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Los viajes de Frank Sinatra a España

Este año se cumplen el centenario de su nacimiento y los diecisiete de su muerte.

Este año se cumplen el centenario de su nacimiento y los diecisiete de su muerte.

Imagino que de aquí a fin de año se sucederán infinidad de artículos y reportajes sobre Frank Sinatra, al tiempo que se reeditan sus mejores canciones y se programan algunas de sus películas. Es lo razonable pensando que en diciembre se cumplirá el centenario de su nacimiento, aunque antes, el 15 de mayo se le recordará por la fecha de su muerte, acaecida diecisiete años atrás.

Dada la voluminosa biografía existente sobre La Voz, como fue llamado, me limitaré a centrarme brevemente en el anecdotario de algunas de sus visitas a España, la primera de las cuáles tuvo lugar exactamente el 11 de mayo de 1950, motivada por Ava Gardner, quien por aquellos días rodaba en Tossa de Mar la película Pandora y el holandés errante. Tiempos en los que la relación sentimental de la pareja se había enfriado y al actor-cantante le llegaron a Los Ángeles rumores de que su amada "le ponía los cuernos" (nunca mejor utilizada la expresión) con un torero, actor ocasional a la sazón, su pareja en dicho filme. Se trataba del barcelonés Mario Cabré.

Con malas pulgas, Frankie aterrizó en el aeropuerto de El Prat, marchándose directamente a S'Agaró para encontrarse con Ava en el hotel La Gavina. Pasaron seis días de miel y hiel, volviendo a las andadas: es decir, noches de pasión y mañanas de disputas. Él le trajo de regalo un collar de esmeraldas valorado entonces en la respetable cantidad de diez mil dólares. Como quiera que Mario Cabré reiteraba en los periódicos su encendido amor por la estrella norteamericana, con quien aparecía fotografiado, Frank Sinatra cogió un cabreo de aúpa, sin atender las explicaciones de ella, quien le reiteraba no existir nada con el torero (en realidad, sí lo hubo, aunque fugazmente, una noche encamados), por lo que él salió zumbando, rumbo a París en tanto Ava Gardner lo despedía muy poco finamente: "¡Vete a la m…!".

Dos días más tarde ella volaba a la capital francesa para caer en los brazos del afamado crooner. Sabido es que se casaron el 7 de noviembre de 1951. Sinatra regresó a España en 1956 contratado para la película de Stanley Kramer Orgullo y pasión. Por entonces, Ava Gardner llevaba algo más de un par de años viviendo en Madrid, alojada en un confortable piso del barrio de El Viso, paredaño al que ocupaba el exPresidente argentino Juan Domingo Perón (quien se quejaba de las frecuentes fiestas, muy ruidosas, que organizaba su famosa vecina, entre borracheras y gritos de madrugada). Época en la que Ava se había enamorado del matador de toros Luis Miguel Dominguín, nuestro latin lover más internacional. La apasionada relación entre el torero y la estrella coincidía con los estertores del matrimonio de ésta con Sinatra, quien, no obstante, trató de reconquistarla.

Hay una anécdota reveladora cuando, encontrándose alojado en el hotel Felipe II, de El Escorial, una noche, acabadas sus secuencias en Orgullo y pasión, la llamó por teléfono desde uno de los salones del establecimiento, y sin colgarlo, sentado frente a un viejo piano, comenzó a interpretar un montón de sus románticas melodías, en la natural creencia de que ella estaría al otro lado del auricular. Así transcurrió más de una hora cuando, de repente, a espaldas suyas, escuchó una dulce voz, la de Ava Gardner. Es decir: él le había estado cantando todo ese tiempo a través del hilo telefónico en tanto ella se desplazaba en un táxi para abrazarlo y acabar haciendo el amor en su suite. Esos inesperados reencuentros volverían a sucederse, en tanto Ava proseguía su romance con Dominguín y el propio Frank trataba de seducir a Carmen Sevilla, sin conseguirlo. Ella contaría que Frankie le enviaba docenas de rosas rojas a diario, cenaban juntos, iban a bailar a la parrilla del Rex, en la Gran Vía madrileña, pero fuera de algunos furtivos besos, siempre según testimonios de la actriz andaluza, no hubo sexo entre ambos. Frank Sinatra, que se divorciaría de Ava Gardner en 1957, regresó a España en 1964 para concluir algunas escenas de la película El coronel von Ryan en la Costa del Sol. Una noche, mientras tomaba unas copas en el bar de un hotel de Torremolinos una cantante cubana llamada Ondina Caníbano se arrojó a abrazarlo compulsivamente en tanto un avisado reportero gráfico captaba la insólita escena con sus cámaras. Se armó un considerable escándalo.

El cantante y sus amigos fueron detenidos por la Guardia Civil y a su salida del hotel arrancaron una fotografía enmarcada de Franco, pisándola. Pasaron varias horas en una comisaría malagueña, donde Frank trató sin fortuna hablar por teléfono con el embajador de los Estados Unidos, entre indisimulados insultos a los guardias que lo habían arrestado, acusándolos de ser tratado como si fuera un criminal. Finalmente, Sinatra y sus acompañantes serían multados cada uno con veinticinco mil pesetas. A la salida, Frankie continuaba sus denuestos, jurando en arameo "no volver a este jodido país de sucios bastardos fascistas". Fueron expulsados inmediatamente de España. Adonde ya no volvió más Sinatra hasta 1986, cuando dio un recital en el estadio Santiago Bernabéu (al que apenas acudió la mitad del aforo dada la desastrosa organización) y en 1992, que actuó en Barcelona y La Coruña.

Por cierto, cuando aterrizó en Barajas para el primero de esos eventos, Rocío Jurado le entregó un vistoso ramo de flores, que él agradeció con una simple sonrisa, sin departir con ella ni un segundo, muy probablemente al no haber sido advertido de que se trataba de una primera figura de la canción española y no de una simple azafata. Según una biógrafa del cantante, Kitty Kelley, Frank Sinatra odiaba al general Francisco Franco, asegurando que lo había insultado más de una vez, llamándolo "rata", y en concreto en una carta enviada al Palacio de El Pardo, en la que le deseaba "que se muriese de una vez". Gran cantante, estimable actor. Recogiendo opiniones de quienes lo conocieron, la mayoría de ellos coinciden en que era una persona retorcida, intrigante, un ser sobre todo atormentado en gran parte por sus turbulentas relaciones con Ava Gardner.

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