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Tello y Cuenca, el futuro del Barça

Los canteranos están siendo la sensación del equipo azulgrana.

Los canteranos están siendo la sensación del equipo azulgrana.

Tienen en común la habilidad y el desparpajo propio de sus veinte años, pero sobre todo Cristian Tello e Isaac Cuenca han roto con una de las normas no escritas de La Masía, aquella que dice que quien abandona el club azulgrana difícilmente vuelve. La puerta la abrió Gerard Piqué, cuando se fue al Manchester United y volvió en el inicio de la era triunfal de Guardiola, y también Cesc Fàbregas, en el regreso más costoso de un jugador formado en la cantera.

Más modestas son las historias de Tello y de Cuenca. Tello se fue siendo cadete y Cuenca se fue no una, sino dos veces: como cadete y después como componente del Barça B entrenado por Luis Enrique. Tello nació en Sabadell y Cuenca en Reus. Ambos son de 1991, juegan como extremos y los dos pasaron por una de las escuelas de fútbol más reputadas de Cataluña, la del Damm, antes de volver al Barça.

En el caso de Tello estuvo a un paso de quedarse en el Espanyol, pero pudo pensar que tenía una deuda pendiente con aquellos que en el Barça creían que se había estancado como futbolista. El de Sabadell es un jugador extremadamente rápido, con capacidad de desborde, diestro, pero que maneja muy bien los dos pies. Se formó en el Can Rull de su ciudad natal y con doce años firmó por el Barcelona.

Fue a cambio de unas 10.000 pesetas al mes. Tello deslumbró como delantero centro, que es de lo que jugaba antes de que en la Damm lo reconvirtieran a extremo. Marcó 64 goles en una temporada, pero su progresión se frenó, se tuvo que ir, jugó un año con los cerveceros y la siguiente con el juvenil del Espanyol y con el filial blanquiazul.

"Me estanqué porque no tenía minutos", reconoció Tello en una antigua entrevista. El vallesano, fundamental en el triunfo de anoche ante la Real Sociedad, lo hizo tan bien en el Espanyol que le llovieron ofertas: primer equipo del Espanyol, Villarreal, Real Madrid y claro, también una del Barça.

Y Tello, que ya sabía que Pep Guardiola iba tras sus pasos, regresó y lo hizo por la puerta grande. Fue convocado para hacer la pretemporada en el primer equipo en 2010. Alguna lesión cortó su progresión, pero esta parece ser su temporada. Empezó en el filial en Segunda, debutó en Copa ante el L'Hospitalet, marcó su primer gol en la vuelta contra ese equipo, se estrenó en Liga ante Villarreal y en su primer partido como titular en la Liga, tardó nueve minutos en marcar. Así de rápido es Tello.

También se fue para regresar no una, sino dos veces, Isaac Cuenca. Nacido en Reus, Cuenca es un prodigio de la técnica. Cuentan que era capaz de recorrer el kilómetro de distancia que separa su casa de la escuela dando toques con el balón sin que este cayera. Llamó la atención de los ojeadores del Barça jugando en la escuela de fútbol del Reus y fichó por los azulgranas. Vistió la camiseta del benjamín A y del alevín B, pero a mitad de temporada con el cadete B, renunció.

Se cruzó en el camino de Cuenca otra joven promesa: el israelí Gai Assulin. Isaac no jugaba y volvió a casa. En Reus volvió a ganar confianza y el Damm salió al rescate y, como en el caso de Tello, lo pulió. En la temporada 2010-2011, Cuenca regresó al Barcelona para jugar en el filial, entrenado entonces por Luis Enrique. Tuvo presencia en los dos primeros partidos y tras el partido jugado con el Sabadell, el técnico de los arlequinados Lluis Carreras se interesó por él y fue cedido al equipo de la Nova Creu Alta.

Allí fue la sensación del año en el que el Sabadell consiguió el ascenso a Segunda División, según Efe. Regresó al Barça, pero todo ha ido más rápido de lo que podía esperar. Estreno con el primer equipo en Liga (Granada), estreno como goleador (Mallorca), estreno en Champions (Viktoria Plzen) y contrato con el primer equipo. 

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