No hay quien pare a este insaciable Barça. Diecisiete días después de conquistar el título de Liga, los azulgrana se han proclamado campeones de Europa por cuarta vez en su historia tras derrotar al Manchester United (3-1) en una apasionante final disputada en el estadio londinense de Wembley, uno de los grandes templos del fútbol mundial. Un nuevo doblete, y ya van cuatro, en la historia del club catalán.
La finalísima de Wembley, ante los más de 87.000 espectadores que abarrotaron sus gradas, no defraudó a los amantes del fútbol. Pep Guardiola dio la titularidad a Eric Abidal –sorprendente lo del francés, que hace apenas dos meses y medio era operado de un tumor en el hígado y nadie daba un duro por su regreso esta temporada– y dejaba en el banquillo a Puyol. En el United, el incombustible Alex Ferguson, contaba con su mejor once, con Wayne Rooney y Chicharito Hernández como referencia ofensivas.
Los diez primeros minutos fueron de dominio inglés, aunque lo cierto es que los diablos rojos, que acudían a la cita con ganas de revancha después de perder la final de Roma en 2009 ante el mismo rival, apenas inquietaban a Valdés. Pero los azulgrana tomaron buena nota y rápidamente pasaron a tener controlada la situación. En cuanto Xavi Hernández tenía el balón en su poder.
Al cuarto de hora llegó la primera ocasión de peligro del partido. Pedro remató en boca de gol tras un centro de Xavi, el auténtico motor del Barça, pero la pelota no quiso entrar. Después sería el turno para David Villa, que gozó de dos buenas ocasiones en un par de minutos. Al asturiano, que buscaba su primera Copa de Europa, se le vio motivadísimo. Lo intentó también Messi, elegido después como mejor jugador del encuentro, después de desquiciar a Rio Ferdinand y Nemanja Vidic, siempre desbordados por La Pulga.
Pero el primer gol de la noche lo iba a marcar Pedro Rodríguez. A los 27 minutos, el canario aprovechó un pase extraordinario del clarividente Xavi para plantarse solo ante Van der Sar, que se despedía del fútbol, y batirle con un disparo ajustado al palo. Todo empezaba a ir sobre ruedas para el equipo culé.
El Barcelona dominaba la situación, pero el Manchester logró empatar la contienda sólo seis minutos después. Con Antonio Valencia y Park Ji-Sung prácticamente desaparecidos en combate, fue Wayne Rooney quien asumió la responsabilidad. El 10 del United conectó con el eterno Ryan Giggs y el galés, en claro fuera de juego no señalado por el árbitro húngaro Viktor Kassai, se la devolvió a la estrella del equipo, que fusiló a Valdés con un gran disparo que se coló por toda la escuadra. Demasiado premio para el United sin merecerlo.
Al Barça le costó unos minutos reaccionar, pero cuando lo hizo puso constantemente en jaque a Van der Sar y a su defensa. Messi tuvo una gran ocasión justo antes del descanso, pero no llegó a rematar en boca de gol tras el pase de Villa. Mientras tanto, el ecuatoriano Antonio Valencia se empleaba demasiado duro para tratar de frenar las acometidas de Iniesta, que estaba dejando su calidad sobre el césped de Wembley.
Más de lo mismo en la segunda mitad, con el Barcelona dominando desde el inicio ante un Manchester que apenas salía de su campo. Después de una gran oportunidad de Dani Alves, que no supo resolver en el mano a mano ante Van der Sar tras un gran pase en profundidad de Iniesta, llegó el tercer tanto de la noche. A los 53 minutos, Messi encontró un agujero y, con un gran disparo, seco y raso, desde la frontal del área, sorprendió al veterano guardameta holandés –en octubre cumplirá 41 años– para colocar el 2-1 en el marcador.
Siguió intentándolo el crack argentino del Barça, que tuvo un par de oportunidades en apenas un par de minutos (ms.62 y 64). Y también Xavi, quien también puso a prueba a Edwin van der Sar con un gran disparo desde la frontal del área. Estaba más cerca el tercer tanto de los azulgrana que el empate del United, para entonces un equipo apático y a merced del campeón español. Así, acabaría llegando el 3-1. Una obra maestra de Villa, que dejó boquiabierto a Van der Sar con un gran tiro desde la frontal que se coló por toda la escuadra.
No hubo atisbo de reacción del Manchester. Ferguson dio entrada a Nani y Scholes, en sustitución de unos desacertados Fabio y Carrick, aunque para entonces ya fue demasiado tarde. También Guardiola movió el banquillo para premiar a jugadores como Keita, Afellay y, sobre todo, Puyol.
El Barça era una fiesta sobre el césped de Wembley, en el mismo escenario donde diecinueve años antes había conquistado la primera Copa de Europa de su historia merced a aquel golazo de Ronald Koeman ante la Sampdoria. Ahora el Dream Team está formado por los Messi, Xavi, Iniesta, Piqué, Villa, Busquets... Y lo dirige Pep Guardiola, un técnico que no pueda ganar más títulos –diez de trece posibles– en menos tiempo –tres años–.
Ficha técnica
FC Barcelona, 3: Valdés; Dani Alves (Puyol, m.87), Piqué, Mascherano, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro (Afellay, m.91), Messi y Villa (Keita, m.85)
Manchester United, 1: Van der Sar; Fabio (Nani, m.68), Ferdinand, Vidic, Evra; Carrick (Scholes, m.76), Giggs; Valencia, Park Ji-Sung; Rooney y Chicharito Hernández
Goles: 1-0, m.27: Pedro; 1-1, m.33: Rooney; 2-1, m.53: Messi; 3-1, m.69: Villa
Árbitro: Viktor Kassai (Hungría). Mostró tarjeta amarilla a Dani Alves (m.59) y Valdés (m.85), del Barcelona; y a Carrick (m.60) y Valencia (m.79), del Manchester United
Incidencias: Final de la Liga de Campeones disputada en el estadio londinense de Wembley ante 87.695 espectadores. En el palco de honor se encontraban el Príncipe de Asturias; el presidente de la UEFA, Michel Platini; el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel Villar; y el viceprimer ministro británico, Nick Clegg. También estaban en un lugar destacado el ex entrenador barcelonista Johan Cruyff, así como Franz Beckenbauer y Fabio Capello, seleccionador de Inglaterra