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La Euroliga abandona el Palau Sant Jordi

La nueva sede se traslada al barrio de Sarriá, cerca de donde también se ubican las oficinas centrales de la ACB.

La Euroliga de baloncesto ha inaugurado en Barcelona su nueva sede central, que tras más de una década en el Palau Sant Jordi se traslada al barrio de Sarriá.

Al acto han asistido representantes de todos los clubes de la máxima competición europea, así como los exjugadores azulgranas Dejan Bodiroga y Sarunas Jasikevicius, y el entrenador serbio Zeljko Obradovic, reciente campeón de Europa con el Panathinaikos griego. Tres personas que han grabado en oro su huella en la Euroliga y que, gracias a su "magnífica" trayectoria en la competición, darán nombre a tres salas de las nuevas oficinas.

El base lituano Sarunas Jasikevicius ha sido cuatro veces campeón de Europa y, hasta ahora, el único jugador que ha ganado la Euroliga con tres equipos distintos
Barcelona, Maccabi y Panathinaikos. Precisamente en el club azulgrana compartió vestuario con el serbio Dejan Bodiroga, considerado el mejor jugador a inicios de la pasada década fuera de la NBA. Alzó una Euroliga con el Barcelona y en dos ocasiones más con el Panathinaikos.

Un equipo griego comandado entonces por el técnico Zeljko Obradovic, el tercer homenajeado de la noche en Barcelona. A sus 51 años ostenta el récord de títulos de la Euroliga, donde se ha coronado en ocho ocasiones, dos de ellas al frente de los equipos españoles Real Madrid y DKV Juventut de Badalona. Con la apertura de esta nueva sede central, la institución busca "dar un paso adelante de cara a la estabilidad de esta organización y en su compromiso con la ciudad", donde instaló sus primeras oficinas desde que arrancara la competición.

Un progresión que, según la Euroliga, se demuestra en los datos registrados en los últimos años, después de que en el año 2000 algunos de los mejores equipos europeos tomaran la decisión de crear un nuevo modelo de competición paneuropea, bajo un modelo de organización privado. Una década después, en la temporada 2009-10, se introdujo un plan estratégico por el que trece equipos obtuvieron una licencia de larga duración para participar en la competición, con el objetivo de dotar de más estabilidad al torneo y inyectar un efecto positivo en patrocinadores, recaudaciones, ingresos y contratos de televisión.

En este sentido, la Euroliga ha multiplicado por cuatro el número de televisiones que emiten la competición (61), que se siguió en 171 países en su pasada edición, diez veces más que en su primera temporada con el nuevo formato. Asimismo, el número de asistentes a los partidos se ha incrementado un 59 por ciento y los ingresos se han multiplicado por tres, hasta alcanzar los 25,2 millones de euros la pasada temporada.

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