Hay camisetas que llegan a pasar a la historia por haber realizado hazañas y haber conseguido títulos, pero hay otras que pasan a la historia por lo contrario, es decir, por no haber sido capaz de ganar un partido.
Hace dos temporadas, en la 2009/10, el equipo de Ancelotti, por aquel entonces entrenador del equipo blue, uno de los grandes favoritos a llevarse la Premier y la Champions, presentó la segunda equipación con la que iba a jugar sus partidos lejos de Stamford Bridge. La camiseta era de Adidas y consistía en franjas azul marino y gris con detalles en amarillo fluorescente, un color al que han recurrido en varias ocasiones.
Lo que el club y aficionados no sabían era que las veces que el Chelsea usaría esa camiseta, las cosas no irían nada bien. Con la primera equipación, la azul de toda la vida, jugó 24 partidos, ganó 19, empató uno y perdió cuatro. Con el tercer uniforme, el blanco, jugó dos partidos y los ganó. Sin embargo, con la segunda equipación jugó cuatro y perdió los cuatro.
La estrenaron ante el Wigan Athletic y perdieron por 3 a 1. La volvieron a usar en Birmingham ante el Aston Villa y cayeron por la mínima (2-1). En un partido de Copa ante el Blackburn perdieron por penaltis y la última vez que la usaron, fue contra el Manchester City y acabaron perdiendo por 2-1. A pesar de que las estadísticas no son positivas con esta camiseta, lo peor fue que tres jugadores importantes del Chelsea, John Terry, Ashley Cole y Salomon Kalou, acabaron lesionándose de gravedad.
El entrenador del Chelsea, Carlo Ancelotti, no quería ver esa camiseta ni en pintura. Las estadísticas con este uniforme corrieron como la pólvora entre los aficionados blue y a partir de entonces esa camiseta quedó estigmatizada para siempre.