Malos tiempos para la Real Sociedad, que vuelve a caer a puestos de descenso muchos meses después. El equipo vasco se mantuvo fuera de la zona de peligro durante toda la temporada pasada y ahora se sitúa colista de Primera División después de haber perdido de forma contundente ante el Rayo Vallecano (4-0), habiendo cosechado un triste balance de un solo punto de los últimos 21 posibles.
Después de once jornadas disputadas, el conjunto txuri-urdin es colista con ocho puntos, uno menos que Granada, Racing de Santander y Sporting de Gijón.
Lo cierto es que nada le está saliendo bien a Philippe Montanier. El técnico francés se devana los sesos buscando la fórmula para que el equipo funcione, pero no consigue dar con la tecla. Desde que ha aterrizado en Zubieta, como sustituto del uruguayo Martín Lasarte, todo parece salirle al revés al preparador de Vernon, que el próximo 15 de noviembre cumplirá 47 años.
Montanier, que en la víspera del partido ante el Rayo había dicho que prefería puntuar en Vallecas a que la Real jugara bien, insiste en el 4-1-4-1, con McDonald Mariga como pivote defensivo, pero pronto se quedó sin plan B este domingo al ver cómo Markel Bergara y De la Bella se lesionaban muy pronto. Además, entre medias, el árbitro César Muñiz Fernández expulsaba a Íñigo Martínez por un discutido penalti sobre Andrija Delibasic. En poco más de un cuarto de hora, todos los planes del técnico galo se iban al traste.
En cualquier caso, él acepta las críticas y sabe que la sombra de la destitución planea sobre su cabeza, por mucho que el presidente de la Real, Jokin Aperribay, mostrase, el pasado jueves durante la Asamblea de socios del club, la "total confianza" del Consejo de Administración en el entrenador francés.
"Estamos en dificultades desde hace varios partidos, aunque los futbolistas se muestran con coraje. Hoy hemos tenido algunos elementos en contra y no hay otra solución que pensar en seguir trabajando", señalaba este domingo Montanier en la rueda de prensa posterior al partido disputado en el Estadio de Vallecas. "Es normal que la gente tenga una gran decepción conmigo, soy el responsable del equipo y es normal que sea yo la persona criticada cuando el equipo va mal. En ningún caso mi determinación y mi voluntad están mal", comentaba.
El técnico galo reconocía que "el Rayo Vallecano jugó bien once contra diez", aunque quiso matizar que los txuri-urdin también tuvieron sus oportunidades. "Hemos tenido alguna ocasión pero no ha sido suficiente. Empezamos mal, con un lesionado al principio, un gol en contra y una expulsión en el minuto 10... jugar así es difícil. Ahora hay que recuperarse físicamente y después analizar y trabajar juntos, porque el espíritu es bueno. Los jugadores lo han dado todo", admitía un cariacontecido Montanier que puede tener los días contados como entrenador de la Real Sociedad.
El choque del próximo domingo 20 de noviembre, ante el Espanyol en Anoeta, puede ser la última oportunidad para Philippe Montanier. Un nuevo tropiezo supondría la destitución del entrenador francés, mientras que una victoria lo cambiaría todo. Ni frío ni calor, así de extremo es el fútbol.