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Nati Carrillo homenajea a Isabel Pantoja

Cantaora mallorquina de raíces andaluzas, su homenaje a Pantoja y Jurado tiene estilo y clase.

Cantaora mallorquina de raíces andaluzas, su homenaje a Pantoja y Jurado tiene estilo y clase.
Nati Carrillo | Youtube

Asistimos, complacidos, en la tarde del pasado miércoles a una función única en el madrileño teatro Bellas Artes, aprovechando el día de descanso del monólogo teatral de Lolita ("La Plaza del Diamante") para escuchar a una cantaora de coplas, ya curtida en concursos y giras, aunque inédita para aún muchos seguidores de este género. Es mallorquina, hija de emigrantes andaluces, desconozco su edad (debe frisar la treintena y si no es así le pido disculpas) y responde al nombre de Nati Carrillo. Me entero que familiarmente es conocida por Nane. Pues, bien: nos ofreció un ameno espectáculo titulado "Hoy quiero confesar", de hora y media de duración, en el transcurso del cual interpretó quince canciones, gran parte de ellas estrenadas por Isabel Pantoja y el resto popularizadas gracias a Rocío Jurado.

Es, obviamente, un homenaje a ambas, consideradas los máximos exponentes de la canción española de los últimos cuarenta años. Lo fácil hubiera sido imitarlas pero la isleña no cayó en ese error de principiantes. Tiene una gran voz, sabe en general manejarla, descontando algunos grititos fuera de lugar o cierta grandilocuencia al dramatizar alguna estrofa. Por lo demás, tiene estilo; sabe cantar. No caeremos en comparar sus versiones con las originales, pero salió airosa del importante compromiso para ella que suponía debutar en Madrid, sólo en una actuación. Con nota destacada: notable.

Aunque nos parece debiera soslayar ciertos movimientos escénicos, gestos poco estéticos como abrir ligeramente la falda del segundo vestido que lució de los tres –un modelo de noche, con apertura lateral- para subirla a la altura de las rodillas. Por muy sensual que intentara acentuar el argumento de alguna copla, no precisaba en un teatro como el Bellas Artes de esas insinuaciones, más propias de las varietés o los cuplés pícaros de un lejano ayer. De esa quincena de piezas, reseñemos: "Era un vida él", "Pasó tu tiempo", "Buenos días, tristeza", "Se me enamora el alma", "Marinero de luces", "Señora", “Hoy quiero confesar”, “Caballo de rejoneo” (extraordinaria interpretación como alguna otra de las citadas), “Déjala correr”, “Nada”… Dedicó “Feriante” a la memoria de su abuelo, elevando la vista, pues era la profesión de éste, poniendo broche de oro al muy digno programa con “¡Aquella Carmen!”, lírica evocación que escribieron para Isabel Pantoja los maestros Rafael de León, letrista de oro, y el extraordinario compositor Juan Solano. Éste, me confió un día que cuando le llevó el número a la artista sevillana para ensayarlo se entrometió la mamá de la artista: “¿Pero quién es esa Carmen, por qué mi hija tiene que cantar esto…?” La copla estaba dedicada a la memoria de Carmen Amaya, la más grande bailaora de su tiempo (sin que nadie haya podido compararse con ella después) y fue un éxito en la voz de la intérprete trianera, la que con el beneficio penitenciario goza de libertad desde hace unas semanas y se apresura a ponerse a punto para reaparecer cuando llegue el verano, a cien mil euros, dicen, por gala.

A esta Isabel Pantoja, criticada por muchos, alabada por quienes también le guardan fidelidad y la admiran, le tiene mucho aprecio Nati Carrillo, que se sabe de memoria todo su repertorio. "Hoy quiero confesar", el espectáculo estrenado en Madrid, lo dio a conocer ya en marzo de 2015 en el Auditórium de Palma de Mallorca. Luego lo llevó a varias ciudades de la península, sobre todo andaluzas. Anteriormente mantuvo tres temporadas otro, "Alma de copla", donde estaba acompañada al piano por un hijo de Felipe Campuzano. Ahora son diez músicos de Conservatorio quienes se encargan de ello bajo la dirección de Toni Cuenca, con gran brillantez. También la artista balear grabó años atrás dos discos, "Sueños" y "Fue por ti". Una vez que ha recurrido a versiones de copla de dos grandes estrellas para así servirle de mejor tarjeta de visita ante los oídos y presencia de quienes no la conocíamos, lo esperado es que en próxima ocasión disponga de repertorio propio para asegurarse un éxito más personal y así ser reconocida. Es lo que le deseamos; méritos no le faltan.

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