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Alfonso Ussía: "Mi abuelo era un patriota, eso no hay quien lo dude"

Se cumplen 80 años del asesinato en Paracuellos del Jarama de  Muñoz Seca, uno de los mayores autores teatrales de España. 

Se cumplen 80 años del asesinato en Paracuellos del Jarama de  Muñoz Seca, uno de los mayores autores teatrales de España. 
El dramaturgo Pedro Muñoz Seca. | Archivo

El 28 de noviembre de 1936 fue fusilado en Paracuellos del Jarama (Madrid) el dramaturgo Pedro Muñoz Seca, uno de los mayores autores teatrales de España del siglo XX. El periodista, columnista y escritor Alfonso Ussía, nieto por parte materna del dramaturgo, recuerda en Libertad Digital a su abuelo coincidiendo con el 80 aniversario de su muerte, una efeméride que además coincide con el proceso abierto para beatificar a 44 mártires asesinados ese día, en el que se incluye Muñoz Seca.

"El expediente de los posiblemente beatificantes, que se distinguieron por su espíritu durante el cautiverio, es muy riguroso, profundamente documentado y elaborado concienzudamente", explica Ussía. Por el momento, está en manos del obispo de Alcalá,monseñor Juan Antonio Reig Pla. "Después, la Santa Sede decidirá". Se trata de 14 sacerdotes diocesanos, 14 religiosos –ocho agustinos, cinco maristas y una clarisa– y 16 laicos.

Muñoz Seca, casado y con nueve hijos, fue detenido en Barcelona al estallar la Guerra Civil. "Mi abuelo era un patriota, eso no hay quien lo dude. Quería a España con toda su alma", asegura Ussía. "Queda constatado en la última carta que escribió a mi abuela".

Queridísima Asunción: sigo muy bien. Cuando recibas esta carta, estaré fuera de Madrid. Voy resignado y contento. Dios sobre todos. Llevo una muda de repuesto.
Voy muy tranquilo sabiendo que todos estarán bien y que tú seguirás siendo el ángel bueno de todos. El mío lo has sido siempre y, si Dios tiene dispuesto que no volvamos a vernos, mi último pensamiento será siempre para ti. (...) Siento proporcionarte el disgusto de esta separación pero, si todos debemos sufrir por la salvación de España y ésta es la parte que me ha correspondido, benditos sean estos sufrimientos. Te escribo muy deprisa porque me ha cogido la noticia un poco de sorpresa. Adiós, vida mía. Muchos besos a los niños, cariños para todos y, para ti, que siempre fuiste mi felicidad, todo el cariño de tu Pedro.

Pedro Muñoz Seca fue en la década de los 20 y los 30 del siglo pasado uno de los autores con más éxito y más representativo de la época, equiparable a los hermanos Álvarez Quintero o Jacinto Benavente. Nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 21 de febrero de 1879. Cursó los estudios primarios en el Colegio de los Padres Jesuitas San Luis Gonzaga, donde compartió pupitre con Juan Ramón Jiménez y Fernando Villalón. Posteriormente, se trasladó a Sevilla para cursar Filosofía y Letras y Derecho. Finalizados sus estudios, el autor se trasladó a Madrid.

A partir de 1911, la figura de Muñoz Seca se consolida como autor teatral y perfila una peculiar forma de hacer comedia: la astracanada, subgénero que exagera los rasgos cómicos para hacer reír. La venganza de don Mendo fue su obra maestra. Le siguieron otros éxitos como La pluma verde (1922), Los chatos (1924), La tela (1925), Los extremeños se tocan (1927).

Desde 1931, estrenó obras contrarias a la República como La Oca, Anacleto se divorcia, una sátira de la ley del divorcio recién aprobada, La voz de su amo, Marcelino fue a por vino o El gran ciudadano. "Tuvo en contra a una parte de la crítica por cuestiones políticas", advierte Alfonso Ussía. "En aquella época, el teatro era una manifestación a favor o en contra, y no se le hizo justicia. Sin embargo, la taquilla, que es lo más importante para un autor, sí que le acompañó. La venganza de Don Mendo cumplirá cien años en poco tiempo y hoy en día sigue llenando teatros".


Quítenle al teatro de Muñoz Seca el humor; desnúdenle de caricatura, arrebátenle su ingenio satírico y facilidad para la parodia, y seguirán ante un monumental autor de teatro. Valle-Inclán

Ha creado un teatro suyo, arrollador y exuberante, con aciertos definitivos y perdurables. Jardiel Poncela

Yo asistía a los ensayos de todas las obras que se estrenaban y había aprendido de Muñoz Seca, de Arniches, de García Álvarez, de los Quintero y, más tarde, de Jardiel Poncela, cómo se mueven unos personajes en escena, cómo se dirigen. Mihura

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