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Contador engrandece el ciclismo en Alpe d'Huez

Hacía mucho que no se veía una etapa así. Ha estado a punto de ganarla Contador, que atacó desde el principio pero al final le fallaron las fuerzas.

Hacía mucho que no se veía una etapa así. Ha estado a punto de ganarla Contador, que atacó desde el principio pero al final le fallaron las fuerzas.

Los aficionados al ciclismo han vuelto a vibrar con Alberto Contador (Saxobank), que se ha quedado con la miel en los labios en Alpe d'Huez, una de las cimas míticas del Tour de Francia con sus 21 curvas tras 13,8 kilómetros de ascensión, con una pendiente media del ocho por ciento. Y tambien con Samuel Sánchez (Euskaltel), que se animó en el tramo decisivo de esta vibrante decimonovena etapa –todo un etapón–, aunque al final no se pudo despegar del francés Pierre Rolland (Europcar), gran triunfador de la jornada al llegar a la meta en solitario.

Contador, que en la víspera reconocía que este año tiene imposible ganar el Tour por cuarta vez, quería morir con dignidad. Dando espectáculo y también guerra. El de Pinto se animó prontísimo, lanzando un primer ataque a 92 kilómetros de meta y después de haber rodado sólo 17, en plena ascensión al Telégraphe, el primer puerto del día, de primera categoría. Pero le siguieron a rueda los inseparables hermanos Andy y Frank Schleck (Leopard), el australiano Cadel Evans (BMC) y el hasta entonces líder de la clasificación general, el francés Thomas Voeckler (Europcar), que ha acabado perdiendo el maillot amarillo en detrimento del menor de los Schleck.

Frank fue el primero en quedarse en la subida al Telégraphe y un kilómetro después desistieron Evans y Voeckler. Por la cima, Contador y Andy Schleck aventajaban en 34 segundos al jefe de filas del Europcar y en 1:35 a un grupo en el que marchaban Evans, Samuel Sánchez, el italiano Ivan Basso (Liquigas) y Frank Schleck.

Más adelante, en la ascensión al Galibier, Evans tomó el mando de los perseguidores y en la cima estaba a sólo treinta segundos de Schleck y Contador. Por detrás viajaban Basso, a 1:09, y el grupo de Voeckler a más de un minuto y medio. El líder de la general sufría horrores para aguantar el tipo. En el descenso y en el llano que precedía al Alpe d'Huez, hubo un reagrupamiento entre todos los favoritos. Después de 95 kilómetros de lucha a brazo partido, el combate quedaba en nulo. Volver a empezar.

A poco de iniciarse el último puerto de la jornada, el Alpe d'Huez, Contador volvió a atacar y se fue en solitario, dando muestras inequívocas de que se iba a partir la cara en este Tour que languidece. Por detrás Andy Schleck y Cadel Evans se marchaban y mantenían unidos, conscientes de que se van a batir el cobre este sábado en la contrarreloj individual, de 42 kilómetros con salida y llegada en Grenoble. Será la etapa decisiva en la víspera al paseo triunfal del domingo por los Campos Elíseos de París, que verá a un nuevo campeón del Tour.

Contador estaba resignado a su suerte sabiendo que iba a entregar el trono, pero optó murió con las botas puestas, dando un recital en la subida. Enseguida empezó a sentir el aliento de Samuel Sánchez y Rolland. El asturiano le pidió ayuda al francés para tratar de dar caza al de Pinto, pero el corredor del Europcar prefirió hacer la guerra por su cuenta. Y el experimento le salió bien. Dejó atrás a Alberto Contador, primero, y luego a Samu para acabar coronando la cima del Alpe d'Huez en un tiempo ganador de tres horas, 13 minutos y 25 segundos. A 14 llegaba el campeón olímpico de Pekín 2008 y a 23 el triple vencedor de la ronda gala. Todo un espectáculo, en definitiva, que ha hecho saltar de sus sillones a los aficionados al ciclismo, recordando los buenos tiempos de Miguel Indurain o Perico Delgado.

La clasificación general queda ahora liderada por Andy Schleck, que afrontará la crono de Grenoble con el maillot amarillo y una ventaja de 57 segundos sobre Evans, su gran rival por el escalón más alto del podio de París. Entre medias, a 53, está su hermano Frank y en cuarta posición Thomas Voeckler, a más de dos minutos. Así pues, el Tour de Francia es este año cosa de dos: Andy Schleck y Cadel Evans. Es ahora o nunca para el aussie, a sus 34 años.

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