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'Agila': el disco con el que Extremoduro subió a los altares del rock

Si bien no fue la génesis de la banda, sí que fue la semilla del Extremoduro actual, especialmente, gracias a la presencia de Iñaki Antón.

Si bien no fue la génesis de la banda, sí que fue la semilla del Extremoduro actual, especialmente, gracias a la presencia de Iñaki Antón.

Inevitablemente, uno asocia el significante "23-F" a los significados "Tejero", "Congreso de los Diputados" o "intento de golpe de Estado", por tratarse de uno de los momentos más dramáticos, tensos e importantes de la historia reciente de nuestra democracia. Pero quienes amamos el rock español de calidad también asociamos el significante "23-F" al significado "Extremoduro", porque el 23 de febrero de 1996, la banda liderada por Robe Iniesta publicó el disco que los convertiría, por fin, en una leyenda: Agila -que en castúo significa "espabila".

Agila no supone ninguna revolución en la calidad radical -de raíz, quiere decirse- de las canciones de Extremoduro. Desde que publicaran en 1989 su primer disco, el cochambroso Tú en tu casa, nosotros en la hoguera -reeditado y regrabado posteriormente, con el título de Rock transgresivo-, Robe Iniesta no hizo otra cosa que componer -algunas mejores, otras peores, claro- temas de alto nivel, voltaje, crudeza y belleza, en los que circulaban temáticas introspectivas, amorosas, libertarias y tóxicas. Aunque las joyas abundan en la producción anterior a Agila, aquí destacamos, por no alargarnos, estas tres: "Decidí", "Quemando tus recuerdos" y "Tu corazón". Vamos a escuchar esta última, perteneciente a Somos unos animales (1991), durante un concierto de la gira del año 2002:

El talento que supuraba "El Robe" era innegable, pero también su anarquía a la hora de grabar las canciones y, sobre todo, de tocar en directo: durante la etapa conocida como "Conciertos del Caos", la banda, como mínimo, improvisaba; por su parte, Iniesta provocaba al público -insultos incluidos-, cuando no acababa completamente desnudo en el escenario. Finalizada la gira, Robe cambia de músicos -la nueva banda estaría integrada por Mon, al bajo; Iñaki Setién "Milindris", a la guitarra, y "Capi", a la batería-, publica, dos años después de su grabación, el valiente Pedrá (1995) y, precisamente, en la presentación de este disco, avanzó cuatro de los temas que, finalmente, incluiría en Agila: "Cabezabajo", "Todos me dicen", "So payaso" y "Buscando una luna". Escuchamos el arranque del concierto:

El 5 de mayo de 1995, Extremoduro se dio su primer 'baño de masas' -oficial, se entiende- en el Palacio de los Deportes del Real Madrid, también dentro de la gira Pedrá. En ese show, amén de tocar "Buscando una luna", la banda presentó otro tema que sería incluido en el inminente disco: "Correcaminos, estate al loro".

Iñaki Antón, determinante

Robe Iniesta dio forma a sus nuevas canciones desde La Zubia (Granada), donde por entonces vivía. Pero los temas que conformarían Agila debían pasar por otro filtro, el del por entonces guitarrista de Platero y Tú -y colaborador habitual, pero no miembro fijo, de Extremoduro-, Iñaki Antón, conocido como "Uoho" desde la infancia por una imitación que hacía del Oso Yogui.

Según cuenta Antón a Javier Menéndez Flores en De profundis. La historia autorizada (Grijalbo, 2013), mientras este se encontraba en Ciudad Real, apareció Raúl Guerrero, manager de Extremoduro, y le dijo: "Pues nada, que me ha dicho Robe que suba y que te baje pa' Graná, que tú eres un cabrón y te vas a volver a Bilbao". El genial guitarrista acudió a la llamada de Iniesta y se filtró por las canciones, puliéndolas, maquillándolas, alejándolas del sonido más sucio y descuidado de los discos anteriores. "No solo se ocupó de la producción -cuenta Robe-, sino que todo lo que es organizar las canciones fue casi como lo hacemos ahora". El 23 de febrero de 1996, la banda desveló el resultado final y, con ello, dejó de ser un grupo marginal por los siglos de los siglos.

Extremoduro nunca sonó tan bien

Agila cuenta con algunas de las canciones más populares de Extremoduro, como "Buscando una luna", "Prometeo", "Sucede" y "So payaso". Es el primer disco en el que la banda identifica a los poetas que cita. Encontramos versos de Antonio Machado -en "Buscando una luna"-, de Miguel Hernández -en "Prometeo"-, de Pablo Neruda -en "Sucede"-, de Sor Kampana -el poema vertiendo polvo es incluido en "Ábreme el pecho y registra"-, y de Ramón Romero Ruiz -"Todos me dicen" deriva de un poema suyo-.

Estamos ante un gran disco de rock, compuesto por una docena de canciones sobre amor/desamor, drogas, marginalidad y transgresión. Como es habitual en la obra de Robe Iniesta, encontramos grandes dosis de lirismo fino alternando con expresiones soeces -por ejemplo, en "Prometeo": "Me revuelco por el suelo y me revienta la polla / de pensar en ti: me desangro y riego tu jardín", o en "Cabezabajo": "Sin hacer prisionero a ninguno, / atreverse a su lado a pasar / recordando cerrar bien el culo, / ¡demasiado tarde pa' cambiar!"-, versos duros -especialmente, contra todo lo relacionado con la autoridad policial: "Quiero ser carnicero con nuestros carceleros", en "El día de la bestia"-, o irónicos -"Hago un esfuerzo / pa' respirar pa' fuera y luego pa' por dentro, / pa' reventar haciendo mucho ruido, / hay quien pensaba que era un nuevo dios naciendo / y era un peo de un exquisito cocido", en "¡Qué sonrisa tan rara!". Quizás sea "So payaso" la canción más conocida de este LP:

Tras la publicación de Agila, la prensa empezó a hablar bien de la banda -cosa inédita hasta el momento-, los conciertos fueron definitivamente multitudinarios -destacar la gira junto a Platero y Tú- y, en definitiva, arrancaron "Su Etapa" -con mayúsculas-, erigiéndose como el mejor grupo de rock de, como mínimo, los últimos 20 años. Así, si bien Agila no fue la génesis de Extremoduro, sí que fue la semilla del Extremoduro original, especialmente, gracias a la presencia de "Uoho", miembro fijo desde la publicación de su siguiente disco de estudio: Canciones prohibidas. Para este último trabajo también se sumó su actual baterista, Cantera, y en el siguiente, Yo, minoría absoluta, Miguel Colino, el actual bajista, quienes forman el cuarteto -básico- actual. Repito: quienes amamos el rock español de calidad tenemos mucho que celebrar recordando la publicación de esta obra de arte.

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