"¿Qué queréis? Tenéis lo que os merecéis"

Sergio Agüero fue protagonista el martes en el Etihad Stadium de Manchester por partida doble: primero porque marcó el gol de la victoria de su equipo, el City, ante el Villarreal en el minuto 93 (2-1), en el partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Campeones y, segundo, porque a la conclusión del encuentro, se habría burlado de los jugadores del equipo amarillo en el túnel de vestuarios.

Al menos eso es lo que vienen denunciando los componentes del Villarreal, desde el vicepresidente del club, José Manuel Llaneza, hasta los jugadores. "Lo que ha hecho dice poco del tipo. Me parece una falta de respeto, ética y compañerismo. Creía que había aprendido algo más. Lo que digo es por la actitud de Agüero. No entiendo por qué se burla de los compañeros por haber perdido", dijo Llaneza

"En el fútbol hay que tener clase, sobre todo en momentos como éste. Lo que ha hecho Agüero no es de recibo, y menos como lo ha hecho. Esas situaciones dan pena y califican al que las hace", afirmó Carlos Marchena.

Pero el propio Agüero lo niega todo a través de su cuenta en Twitter. "No me gusta entrar en polémicas, pero me veo obligado a desmentir categóricamente haberme burlado de algún jugador del Villarreal", escribía. "Todos conocen mi trayectoria y mi conducta y saben que jamás haría algo así".

Según asegura este jueves el diario El País, citando el relato de algunos futbolistas del submarino amarillo, el Kun les dijo literalmente: "Qué queréis? Tenéis lo que os merecéis". El diario madrileño añade que el pique viene de lejos, concretamente del 17 de abril de 2010, durante un Villarreal-Atlético de Madrid correspondiente a la Liga 2009/10. A los 64 minutos de aquel partido, Agüero acortaba distancias al marcar el tanto que suponía el definitivo 2-1 mientras un jugador local estaba tendido en el césped por un golpe.

La herida se reabrió el martes en el Etihad Stadium y Marchena le reprendió al argentino por sus comentarios: "¿Tú quién te crees?". Mientras, José Manuel Catalá descargó su ira pegando un golpe a la puerta del vestuario.