Pese a que sirvió de poco dada la posterior victoria del Barcelona, el equipo ‘B’ que puso en liza Mourinho en San Mamés dio la cara en un encuentro trampa, metido entre medias de la eliminatoria de Champions ante el Tottenham, y ofreció una versión sólida y fiable para aguantar las acometidas de los leones.
Mourinho reservó a muchos futbolistas con vistas al partido del Tottenham y los clásicos inminentes y dio la alternativa a jugadores que necesitan minutos como Kaká -muy notable su partido- e Higuaín. Con Pepe y Lass en el mediocentro, los blancos controlaron perfectamente las acometidas del Athletic, que insistían una y otra vez en balones largo hacia Llorente, pero sin darle opciones reales de gol. En cambio, a la contra, el Real Madrid daba muchos síntomas de peligro, guiados por Di María. Precisamente, el argentino fue el protagonista de los dos penaltis que desequilibraron el partido.
El primero de ellos fue un derribo claro de Gorka, en el minuto 13, que Kaká se encargó de transformar. Pudo resolver antes del descanso el Madrid, pero Higuaín todavía está bajo de forma y falló un mano a mano, mientras que Di María también tuvo sus opciones. Fue en la reanudación cuando el Real Madrid dio el golpe definitivo, también desde los once metros. Castillo cometió un claro penalti sobre Di María, que lo anotó Kaká.
El partido había caído del lado blanco gracias a su seguridad defensiva y a los rápidos contragolpes. En el último tramo, Mourinho dio entrada a los teóricos titulares –Cristiano, Xabi Alonso y Carvalho- y fue CR7 el que finiquitó el partido tras un buen pase de Granero. El Real Madrid ya puede pensar en la Champions y en los clásicos.