Cumple Josele Román setenta años este último viernes, 28 de octubre. Valenciana de nacimiento, María José Peralt Román fue primero bailarina clásica, representando La Cenicienta, de Rossini y La flauta mágica, de Mozart. Mas luego, en la década de los 70, se convirtió en una de nuestras mejores actrices cómicas, compitiendo en cierto sentido con "la chacha del cine español", que era Gracita Morales. Quizás por eso, quien aparecía en las carteleras como Josele Román, cansada de lucir cofia y mandiles de sirvienta, decidió dar un vuelco a su carrera. Pero nos dejó hace de esto más de cuarenta años una serie de películas muy populares, junto a los muy acreditados Paco Martínez Soria, Alfredo Landa, José Sacristán… Sobre todo con estos dos últimos, dirigidos por Pedro Lazaga, Vicente Escrivá y Mariano Ozores, entre los más conocidos realizadores de ese género: Don Erre que erre, Vente a Alemania, Pepe, Aunque la hormona se vista de seda, Vente a ligar al Oeste, Manolo la nuit, El reprimido, El virgo de Visanteta, La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona… Títulos que pueden denostarse pero que en taquilla daban un dineral.
Alfredo Landa la consideraba una de las grandes cómicas de nuestro país, ensalzándola cuando por primera vez trabajaron juntos en El alma se serena, en el madrileño teatro de La Comedia, año 1968. Nueve temporadas más tarde volvieron a encontrarse en otro escenario, el del Marquina, para protagonizar la comedia musical Yo quiero a mi mujer. Donde cantaban y bailaban, además de parlotear. Hasta grabaron un disco con toda la compañía. De esa época, el desaparecido actor pamplonica recordaba en sus memorias que Josele Román "comenzó a cambiar y a meterse de todo, hasta que se salió de órbita". Enterada la actriz por terceros de esas acusaciones, aunque confesaba no haber querido leer el libro, arremetió furiosa contra Landa en un programa de televisión, declarando no haber probado jamás droga alguna, salvo algún "canuto". De paso, contraatacaba recordando cómo Alfredo engañaba a su mujer con una actriz rubia, con la que había tenido frecuentes "gatillazos".
Este cruce de alfilerazos situaban a la actriz levantina en otra actividad: la de cantante rockera, a partir de 1985, en varios conjuntos femeninos, como Román Free, donde daba rienda a su pasión por el heavy metal, heavy electrónico, techno duro. Iba viviendo de sus actuaciones en baretos y locales especializados en ese tipo de música; circuito donde llegó a tener un nombre, aunque creemos que su cotización nunca alcanzó la que ostentara en su faceta de actriz de cine, teatro y televisión. En esa época de rockera, ataviada con "chupa" de cuero y peinados "punks", hasta Pedro Almodóvar, en sus inicios tras la cámara, la tuvo a sus órdenes en el cortometraje titulado Tráiler para amantes de lo prohibido".
Debió cansarse Josele Román de aquella aventura con el rock y tras más de un decenio decidió retornar a su viejo oficio de cómica. Sólo que ya su nombre "sonaba" menos que décadas atrás, el cine que se rodaba era bien diferente y ella había perdido indudablemente popularidad. Su nombre apareció en junio último en las páginas de tribunales, condenada a pagar veinte mil euros a Paola Borga Villar, hija del desaparecido "play-boy" y actor Espartaco Santoni, el ex de Marujita Díaz y marido por corto tiempo de Tita Cervera. La causa por la que Josele Román debía pagar esa indemnización fue porque el 19 de enero de 2003, en un programa de Antena 3, confesó haber sido violada por Espartaco Santoni. Muerto éste en 1998, el juez que entendía el caso consideraba que no podía demostrarse que la actriz hubiera sido víctima de cuanto había declarado ante las cámaras de televisión. Reparado el honor, Josele Román volvió a lo suyo, e intervino este año en la película Kiki, el amor se hace, filme de Paco León.
En la actualidad, Josele Román reaparece en el madrileño teatro Bellas Artes con una comedia del género negro, a base de "scketchs" que le han escrito expertos en guiones cinematográficos, como Félix Sabroso, Máxim Huerta y la también actriz Antonia San Juan. La obra se titula Qué bello es morir, donde la valenciana comparte cartel junto a la asturiana Beatriz Rico.