Hay muchos cracks en la Liga, muchos jugadores y entrenadores con glamour pero hay uno que, ahora mismo, destaca por encima de los demás. Ni Messi, ni Cristiano, ni Javi Varas, ni Guardiola, ni Mourinho pueden quitarle su momento de gloria. El hombre del momento en el fútbol español es Juan Ignacio Martínez, el artífice de que el Levante esté obrando el milagro de ser el líder de la Primera división española, por vez primera en su centenaria historia. El equipo está por delante de equipos trasatlánticos como el Barça y el Madrid.
Tiene 47 años y es alicantino, del barrio de Rabasa. Juan Ignacio Martínez es un técnico forjado en el fútbol modesto. Desde el base hasta la Segunda B pasando por equipos como el Alicante, Alcoyano o Torrevieja. Su vida dio un giro inesperado de 180 grados cuando el director deportivo del Levante, le llamó la pasada primavera para cubrir la marcha de Luís García Plaza al Getafe. Venía de entrenar al Cartagena.
A partir de ese momento, la vida de JIM –así se le empieza a conocer ahora por Valencia- ha cambiado desde que lidera a un grupo de veteranos invicto, que aún no conoce la derrota después de ocho partidos, que ya ha ganado al Madrid de Mourinho y que, siempre con los pies en el suelo, fantasea con 'ganar' al Barça de Guardiola.
Tras la goleada de su equipo en El Madrigal ante el Villarreal (0-3), todas las radios, teles y diarios le reclaman. Algo realmente impensable para un hombre sencillo que tuvo que buscarse la vida por diferentes caminos hasta poder dedicarse enteramente al fútbol. "Yo soy un hombre muy normal, que no está acostumbrado a grandes fastos y por eso trato de acostumbrarme lo mejor que puedo a esta enorme repercusión del liderato", reconocía desde Valencia Juan Ignacio, que tampoco quería detenerse en exceso en su anterior ocupación como guardaespaldas. "Eso fue hace mucho tiempo, en 1983, cuando yo tenía 18 años. Mi padre trabajaba en un bar y un amigo de Alicante me animó para ir a Valencia y trabajar como guardaespaldas de la Pantoja en una gira que hacía la tonadillera con los Morancos", recuerda Martínez.
"Lo asumí como un trabajo más, aunque yo quería enfocar mi futuro por otros derroteros". Con el gusanillo de los banquillos metido en el cuerpo, Juan Ignacio Martínez empezó a trabajar como vendedor de libros de texto y de seguros, ocupación que compaginó con sus primeros pasos como entrenador en Tercera, después de haber pasado por Regional y Preferente.
Años más tarde, nada parece haber cambiado a este hombre, que lo único que quería era ser precisamente lo que es ahora: entrenador de fútbol. Ha sabido transmitir su humildad y su sentido de la realidad a los futbolistas del Levante. A pesar de estar líderes, sabe que esa posición no es la que le corresponde y tiene muy claro que este sueño que está viviendo ahora será efímero.
Ha si es Juan Ignacio Martínez, un hombre sencillo y humilde que se ha ganado el respeto en el mundo del fútbol, que fue escolta de la Pantoja y que ahora sólo busca tiempo para volver a su casa cuando puede para estar con su gente.