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La picardía de nuestros bisabuelos

El nuevo programa doble de la Zarzuela es un festín visual, pero el texto no siempre acompaña.

El nuevo programa doble de la Zarzuela es un festín visual, pero el texto no siempre acompaña.
Montajes de 'Enseñanza libre' y 'La Gatita Blanca' | Teatro La Zarzuela / Javier del Real

El género musical teatral español ha vivido diferentes vicisitudes, retrocesos y vueltas de tuerca en función de modas, costumbres y acontecimientos históricos. Esto, que parece una obviedad, no lo es tanto si examinamos los nuevos montajes de Enseñanza libre y La Gatita Blanca en el Teatro de la Zarzuela, con música de los maestros Vives y Giménez. Ambas obras pertenecen al llamado género ínfimo, que fue algo así como el destape primigenio llevado a escena: canciones repletas de dobles sentidos y tiples soltándose la melena y la liga. Aquellas insinuaciones hoy apenas podrían pecar de ingenuas, y por ello no dejar de ser irónico que el director de escena y responsable de la nueva dramaturgia, Enrique Viana, haya optado por blanquear ambos títulos, darles un baño de corrección política y eliminar los elementos "incomprensibles y machistas" de los libretos originales. Una opción legítima, pero con múltiples peligros.

Partiendo de textos nuevos aunque conservando los personajes de La Gatita blanca, la historia sigue la peripecia de un antropólogo que monta una función universitaria de zarzuela como punto final a su tesis. Su propia familia será quien interprete los papeles protagonistas. Les adelanto el resultado: fascinante en lo visual pero errático en lo argumental. Viana, que dejó para el recuerdo una deliciosa y pervertida versión de La Viejecita, se luce en los soliloquios con su particular humor, entre la acidez y el surrealismo ("Dicen que van a quitar el invierno. Aunque ya estarás tú para darnos escalofríos"), pero flojea en la elaboración de una trama que una de forma natural tan dispares números musicales. Y no solo eso: buena parte del encanto sugerente y la sexualidad de los números también se ha perdido. Así, deja fuera las estrofas más tronchantes de los cuplés de la Gatita (aquella joven que se casaba con un sereno y se aburría por las noches "sin el chuzo y el farol"), que la popular Roko defiende con su dúctil voz –aunque floja en las partes líricas– y sus hechuras de vedette, con un registro que recuerda al de Rosa Valenty. La elección de determinados intérpretes tampoco ayuda: es difícil creer que Cristina Faus pueda ser hija de Ángel Ruiz, por muy brillantes que estén en sus papeles. Suerte que contemos con María José Suárez luciendo su vis cómica en intervenciones como la del cuplé del ratón.

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Montajes de 'Enseñanza libre' y 'La Gatita Blanca' | Teatro La Zarzuela / Javier del Real

Por suerte, hay una razón de peso para darle una oportunidad a la función: pocas veces se ha visto una colección de números musicales tan espectaculares y con generoso despliegue de ideas, todos representados en un escenario situado en el centro de la sala, para el que se ha desmontado el patio de butacas -un experimento vistoso pero con los consecuentes problemas de sonido-. A modo de gigantesco espejo y con una parte giratoria, el espectador acaba irremediablemente fascinado con el Vals de las nadadoras, suerte de natación sincronizada bañada en lentejuelas, o el deslumbrante -y perdón por el adjetivo fácil- desfile de lámparas de araña. La coreografía de Nuria Castejón y el delirante vestuario de Pepe Corzo obran estos milagros. La canción del chocolate se interpreta en una taza gigante mientras los bailarines ofrecen bizcocho al público. Se han rescatado estimulantes números como la Habanera de los Reyes Godos de El Trébol. Y cien sorpresas más que es mejor no desvelar.

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Montajes de 'Enseñanza libre' y 'La Gatita Blanca' | Teatro La Zarzuela / Javier del Real

Lo mejor para disfrutar el espectáculo es dejarse fascinar por estos números, bien ejecutados por Manuel Coves, y olvidarse de los personajes imposibles y los diálogos deslavazados. Dos horas que permiten abrir los ojos como platos en varias ocasiones, sin dejar de pensar, eso sí, que quizá nuestros bisabuelos sabían divertirse, sin tanto reparo, mejor que nosotros.

  • Título: Enseñanza libre / La Gatita Blanca
  • Director escénico: Enrique Viana
  • Director musical: Manuel Coves
  • Dónde: Teatro de la Zarzuela (Calle Jovellanos nº 4, Madrid)
  • Cuándo: Hasta el 28 de mayo

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