El tenis español cierra un ciclo con la consecución de la quinta Ensaladera. Como ya ocurrió tras la primera victoria en La Cartuja, con Carlos Moyá al frente, el equipo se tendrá que renovar tras la renuncia de sus primeras raquetas. Y qué mejor que empezar un nuevo ciclo con una victoria tan épica.
Cinco títulos en once años subrayan la hegemonía del tenis de la Armada en el ámbito internacional. Fruto del rendimiento de una generación tras otra, solapadas paulatinamente, para prolongar el dominio que en el 2000 reflejaron raquetas como Alex Corretja, Joan Balcells, Juan Carlos Ferrero y Albert Costa, hasta hoy capitán del equipo español.
El año olímpico, el marcha del preparador y las sospechas alrededor de la pareja de dobles que han integrado Feliciano López y Fernando Verdasco, fijaron la caducidad de esta aventura en Sevilla.
El hasta pronto de Nadal
Nadal, que nunca hasta la final del estadio de La Cartuja contra Argentina había disfrutado del honor de abrazar el punto definitivo, en el que se centran los focos, el que provoca la fiesta, confirmó que en el 2012 no disputará la Copa Davis.
Los Juegos Olímpicos son prioridad para el balear. "El año que viene voy a disputar los Juegos y en mi calendario no está incluida la Copa Davis. No hay tiempo. No sé lo que pasará después", indicó el número uno español en una rueda de prensa con sabor a despedida.
Imposible volver a coincidir
Nadal ratificó así el "fin de ciclo" con el que minutos antes había descrito David Ferrer la victoria contra Argentina. "Es difícil, muy difícil que volvamos a coincidir los cuatro jugadores de ahora –junto a Feliciano López y Fernando Verdasco– en una Copa Davis. No lo veo posible", añadió.
Sevilla puso el punto y final a una época plagada de éxitos. El cuarteto se rompe después de que cada uno de ellos cierre el 2011 con tres trofeos de Copa Davis en la mochila. Ferrer, Verdasco y Feliciano compartieron las del 2008, en Mar del Plata, ante Argentina, y la del 2009, en Barcelona, frente a la República Checa.
Nadal, ausente por lesión de la única conquistada hasta ahora a domicilio, la conocida como el marplatazo, estuvo, sin embargo, en la lograda en el 2004, junto a Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyá y Tommy Robredo, contra Estados Unidos. También en Sevilla.
Los caminos transitarán por separado desde ahora. Aunque a buen seguro, alguno de ellos, sobre todo Nadal y Ferrer, compartirán concentraciones en años venideros, una vez traspasado el año olímpico, que ninguno quiere pasar por alto.
Una pareja agotada
El estadio de La Cartuja evidenció el adiós del dobles. Feliciano López y Fernando Verdasco disputaron, a buen seguro, su último choque de Davis como pareja. Lo hicieron sin brillo muy a su pesar. Pero advertidos por los antecedentes. Después de una temporada sin éxitos en esta especialidad y amenazados, sobre todo, por el batacazo en Córdoba, en la semifinal contra Francia.
Los héroes de Mar del Plata, que lograron el punto definitivo en la final del 2009, ante la República Checa en el pabellón Sant Jordi, asumen resignados su nueva condición.
Feliciano, el español que más finales de la Copa Davis ha jugado, cinco (añade la que España perdió en el 2003 en Melbourne contra Australia), ya avisó tras el revés ante David Nalbandian y Eduardo Schwank, que probablemente ya no jugará más el dobles desde el 2012. Fue un adiós adelantado antes de una forzada despedida. Feliciano López, en un acto de honradez, quiso acaparar la responsabilidad de la derrota.
La nueva hornada
El tenis español contempla, exitoso y con el triunfo fresco, la llegada de nuevos retos.
Albert Costa, el capitán, tenía la renovación encima de la mesa. Sin embargo, a la conclusión del encuentro decidió que su ciclo de tres años también había acabado. Se marcha con dos títulos debajo del brazo, al que hay que sumar el que consiguió como jugador. Como posible relevo suena el nombre de Carlos Moyá, un mito del tenis español, que cuenta con grandes apoyos entre los jugadores.
Las primeras raquetas ante Kazajstán, la próxima eliminatoria de la Copa Davis, serán Marcel Granollers y Nicolás Almagro. Ante la renuncia de nuestros números uno, el catalán y el murciano tendrán que saltar a la primera fila y vestir la camiseta de España.