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Tom Jones a través de los tiempos

El Tigre de Gales y sus 75 años de historia.

En el reino animal, la clave de la supervivencia reside en la adaptación al medio, en la evolución de una especie y su capacidad para adecuarse a un entorno cambiante y salir victoriosos del reto. Aquellos que lo consiguen, prevalecen, y el resto se extinguen con el tiempo. En el terreno de la música, la lucha resulta igual de feroz, y raro es el intérprete que logra una posición de privilegio y disfruta de ella a sus 75 años de edad. Claro que el artista en cuestión, nacido hace tres cuartos de siglo, no es otro que Tom Jones, el tigre de Gales.

Nacido en Pontypridd, Gales, un 7 de Junio de 1940, el joven Thomas Woodward Jones creció sin prestarle demasiada atención a campos como los deportes o los estudios, y con una sola pasión: la música. Estimulado por cada grabación de soul y r&b que llegaba del nuevo continente, comenzó a cultivar su poderosa voz superando la tuberculosis a la edad de doce años, y creciendo en su obstinación por cantar al tiempo que asistía al nacimiento del mito de Elvis Presley (al que, con el tiempo, le uniría una gran amistad). Tras figurar como vocalista de algunas pequeñas formaciones locales, su talento llamó la atención de managers y figuras del mundo del espectáculo, que le llevaron a la firma de un contrato con el prestigioso sello Decca. Tan solo necesitó dos lanzamientos al mercado para triunfar más allá de las islas, con la aparición de su icónico tema "It’s No Unusual", editado a comienzos de 1965. Llegaba la brutal expansión de bandas englobadas en la british invasión, que conquistaron las listas de éxitos en Estados Unidos y que encabezaban The Beatles, y Jones formó parte de tan ilustre hornada, aunque en un registro separado del beat y el rock de aquellos años: la fama del bueno de Tom se cimentó en facturar canciones en films tan destacados como "What’s New Pussycat?" o el film de la saga Bond Operación Trueno.

Pero el éxito rara vez continúa si el artista no cambia de piel, y tal fue el caso del vocalista de Gales. Redefiniendo su estilo y aprovechando su versatilidad, sacó al mercado un álbum lleno de country titulado Green, Green Grass of Home, un guiño al mercado USA y una oportunidad de desarrollar su arte en otro terreno (aunque en ocasiones había despachado temas con raíz blues, y el soul nunca saldría del todo de su base interpretativa). Al tiempo que regalaba aquel gran disco, comenzó un ritual que mantendría durante casi toda su carrera: el de figurar en los neones de la ciudad de Las Vegas junto a crooners varios y alternando con el mismísimo Elvis. Una máquina de producir hits como lo fue aquel "Delilah", que alcanzó las primeras posiciones en más de medio mundo, en una época tan controvertida y desafiante en lo musical como 1968. La experiencia de anfitrión en sus shows de la ciudad del juego contribuyó a la creación de su propio show televisivo, el recordado This is Tom Jones, en el que compartiría escenario con figuras tan distintas como Janis Joplin, Paul Anka o Sammy Davis Jr.

Con la llegada de los años setenta, la popularidad de Jones se mantuvo gracias a la solidez de su voz en directo, pero hacia mitad de la década, la polarización de gustos entre el rock y la naciente música disco desplazaba a un artista que no se encuadraba en ninguno de ellos. Salvo excepciones como "She’s a Lady" o "Say You’ll Stay Until Tomorrow", la suerte parecía haber esquivado a un artista que, lejos de perder el norte, decidió refugiarse de nuevo en el country, a la espera de lo que el futuro podría depararle en el terreno musical.

La primera sorpresa en este sentido tardaría en llegar un poco, ya inmersos en la década de los ochenta. Alentado por su hijo Mark, que además se convirtió en su manager, Jones desafiaba a los complejos y al inmovilismo artístico al reventar de nuevo las listas con su versión del Kiss creado por Prince, facturando un exitazo en colaboración con el proyecto Art of Noise.

De nuevo sorprende con un relanzamiento de su popularidad a comienzos de los noventa, cuando una nueva generación de fans descubre su veterano "It’s No Unusual" en la serie El Príncipe de Bel-Air, en la que la canción aparecía de forma recurrente y donde además participó el propio intérprete en persona en varias ocasiones. Una segunda juventud que continuaba con su aportación a la banda sonora de un insospechado éxito en la cartelera, The Full Monty. Su interpretación de la sensual "You Can Leave Your Hat On", espoleada por su extraordinaria potencia vocal, le colocaba más cerca que nunca de un público joven… y también de aquellos artistas que triunfaban entre dicho público.

Esa comunión tomó forma con el lanzamiento del álbum Reload, en el que compartía duetos con figuras nuevas y variadas como The Cardigans, Stereophonics, Portishead o Robbie Williams, además de colaborar con un icono como Van Morrison. Curiosamente, y a pesar de que en el disco se versionaban temas algo más clásicos, el principal reclamo de las pistas de baile residía en un tema nuevo, facturado junto al productor Mousse T., bajo el título de "Sex Bomb". Casi 35 años después de su debut en el mundo de la música, Tom Jones volvía a triunfar por todo lo alto.

En los últimos quince años el artista sigue trabajando de manera incansable –si bien ha espaciado sus lanzamientos musicales en períodos de tres años entre uno y otro- y rara vez ha estado lejos de las primeras posiciones de las listas británicas. Un mérito que hay que asociar a su impresionante voz de 75 años que, sin ánimo de ofender a sus colegas de profesión, ha demostrado ser más joven que la inmensa mayoría de las candidatas a sucederla. Tres cuartos de siglo, y todavía dando la nota mejor que nadie. Feliz cumpleaños, señor.

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