El Mirandés consiguió este martes su clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Racing de Santander, como justo antes había hecho con el Villarreal. El conjunto burgalés se está convirtiendo en la revelación y en el mata-gigantes del torneo del KO convirtiéndose en el séptimo equipo de tercera categoría que alcanza esta ronda tras Deportivo Logroño (1930-31), Mallorca Atlético (1986-87), Numancia (1995-96), Granada (2000-01), Figueras (2001-02) y Gramanet (2004-05).
El camino no ha sido ni fácil ni corto. El Mirandés está viviendo la mejor temporada de su historia reciente. Es líder indiscutible del Grupo II de la Segunda División con tan solo una derrota. Sólo perdió con el Alavés (0-1) en la jornada 18, siendo hasta ese momento el único equipo invicto en las categorías profesionales de nuestro fútbol.
Pero sus hazañas se han hecho famosas por la Copa del Rey. Su camino comenzó en verano y, hasta llegar a cuartos, ha tenido que dejar en la cuneta a Amorebieta, Linense, Logroñés, Villarreal y Racing. Ahora, espera rival por un puesto en semifinales entre el Espanyol y el Córdoba, con ventaja en el partido de ida para el equipo de Segunda. El próximo objetivo: igualar al Figueras, que llegó en 2002 a las semifinales, donde perdió ante el Deportivo, a la postre campeón de Copa con el famoso Centenariazo. Precisamente el Figueras, eliminó entonces al Córdoba en cuartos. ¿Una premonición?
Una fiesta aplazada
La ciudad, de unos 38.000 habitantes, se ha volcado con la hazaña de su modesto equipo. En la Copa, la afición esta saboreando una hazaña histórica después del severo varapalo del año pasado.
En el último partido de la promoción para ascender a Segunda División, el Guadalajara dio la sorpresa en Anduva remontando el tanto inicial para ganar (1-2). En la ida, los burgaleses vencieron (0-1), con lo que se veían ya en Segunda. El palo fue grandísimo, sobre todo para una ciudad que vive volcada con su equipo.
Cruce de caminos y habitual parada ferroviaría, esta localidad burgalesa a medio camino entre Vitoria y Logroño ha encontrado en su equipo de fútbol un pasatiempo para divertirse todos los domingos. Prueba de ello es que abarrota las 6.000 localidades del viejo Estadio Municipal de Anduva todos los fines de semana.
La entidad, tras el varapalo del Guadalajara, vuelve a estar de enhorabuena. Saben que su objetivo es el ascenso a Segunda División y, de momento, lo llevan bien encaminado. La Copa es un premio, es para disfrutar. Pero, llegado a este punto, ¿quién renuncia a más?
El Pichichi de Caja Círculo
La humildad de este equipo y las penurias que se viven en la Segunda División B se reflejan en su capitán y estrella, Pablo Infante. Como los sueldos que se ganan en la división de bronce de nuestro fútbol no da para muchas alegrías, Infante no ha abandonado su habitual trabajo, en una sucursal bancario de Caja Círculo, en la localidad burgalesa de Quincoces de Yuso.
Pablo Infante tuvo que marcharse ayer solo hasta Burgos en su coche particular y se perdió la fiesta de sus compañeros en el autobús, que festejaron por todo lo alto y con pizzas su histórica clasificación. Infante tuvo que trabajar, como todos los días, tanto el martes por la mañana como este miércoles, con lo que no podía viajar del equipo.
Por la mañana, un ejecutivo con corbata y por la noche un goleador con mucha clase. A Garrido lo sentenció con dos perlas en El Madrigal, pero no han sido las únicas. Ni Messi, ni Cristiano, el Pichichi de la Copa se llama Pablo Infante y ha anotado ya cinco goles, cuatro de ellos ante rivales de Primera División.
Espanyol o Córdoba es lo mismo, aunque en Miranda prefieren al equipo de Primera División, la gesta está ya hecha. El Mirandés ha escrito su nombre junto a otros equipos históricos como aquel Numancia de Lotina que osó desafiar al Barça de Cruyff.