Los filiales del Real Madrid, que por segundo día consecutivo han vuelto a disputar un partido mezclados con los cinco jugadores de la primera plantilla que no han sido convocados por sus selecciones, han repetido protagonismo en la segunda sesión de la semana, que esta vez ha dirigido el portugués José Mourinho –el miércoles lo hizo su segundo, Aitor Karanka–.
Ninguno de los lesionados que el luso espera recuperar para la próxima jornada de Liga han saltado al césped de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Nuri Sahin, Pepe, Fabio Coentrao y Ricardo Carvalho han trabajado en el gimnasio para recuperarse de sus diferentes dolencias.
Por eso, y por la ausencia de trece futbolistas con compromisos internacionales –Casillas, Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Di María, Higuaín, Khedira, Özil, Cristiano, Altintop, Marcelo y Varane–, Mourinho ha tenido que utilizar para la sesión a jugadores del Castilla y del Real Madrid C.
De este modo, y tras un calentamiento inicial, Kaká, Antonio Adán, Lass Diarra, Esteban Granero y José Callejón han jugado un partidillo en el que sus compañeros eran jugadores del Real Madrid Castilla –Raúl Ruiz, Óscar Plano, Lucas, Pablo Gil y Mandi– y del Real Madrid C –Kamal–.
Enfrente, estaba el resto de los chicos que dirige Alberto Toril en Segunda B –Jesús, Carvajal, Iván González, Nacho, Casado, Álex Fernández, Omar, Juanfran, Jesé, Joselu y Morata–. Ambos equipos fueron arbitrados por el excolegiado Megía Dávila mientras Mourinho y Toril observaban con atención el duelo. Antes, el técnico luso charló durante diez minutos con Miguel Pardeza, director deportivo del Real Madrid.