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Gecko Turner es 'extremely' bueno

El músico extremeño Gecko Turner ofreció este miércoles un excelente concierto en Madrid.

El músico extremeño Gecko Turner ofreció este miércoles un excelente concierto en Madrid.
Un momento del concierto | C.Jordá

A veces uno sale de casa camino de un concierto completamente emocionado, preparado para una experiencia única –y en no pocas ocasiones se lleva una decepción mayúscula–; otras noches uno se va casi con pereza, con el frío que hace en la calle y con el plan de ver a un grupo del que poco o nada conoces. Reconozcámoslo, en esos días de compromiso y no poca pereza es muy difícil que el espectáculo sea lo suficientemente estimulante como para hacernos cambiar de humor y disfrutar de la música.

Pero a veces no, y este martes se produjo ese pequeño milagro musical que convierte una noche anodina y de compromiso en un auténtico placer. El culpable fue Gecko Turner, un extremeño con muchos años de carretera a sus espaldas y que tiene música y saber estar para ser más conocido de lo que es en Madrid y en toda España.

La ocasión tampoco prometía el derroche que se vivió: se trataba de la presentación en Madrid de Extremadura es extremely good, una original campaña publicitaria sobre la región como destino turístico que cuenta con banda sonora del propio Gecko.

En definitiva, lo que uno esperaba encontrar era más una modesta faena de aliño para un compromiso un tanto publicitario. Al contrario: Gecko Turner ofreció más de una hora de música intensa, cargada de funky, pero también de soul e incluso reggae, con humor, con mucha profesionalidad y con un plantel de ocho excelentes músicos que casi no cabían en el pequeño escenario de la Sala Clamores.

Por supuesto, el secreto estuvo en el propio Gecko, un perfecto maestro de ceremonias que en cinco minutos deja claro que tiene muchas horas de vuelo sobre el escenario, pero también en ese grupo de músicos realmente excelente, especialmente el bajista Álvaro Fernández, y el guitarrista Miguel Zamora, el primero armado con un bellísimo bajo sin trastes –que sonido tan único aporta este instrumento- y el segundo con una guitarra cargada de ritmo y de wha-wha. Además, una sección de metal con saxo, trompeta y saxo barítono aportaba el calor que la noche necesitaba.

Durante más de una hora Gecko y su banda tocaron canciones propias y algunas versiones, de James Brown a Lou Reed –espléndida su "Walk on the wild side", una canción que no es nada fácil versionar bien- para completar un concierto vibrante, muy divertido y que calentó la noche madrileña llevándola a latitudes tropicales, pero con parada en Extremadura, claro.

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