Era uno de los regresos más esperados para la pequeña pantalla...y no podía haber sido peor. Los seguidores japoneses de Dragon Ball han mostrado en las redes sociales su malestar por la baja calidad de las imágenes de la mítica serie de Akira Toriyama.
La nueva ficción, que tras 18 años recupera las aventuras de Goku, Vegeta y compañía, lleva por título Dragon Ball Super. Tras semanas de expectación, el resultado ha sido decepcionante. Comenzó con críticas sueltas, pero el quinto episodio ha rematado a los que aún tenían esperanza de que la cosa mejorase.
El descontento ha sido tal que se ha comenzado a recoger firmas para presionar a Toei Animation bajo el lema "Esto no es Bola de Dragón". Los críticos piden explicaciones por lo que califican como "pésima animación, con trazos irregulares, falta de detalles y deformidades en los personajes".
Sin embargo, el asunto ha destapado un problema mayor en la animación japonesa. Thomas Romain, animador francés y uno de los pocos extranjeros que trabaja en esta industria en el país nipón, apunta a que el trabajo es muy duro, por lo que si se mejoraran las condiciones laborales de los trabajadores, también mejoraría la calidad del anime.
"Solo Studio Gibhli puede permitírselo", añade.