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Reino Unido rompe con su tradición futbolística y presentará una selección unificada

Stuart Pearce ha sido el elegido para dirigir una selección envuelta en la polémica desde el primer momento en que se anunció su participación.

Este jueves la Football Association anunciaba que el mítico exfutbolista Stuart Pearce sería el encargado de dirigir a la selección británica de fútbol durante los Juegos Olímpicos de 2012. Sí, han leído bien, la selección británica de fútbol. Una ruptura total con la tradición futbolística del balompié en las islas, en su cuna.

Por todos es sabido que en las competiciones de selecciones, ya sea Eurocopa o Mundial, Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte juegan con sus propios equipos. Sólo en los Juegos Olímpicos había podido acudir como 'Gran Bretaña e Irlanda del Norte', pero ni siquiera eso duró. En 1960 fue su última participación; desde entonces, las grietas existentes entre las cuatro naciones impidieron que volviera a acudir.

La situación, de hecho, se volvió rocambolesca. Al producirse la clasificación para los Juegos a través de los europeos sub'21, Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte disputaban el campeonato por separado. Si luego alguna lograba la clasificación, podía acudir a la cita olímpica, pero para ello necesitaba de la aprobación de las otras tres, algo que nunca sucedía. Sin ir más lejos, en los últimos Juegos Olímpicos de 2008 la selección femenina de fútbol de Inglaterra logró su clasificación, pero al no ser aprobada por sus vecinos, no pudo viajar a Pekín.

Ruptura con la tradición

Ahora, la situación ha cambiado. Al ser Gran Bretaña la anfitriona, la clasificación se ha producido de manera automática, sin la aprobación de nadie. Y desde el primer momento se abogó por una selección unificada, que representara aquello de "un país, una selección".

Inglaterra se mostró siempre dispuesta a presentar el combinado de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, contando con el apoyo de la Asociación de Fútbol Inglesa y de la Asociación Olímpica Británica. Sin embargo, Escocia, Gales e Irlanda del Norte se han mostrado radicalmente en contra en todo momento, asegurando que no van a permitir que sus futbolistas acudan a una eventual llamada del combinado británico.

La excusa oficial es que temen que participar en el conjunto pueda poner en peligro el reconocimiento de la FIFA de sus respectivas selecciones, a pesar de que Blatter anunció oficialmente que la participación británica en los Juegos no afectaría a la independencia de sus cuatro asociaciones futbolísticas. Está claro que en el fondo subyacen otros motivos culturales, históricos y reivindicativos.

Diferencias con el resto

La cuestión por la que Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte pueden disputar las competiciones internacionales por separado, y no sucede lo mismo con otras regiones –aunque más de uno en nuestro país sin ir más lejos lo quisiera- es por un motivo histórico. En el momento en el que la FIFA fue creada, en 1904, ya existía la Asociación de Fútbol de Inglaterra (Football Association, 1863), la Asociación de Fútbol de Escocia (Scottish Football Association, 1873), la Asociación de Fútbol de Gales (Football Association of Wales, 1876) y la Asociación Irlandesa de Fútbol (Irish Football Association, 1880). Si miramos en nuestro país, la Federación Catalana de Fútbol apareció en 1940, mientras que la primera Federación Vasca surgió en 1915.

Además, cuando nació la FIFA tanto Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte ya habían disputado partidos como selección, y contaban con sus propias competiciones domésticas. Por eso, en cuanto la FIFA –así como la UEFA, más de cuarenta años después- solicitó a esas federaciones que se afiliaran, éstas aceptaron, pero siempre y cuando se mantuvieran intactos sus estatutos, cada uno por separado.

¿Y por qué no pueden participar también por separado en los Juegos? Por una cuestión muy simple: el COI dejó claro desde su fundación, en 1894, que sólo iba a permitir la participación de Estados soberanos. Existen otros deportes en los que ingleses, escoceses, galeses e irlandeses van por separado, todos ellos de enorme tradición en las islas pero no tanta fuera de ellas, y que por supuesto no son olímpicos. Hablamos por ejemplo del cricket o el rugby. Habrá que ver qué sucede en 2016 con el golf, año para el que está previsto su ingreso en los Juegos.

Esta condición olímpica, no obstante, sirve también de freno para otros deportes. En el baloncesto, por ejemplo, la FIBA no está dispuesta a que selecciones regionales disputen sus competiciones, pues éstas dan acceso a los Juegos Olímpicos y, por lo tanto, después se encontrarían con que no puede disputar los mismos, con el caos que ello conlleva. Con las británicas, la FIFA no tuvo más remedio que tragar desde el inicio, pero no está dispuesta a que vuelva a suceder.

Pearce aviva la polémica

Las primeras palabras del nuevo seleccionador, al encontrarse ante tal tesitura, han vuelto a sacar el conflicto a la palestra. "No voy a encarar este trabajo buscando elegir solamente jugadores ingleses; debería ser posible elegir jugadores de todas las procedencias".

Por su parte, Inglaterra ha afirmado que no existe ninguna restricción legal para convocar a futbolistas galeses, escoceses o norirlandeses en el combinado británico, mientras que Escocia ha contestado que, si bien es cierto, tampoco nada les impide "recomendar" a sus jugadores que no acepten participar en el mismo.

Más duro se mostró Craig Brown, ex seleccionador escocés, quien deseó "todos los éxitos posibles" a la selección, pero aseguró que se sentiría "decepcionado si algún jugador escocés fuera seleccionado, sería muy egoísta por parte del jugador que lo hiciera".

Lo que está por ver es qué pensarán futbolistas como Gareth Bale, del Tottenham, o Aaron Ramsey, del Arsenal, ambos galeses, y que se pueden encontrar ante su única oportunidad de disputar un campeonato importante a nivel de selecciones.

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