Fuente y caudal", del que popularizó la rumba Entre dos aguas. Hasta entonces, Paco era sólo conocido en los circuitos del flamenco, pero pasaría a ser admirado por miles de jóvenes. Le ayudó en ello su buen amigo Jesús Quintero, a través de su programa de radio "Estudio 15-18". El artista algecireño había introducido en la grabación elementos hasta entonces no muy ortodoxos en el género: instrumentos de percusión, más propios de ídolos del pop-rock. A nadie extrañó que más tarde compartiera escenario y estudios de grabación con auténticas leyendas rockeras y del jazz: Chick Corea, Larry Coryell, Al di Meola y John MacLaughlin.

Si bien esas fusiones musicales le han proporcionado notoriedad en múltiples países de influencia sajona, lo cierto es que Paco de Lucía nunca ha dejado de interpretar flamenco puro. Que él ha revolucionado, ciertamente. Entre las diversas confesiones que me ha hecho, vaya ésta: "El flamenco ha estado inmovilizado en España muchos años y yo lo concibo como una música viva, que refleja el estado de ánimo de quien la interpreta y la escucha. Yo mismo improviso, cambio constantemente. Y conste que no reniego de los grandes maestros: Ramón Montoya, Niño Ricardo y "Sabicas". No sé adónde voy ni lo que quiero: sólo que trato de hacer siempre algo nuevo y no quedarme atrás".

No hay día que pase que Paco de Lucía no pulse las notas de su guitarra –salvo esos imprescindibles días de descanso-. "Es para que mis dedos estén siempre en forma. Y, además, no sé hacer otra cosa en esta vida".

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