El Real Madrid ha ganado (4-2) a un Getafe que acudía al Santiago Bernabéu mermado por las numerosas bajas, aunque ha dejado algunas dudas en su juego, especialmente en defensa. Pero sí en sus filas tiene a un jugador como Karim Benzema, puede sacar muchos puntos adelante. El francés no sólo marcó un doblete, sino que además participó en casi todas las jugadas de ataque y estuvo generoso en el esfuerzo. En definitiva, partidazo del francés que permite a su equipo ser más líder gracias al inesperado tropiezo (2-2) sufrido horas antes por el Barcelona en Anoeta ante la Real Sociedad.
Al igual que lo había sido el conjunto txuri-urdin ante el campeón, también el Getafe fue valiente en el Bernabéu, demostrando que la Liga quizá no sea tan bipolar si los equipos modestos le ponen dosis de testosterona ante los grandes. El Madrid salió enchufado en su estreno liguero en casa, aunque al final tuvo que sudar para resolver con éxito el envite ante el renovado Geta de Luis García Plaza.
El equipo blanco, que saltó al césped con el mismo once de hace dos semanas en La Romareda, se adelantó en el marcador a los 13 minutos tras una gran jugada colectiva que fue culminada a la perfección por Karim Benzema. El francés, en estado de gracia, ha seguido prolongando su idilio con el gol. Lo siguió intentando el Madrid y, después de sendas ocasiones de Coentrao y Cristiano Ronaldo, se despistó y dejó algunos huecos a su rival. No lo desaprovechó el equipo azulón, que empató al borde del descanso con un tanto del venezolano Miku tras un fallo de la defensa local.
Salió a lo loco el Madrid tras el descanso, al querer sentenciar con excesiva rapidez, y acabó dejando espacios por la gran distancia entre líneas. Así, el Getafe llegaba con fluidez al área rival y tanto Pedro Ríos como Miku obligaron a Casillas a emplearse a fondo. Viéndole las orejas al lobo, el Madrid decidió meter la quinta y llegaba con claridad a los dominios de Moyá. Primero lo intentó Cristiano con una chilena, tras un envío de Benzema, que repelió el poste y luego Coentrao falló lo infallable con todo a su favor.
El duelo comenzó a caer del lado madridista por una acción que traerá polémica al derribar Cata Díaz a CR7 fuera del área. Pero Clos Gómez, señalado el pasado diciembre por José Mourinho por su polémico arbitraje en un Real Madrid-Sevilla, pitó penalti y el propio Cristiano se encargó de transformarlo para sumar su cuarta diana en el campeonato después de las tres que firmó hace dos semanas en Zaragoza. Diez minutos después, los blancos parecían poner tierra de por medio con el 3-1, obra de Benzema al batir a Moyá tras un soberbio pase de Ronaldo.
Pero el Getafe no se amilanó y la entrada de Dani Güiza, un campeón de Europa de vuelta a casa, le dio bríos renovados a los suyos. Lo intentó el jerezano, pero rechazó Casillas y el balón lo cazó Miku para lograr el segundo tanto en su cuenta particular y meter el miedo en el cuerpo a los aficionados madridistas. Las dudas seguían planeando en el Bernabéu. Pero no fue suficiente. Los cambios ofensivos de Luis García los contrarrestó Mourinho. Kaká salió enchufadísimo, más rápido que nunca. Y Gonzalo Higuaín aprovechó el poco tiempo que estuvo en el campo para lograr el 4-2 y cerrar el marcador. El gol de la tranquilidad que permite al Real Madrid aumentar su ventaja sobre el Barcelona, sorprendido de nuevo por la Real Sociedad.
El Barça se deja sorprender en dos minutos
Y es que el conjunto donostiarra ha vuelto a dar un disgusto al Barça, al que ya ganó en Anoeta la pasada temporada, y con un Imanol Agirretxe en estado de gracia ha sacado un empate a dos goles que le sabe a victoria. Trató el conjunto de Philippe Montanier de plantar cara con sus mismas armas a un equipo, el Barça, que había dejado gran parte de su potencial en el banquillo para reservar a algunas de sus figuras para el debut contra el Milan en la Champions, el próximo martes.
Los azulgrana, sin embargo, lo hacen de memoria independientemente del jugador que esté sobre el césped y así, en el minuto 10, en la típica jugada de tiralíneas a la que todo aficionado se ha acostumbrado ya, Alexis Sánchez asistió a Xavi Hernández para que marcara a placer. El público de Anoeta estaba molesto con el árbitro Mateu Lahoz por entender que el gol del jugador de Tarrasa se produjo en fuera de juego y en medio de la protesta llegó el segundo, de ejecución similar y con culminación de un Cesc Fábregas que sigue en racha desde su llegada del Arsenal.
Parecía que la goleada era inevitable. Los azulgrana jugaban a placer y los donostiarras no sabían por dónde les daba el aire. Pero
El final parecía escrito ya en el descanso hasta que apareció Agirretxe, el mejor jugador de los donostiarras. En el primer balón que tocó en el segundo tiempo, el delantero se revolvió en el área visitante y por pocos centímetros el esférico se marchó fuera con Anoeta cantando el gol. El máximo goleador realista, que está en un gran momento, puso el partido patas arribas en dos acciones consecutivas, primero con su gol y luego aprovechándose de un brutal error de Villa para plantarse solo ante Víctor Valdés, regatear al meta y bombear un balón que pegó en el travesaño tras desviar Busquets con la mano, pero que el francés Antoine Griezmann, libre de marca, recogió y envió al fondo de la red ante el delirio de la grada.
Pep Guardiola no tardó ni un minuto en dar entrada a Leo Messi, al que había dejado de inicio en el banquillo, y poco después a Andrés Iniesta buscando una rápida respuesta al inesperado descalabro que se había producido, pero pese a que con ambos en el campo el Barça generó más peligro, el portero chileno Claudio Bravo se encargó de garantizar el empate con sus acciones.