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Pasión Vega cumple 40 años sumida en el misterio

Se casó en 2014, días antes de dar a luz a Alma, pero poco más se sabe de su vida personal.

Se casó en 2014, días antes de dar a luz a Alma, pero poco más se sabe de su vida personal.
Pasión Vega | Archivo

Cuarenta velitas apagará Ana María Alías Vega este sábado, 23 de abril, previsiblemente en su casa gaditana, junto a su marido y su hija. Un acontecimiento familiar que como otras celebraciones suyas las compartirá únicamente con sus íntimos, enemiga como es de aparecer en los medios de comunicación si no es por motivos estrictamente laborales. Me estoy refiriendo, naturalmente, a Pasión Vega que es como se la conoce en los medios artísticos, sobrenombre que le endosó un escritor sevillano cuando la neófita intérprete grabó el que figura en su discografía como el primero de su carrera, fechado en 1996, "Un toque de distinción". Sin embargo, el que marcó su debut fue en 1993, un sencillo, de vinilo, con un par de piezas, "Estos detalles", que le daba título al ejemplar, y "Toda mi vida". Difícil de encontrar a día de hoy en el mercado y que se comercializó con su verdadero nombre y apellidos.

Fue consecuencia del premio que ganó en un concurso radiofónico de artistas noveles ese mismo año; había participado ya en 1992, pero quedó tercera. Todavía no tenía claro si seguir sus estudios de Magisterio cuando se matriculó en la Escuela de Arte Dramático de Málaga, convenciéndose que debía luchar por su vocación artística. Lleva profesionalmente veinte años alternando coplas, que fue el género que la convirtió en una artista muy popular en toda España, con tangos y baladas pop. Ha cantado en el teatro Real de Madrid en tres ocasiones, escenario que no es habitual para cantantes de medio pelo, y mantiene desde hace más de un año un espectáculo titulado "Pasión por Cano", igual que el del disco de duetos aparecido a finales de 2015 donde reunió una selección de composiciones del recordado cantautor granadino junto a voces tan relevantes como las de María Dolores Pradera, Joan Manuel Serrat, Miguel Poveda y Estrella Morente.

Esa leyenda de sus conciertos obedece realmente a la admiración sin límites que sigue ejerciendo hacia Carlos Cano desde que, muy jovencita, lo escuchó por vez primera: "He bebido en sus fuentes, soy su alumna y veo complicado que salga otro trovador de lo popular como él". Llegó a participar en un homenaje al autor de "Habaneras de Cádiz" en el teatro Manuel de Falla de la Tacita de Plata. Pasión Vega recuerda cómo en uno de sus primeros recitales, Carlos Cano se hallaba entre el público. Les unió una sólida amistad. Lo mismo que ella también tiene como referentes en su vida artística dos nombres que están muy unidos a su repertorio habitual: Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Sobre el primero, cuenta que se sabía de memoria muchas canciones, al punto que una de ellas, "Romance de Curro el Palmo" la incluyó Pasión en su disco ya citado de 1996, "Un toque de distinción". Por entonces, "el Noi de Poble Sec" fue a cantar a Málaga y el padre de ella (porque la cantante no se atrevió a acercarse hasta su ídolo) consiguió llegar hasta el cantautor catalán, a quien le entregó un ejemplar del disco de su hija. Días después, ante la sorpresa de Pasión Vega, Serrat la telefoneó para felicitarla por la versión que había hecho de aquel romance. Más adelante se encontraron y desde entonces mantienen una mutua corriente de simpatía. Ella le ha cantado también "Lucía" y "Sinceramente tuyo".

El contacto con Sabina surgió cuando ambos tenían al mismo representante artístico, lo que posibilitó que Pasión Vega acudiera un día a casa de Joaquín, en las cercanías de la madrileña plaza de Tirso de Molina, barrio castizo de Lavapiés, donde el cantautor de Úbeda, fascinado por la voz de su invitada, le regaló la letra de "Cómo te extraño", dedicada a la memoria de Camarón de la Isla, que pensaba podría cantar Enrique Morente. No sé si llegó a comprometerse con éste, pero el caso es que Pasión Vega, halagada por el presente, la incluyó en su repertorio y por supuesto la grabó en 2001. Ha dado a conocer de Sabina "La canción de las noches perdidas" y algunos temas más.

Pasión Vega es andaluza de sentimiento y de cultura, la de sus ancestros, aunque en realidad naciera en Madrid el 23 de abril de 1976 en la clínica Nuevo Parque. Ocurre que sus padres se instalaron en Málaga cuando ella contaba tres años de vida. De ahí que diga a menudo en las entrevistas que es natural de esta capital. Por cierto que en algunas biografías suyas figura el dato erróneo de llegada al mundo en 1978. "Se quitó" dos años por insinuación de quien fue su representante, Paco Gordillo (el mismo que lo fue tantos años de Raphael y también algunas temporadas de Rocío Jurado y Marisol, cuando se anunciaba Pepa Flores). Pero no se llevaron bien y rompieron su compromiso. Pasión Vega lo acusó de autoritario y de que pretendía tenerla controlada las veinticuatro horas del día, tratando además de espantarle el novio que tenía. Carmen Jara, cuñada del desaparecido Gordillo, me contó que Pasión Vega fue muy desagradecida con Paco, pues éste invirtió tiempo y dinero en su afán por convertirla en una estrella, como había ocurrido con otros artistas suyos y luego ella le dio "la patada de Charlot". Cierto es, lo reconozca o no Pasión Vega, que gracias a Paco Gordillo se convirtió en una cotizada cantante que entusiasmaba con sus versiones de coplas clásicas, como "Ojos verdes", de la que hizo una soberbia versión.

A partir de 2003 tuvo otros mentores y es cuando no se dedica ya a cantar sólo coplas, sino que diversifica su repertorio, lo que por un lado le granjeaba admiración de un público más juvenil, para el que interpretaba baladas pop, pero alejándose de otro sector que la había encumbrado. Segura de su decisión pudo convencer a sus seguidores de que no debía anclarse en un solo género. Y hasta conquistó a los argentinos en Buenos Aires con sus versiones de tangos famosos. A día de hoy Pasión Vega ya tiene una biografía musical cimentada lo suficiente para elegir ella misma su repertorio, incluso por encima a veces de los criterios de algunos directivos discográficos.

Es mujer de genio, con personalidad, aunque la disimule con una sonrisa que la hace parecer más frágil. Su casi paisano, el actor Antonio Banderas, la bautizó al conocerla como "La voz de seda", sobrenombre que le sirvió al periodista Daniel Heredia para escribir una excelente biografía sobre la cantante. Lo único que no consiguió en su libro fue reflejar aspectos relacionados con la vida personal de ésta, reacia siempre a confesar detalles sobre su intimidad. Su pudor en ese sentido supera al de la mayoría de sus colegas de generación. Casi nada se sabe sobre su pareja, pues ocultó quién era a los informadores. De vez en cuando deslizaba sólo su nombre simple de pila, Carlos. Ya hemos podido saber su identidad completa: Juan Carlos Román (ningún parentesco nos une, dicho sea de paso), ignorando a qué se dedica. Apenas hay fotos de la pareja. Se acaban de cumplir dos años de su boda, que celebraron en Cádiz, donde residen, en la más completa intimidad. No circuló imagen alguna de la ceremonia. Días después Pasión Vega daba a luz a su hija Alma, sobre quien dice orgullosa y feliz, que le ha cambiado la vida. Suele llevársela consigo en sus giras, al cuidado permanente de una persona de su confianza. Y como ella no da titulares llamativos en sus comparecencias en público, poco más podemos añadirles: que tiene programadas muchas actuaciones de aquí al verano y que se siente muy contenta tras cumplirse dos años de su boda y su maternidad.

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