El Inter está en caída libre. El viernes fue humillado (0-3) por el Bolonia en casa, un equipo que está luchando por la permanencia. A ello se une el triunfo del colista, el Novara, en San Siro, y la goleada (4-0) encajada en el Olímpico de Roma. La afición reclama la vuelta de Mourinho.
La llegada de Ranieri habían mejorado las prestaciones del equipo, que coqueteaba con el descenso. Su auge, coincidiendo con la ausencia de Wesley Sneijder, ha sido efímero y ahora se está viviendo una auténtica pesadilla en la entidad.
El extécnico de Valencia y Atlético se juega su continuidad en la eliminatoria de Champions ante el Olympique de Marsella, mientras en el Calcio ha tocado fondo. Su imagen ante el Bolonia fue la de un equipo muerto, sin alma ninguna.
Además, tras el partido, unos 200 aficionados del Inter acudieron al parking del Giuseppe Meazza para exteriorizar su enfado. Los hinchas hicieron cánticos a favor de José Mourinho y Lele Orialli, mientras pedían el alejamiento del director deportivo, Marco Branca.
El clima se ha ido caldeando y los gritos han ido en aumento. Incluso, los hinchas pagaron su rabia con el coche de Ernesto Paolillo, administrador delegado y director general de la entidad. Finalmente, la presencia policial evitó que la situación fuera a mayores.
Escupitajo de Castaignos
A la pésima imagen del equipo, se une la acción censurable de Luc Castaignos, que escupió al jugador del Bolonia Andrea Raggi, en un síntoma de la desesperación de los nerazzurri. El banquillo del Bolonia se dio cuenta y saltó como un resorte para recriminar la acción, que le puede costar varios partidos de suspensión.