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Escándalo internacional por el veto antisemita del festival Rototom en Benicasim

El festival Rototom es el mayor encuentro de música reggae en Europa, pero en la edición de este año la música ha pasado a un segundo plano.

El festival Rototom es el mayor encuentro de música reggae en Europa, pero en la edición de este año la música ha pasado a un segundo plano.
Matysiahu durante un concierto en una imagen de su cuenta en Instagram | Instagram

El festival Rototom ha cancelado la actuación prevista de un artista judío procedente de EEUU, el cantante Matisyahu, tras el boicot que había anunciado la asociación BDS País Valencià, un grupo que defiende que la política respecto a Israel debe pasar por boicot, desinversiones y sanciones.

Se da la circunstancia de que Matisyahu ni tan siquiera es israelí, pero eso no ha frenado a los boicoteadores que le acusaban de "sionista" y de haber "negado la existencia de Palestina". Ante estas exigencias la organización decidió pedir al artista judío lo que no ha pedido a ningún otro participante en el festival, ni siquiera a la "delegación venezolana encargada de representar cultural e intelectualmente a la patria de Bolívar": unas declaraciones políticas sobre su opinión sobre el conflicto israelí-palestino.

Matisyahu, cuyas canciones no incluyen ningún tipo de referencia política, se ha negado en redondo a vincular su actuación como artista a unas declaraciones que no se pedían a nadie más, y la dirección del festival ha decidido entonces cancelarla.

Escándalo internacional

La noticia se ha convertido automáticamente en un escándalo internacional que no sólo ha recogido toda la prensa española sino también medios estadounidenses de la relevancia de Newsweek o Foxnews, y por supuesto los periódicos de referencia en Israel como Times of Israel, Haaretz, en los que figura como una de las noticias más leídas de las últimas horas, o Jerusalem Post.

Pero las reacciones han ido más allá de la prensa: el World Jewish Congress (WJC)–la mayor organización judía del mundo- ha hecho pública una durísima nota de prensa en la que su presidente, Ronald Lauder, expresa su "indignación" y "perplejidad absoluta" por la decisión que ha denominado "un ejemplo claro de antisemitistmo y nada más".

Lauder ha recordado que en una sociedad "libre y democrática" Matisyahu "no sólo tiene derecho a expresar sus puntos de vista (…) sino que también tiene todo el derecho de no compartir las repugnantes opiniones que los organizadores del festival trataban de imponerle".

"Es un músico al que se le ha negado la oportunidad de ofrecer su concierto (…) sólo porque él es judío y porque se niega a apoyar el fanático movimiento BDS", concluye el presidente del WJC que recuerda también que el festival recibe apoyo económico de entes públicos en España –el ayuntamiento de Benicasim, la diputación de Castellón, que le destina más de 90.000 euros, y RNE- a los que solicita que exijan la readmisión de Matisyahu en el cartel del festival o que retiren este apoyo económico.

También la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) ha condenado la "cobarde, injusta y discriminatoria" decisión. La organización recuerda que es "su condición de judío" la que hace que al artista se le haya exigido "un posicionamiento político no requerido al resto de participantes".

"Actos de esta naturaleza –añade- violan los Derechos Fundamentales garantizados por nuestra Constitución, niegan el legítimo ejercicio de actividades profesionales y provocan discriminación y odio que se ceba con grupos y particulares por su origen, en este caso, judío".

Las explicaciones del festival

El director del Rototom Sunsplash, Filippo Giunta, ha publicado un texto en Facebook en el que trata de explicar el punto de vista de su organización sobre lo ocurrido en el que, de forma sorprendente, niega haber cedido a las presiones de BDS País Valencià además de condenarles "enérgicamente por el extremismo de sus tonos y de sus razonamientos".

Sin embargo, Giunta asegura haberse encontrado "entre dos extremismos", equiparando así a los boicoteadores y a "un artista que, frente a nuestra simple (y legítima) pregunta de condena de la guerra como instrumento de resolución de los conflictos (de TODAS las guerras) ha evitado repetidamente responder".

Es decir, que Rototom tiene derecho a pedir un posicionamiento político a todos sus participantes, aunque sólo lo ha hecho en el caso del único artista judío que tenía en cartel, y decidir en virtud de su respuesta o de su falta de ella que es un "extremista" que no tiene cabida en su festival.

La carta y la propia suspensión contrastan con la opinión expresada por Filippo Giunta unos días atrás en la misma cuenta de Facebook, en la que era muy claro al respecto: "Creo es evidente que todo este ‘escándalo’ deriva del hecho que Matisyahu es hebreo. Ninguna ‘investigación’ parecida ha sido hecha nunca por nadie de los artistas que han venido hasta ahora en el Sunsplash. (…) Me parece que se escarnece contra Matisyahu solo porque es judío. Y todo esto me apesta a racismo".

Sin embargo, Rototom sí pidió explicaciones al artista hebreo que, tal y como reconoce la organización, comentó que varias de sus canciones son consideradas "gritos por la paz y el entendimiento humano" y que ha actuando ante y con "musulmanes religiosos e incluso con palestinos", además de recordar que "a pesar de que apoyo a Israel nunca he llevado mi visión política a mi música o a mi show".

¿Consecuencias legales?

La decisión del Rototom podría tener consecuencias más allá del escándalo en el que se ha visto envuelto el festival: el presidente de la asociación española Acción y Comunicación en Oriente Medio (ACOM) ha anunciado en Twitter que se está preparando "acciones legales" como respuesta al boicoteo.

Por su parte, el eurodiputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta también ha utilizado la red social para advertir a los organizadores del festival que su "acto antisemita" llegará en septiembre al Parlamento Europeo. "Esto no quedará así", concluía Girauta.

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