No hay muchos tenores de fama mundial que lleven en candelero tanto tiempo como Plácido Domingo, quien tiene una cita importante este sábado 23 de abril, en el Liceo barcelonés, festejando el medio siglo de cuando debutó en el coliseo de las Ramblas, ahora dirigido por José Luis Gómez en una representación de Simón Boccanegra. Cincuenta años cumplidos en los escenarios líricos de España pues fue en enero de 1966 cuando se estrenó aquí como tenor, aunque luego hiciera frecuentes incursiones en la faceta de barítono. Entre 1972 y 1980 el tenor madrileño vivió con su familia en Barcelona, de ahí que su presencia ahora está llena de emociones y múltiples recuerdos.
La época aquella en la que coincidía en ese templo catalán de la ópera con muy queridos colegas, como Jaime Aragall, Montserrat Caballé, Pedro Lavirgen, Vicente Sardinero, José Carreras, Juan Pons… Simón Bocanegra es una ópera a la que Plácido Domingo tiene mucha querencia: sin ir más lejos hace apenas una semana la volvió a representar en el Metropolitan neoyorquino donde, haciendo balance, cuenta que ya ha actuado ¡setecientas cincuenta veces!
"La voz se acaba un día, pero yo estaré en activo mientras mi voz responda". Viene en los últimos tiempos alargando su carrera con papeles de barítono, sin abandonar del todo los de tenor. Y anuncia que, cuando le llegue la hora de retirarse, no quiere dejar del todo los escenarios, pues prevé continuar como director musical, como gestor de algunos teatros y al frente de su concurso Operalia, donde periódicamente descubre nuevos talentos entre los jóvenes. Y como el humor no le abandona al gran tenor, refiere que "cuando firmo algún nuevo contrato suelo decir que a lo mejor no llego a cumplirlo". Esos mismos cincuenta años en su curriculum son los que asimismo celebrará en el estadio Santiago Bernabéu el próximo 29 de junio, en un espectáculo titulado Plácido en el alma, donde voces del pop melódico le tributarán un gran homenaje. Las de David Bisbal, Pablo Alborán, José María Cano, Café Quijano…
Volverá a escucharse –seguro-el himno del Real Madrid, en la versión de Plácido, que a mí, y a muchos merengues no nos convence dicho sea de paso. Aunque cursi, yo prefiero lo de "¡Hala, Madrid!" y "las glorias deportivas que campean por España, y el Madrid con su bandera…", que nos cantaba el ya olvidado José de Aguilar, que fue el que lo grabó hace la broma de sesenta y cinco años, a cambio de unas míseras cinco mil pesetas. Pero, bueno, allá cada cuál con su himno. Siguiendo ese itinerario tan dispar en sus contratos, Plácido Domingo irá en agosto a actuar en un escenario flotante de la Amazonia brasileña. Hay una cosa curiosa: y es que controla los números de actuaciones operísticas que lleva en su larga carrera: exactamente hasta la fecha tres mil ochocientas veintiuna. Un maravilloso récord.