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NUEVA SENSACIÓN DE LAS MOTOS

Cuando llamarse Maverick es lo importante

Este domingo ganó la carrera de 125 cc. Al público le llamó la atención el nombre propio del campeón: Maverick Viñales.

Este domingo ganó la carrera de 125 cc. Al público le llamó la atención el nombre propio del campeón: Maverick Viñales.

Este domingo Maverick Viñales escribió su nombre con letras de oro en la historia del motociclismo español. Se ha convertido, superando a Jorge Lorenzo, en el más joven en ganar una carrera del Mundial. Lo ha hecho con tan solo 16 años –nació el 12 de enero de 1995-. Su nombre, nunca mejor dicho, ha causado furor y extrañeza a quienes lo han escuchado por primera vez.

Viñales es la gran sensación del comienzo del Mundial y una de las mayores esperanzas del motociclismo de nuestro país. A su corta edad, ya se proclamó el año pasado Campeón de España y de Europa de 125 cc, y esta temporada ha dado el salto al Mundial de motociclismo patrocinado, ni más ni menos, que por Paris Hilton, en el equipo Supermartxé.

Aparte de su palmarés y su precocidad, si hay algo más que llame la atención del ganador de la carrera de 125 cc en Le Mans es su propio nombre: Maverick. Tan curioso nombre –no es un apodo- proviene de lo fan que era su padre de la película "Top Gun", protagonizada por Tom Cruise en 1986, y cuyo personaje se llamaba Maverick, piloto de aviones curiosamente. Aunque el nombre podría tener otra referencia cinematográfica y es que año anterior a su nacimiento, en 1994, se estrenó el western protagonizado por Mel Gibson y Jodie Foster, "Maverick".

No es la primera vez que el nombre que recibe una criatura viene por el fanatismo en ocasiones de sus padres. De hecho, El Mundo publica hoy que una pareja israelí ha decidido llamar a su hijo "Like" en honor a Facebook, debido al icono de "Me gustas" que aparece en la red social.

Antiguamente se daban otro tipo de casos y ya es famoso el nombre de Kevin Costner de Jesús con el que algunas madres, extasiadas por el protagonista de "Bailando con lobos", intentaban bautizar a sus hijos sin que los Registros Civiles accedieran a su extravagante petición. O, por ejemplo, en la película de Roberto Benigni "La vida es bella", uno de los personajes, fascista, llamaba a sus hijos Adolfo y Benito –en referencia a Hitler y Mussolini-, para mayor estupor del genio italiano.

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