Regreso triunfal de Foo Fighters a España
Por culpa de unas cervezas, entramos justos de tiempo en el Palacio de los Deportes y eso nos hizo tener que esquivar groupies, tipos duros, viejos amigos, proveedores de bebidas extasiados, además de gente que hacía cola en el baño, todo ello para poder llegar a nuestra localidad. El alivio de muchos llegaría al comprobar que dentro del pabellón se podía fumar plácidamente, incluso algún que otro empleado de producción pedía el mechero a los asistentes. Así que ubicados en nuestra butaca a la espera de los estadounidenses, encargamos unas cervezas y nos hacemos la original reflexión de siempre: A ver qué tal, ¿No?. Tantos siglos de progreso en la humanidad para esto.
Y mientras proseguíamos con esta cultivada conversación entre Óscar Sanz, Miguel Ángel Andrino, Daniel Palacios y un servidor, la luz del recinto se apagó dando paso al grito unísono de las más de quince mil almas que allí se reunían. Sabiendo que en ese mismo momento, comenzaba uno de los mejores conciertos de rock de los últimos años en el foro.
Disculpad la calidad del vídeo, pero es lo único que he encontrado en la red del inicio del concierto. Así que como podéis comprobar, Bridge Burning y Rope, abrieron la noche en la que Foo Fighters regresaba a la capital tras diez años de ausencia. Y en cierto modo, conseguimos evidenciar desde el principio que Dave Grohl tenía muchas ganas de quitarse la espina de Madrid, ofreciendo un sonido maravilloso para un concierto enérgico cargado de su nuevo material, el cual suena muy pero que muy bien (White Limo, Dear Rosemary, Arlandria). Pero lógicamente hubo tiempo para sus clásicos (The Pretender, This is a Call, My Hero, Monkey Wrench, Breakout, Beast of You, All my Life) y así llenar las dos primeras horas de espectáculo antes de darnos un respiro, donde siguieron bromeando con el público de una forma similar a su anterior concierto en Milton Keynes Bowl.
Y el break expiró con el solitario regreso a escena de Grohl para interpretar Wheels, donde desvistió su aura de rockstar al público, reconociendo ser un fan más, al tiempo que le caía una gorra lanzada por el público.
Cuatro canciones (Times Like These, Young Man´s Blues de Mose Allison, Tie Your Mother Down de Queen) que alargaron una noche de rock puro y duro, sin concesiones, con poses, espectáculo, actitud, risas, duelos de guitarra y con agradecimientos a una audiencia ejemplar y entregada, que se desarmó con el último single de la noche, Everlong. Sin género de dudas, Foo Fighters son una de las pocas esperanzas del rock and roll, sin artificios ni grandes decorados, simplemente guitarras pesadas, ritmos frenéticos y control total de los tiempos de un concierto y del set list. Gracias a todos aquellos críticos que en 1995 vieron en Foo Fighters a la banda del ex batería de Nirvana, porque la rabia contenida, el esfuerzo, la ilusión, el trabajo y la pasión de un artista, ha hecho que dieciséis años después, nos encontremos con un concierto de casi tres horas como el de anoche. Impresionante. Larga vida al Rockn´Roll!!
Y yo lo tuve la inmensa suerte de compartirlo contigo señor Cardeña. Inmenso concierto e inmensa crónica.
¡¡¡Cochina envidia estoy rezumando por todos los poros!!! Lo que habría dado por estar ahí, pero vivir lejos de Madrid y Barcelona hace que me tenga que conformar con música de importación en lata, y que al final solo pueda agradecer las crónicas que me hacen imaginar todo lo que me pierdo y envidiar al cronista de turno. Ahora, solo de pensar que los RHCP estarán tan cerca en Diciembre y yo volveré a quedarme con las ganas.... En fin, Mr. Grohl ya ha demostrado todo lo que tenía que demostrar. Su amigo KC llevó la fama, y el ya lleva cardando lana, picando piedra y haciendo toda clase de trabajos 20 largos años. Hay que honrar a este señor, que con la debida distancia que darán los años será recordado como uno de los grandes. Gracias por la crónica. Dame muchas más razones para envidiarte...
El mejor concierto que yo he visto fue a los barones en la piscina municipal, a finales de los ochenta, ya volaban bastante bajo pero se lo curraron bastante bien, tocaron durante casi tres horas, no faltó ni una, Sherpa se metía unas lonchas así de grandes cada tres o cuatro canciones, nosotros nos teníamos que conformar con el canuto comunitario y la golfa litrona baboseada, estábamos unos doscientos, todos éramos buenos chicos, al final nos firmaron unos autógrafos, Sherpa también, se le iba la mandíbula y tenía los ojos de un tiburón en el Caesar´s Palace de Las Perdiciones, fue una buena noche, terminamos magreando comunitariamente a una treintañera greñuda y colocadísima, fea como un día en Alburquerque, entonces todos éramos comunistas sin saberlo, no nos quedaban más cojones...saludos tron, buen artículo.