El Barcelona se juega la temporada ante el Milan de Allegri en la vuelta de los cuartos de final de la Champions (20:45/TVE1). Es una auténtica final y así lo ha dicho el capitán del club culé, Puyol, y así lo ve Guardiola. El principal problema para los azulgrana es el resultado que obtuvo en la ida (0-0). Un marcador que invita al miedo: quedar eliminados de manera precipitada.
Un temor basado en el equipo rival y en el propio. Por primera vez en mucho tiempo, el Barça camina con inseguridad en la Champions.
Xavi y Cesc, dudas
Xavi Hernández y Cesc Fábregas son las principales dudas para el choque. Estas posibles bajas formarían un agujero en el centro del campo culé. El primero sufre molestias desde que en el partido de ida Seedorf le diera un golpe que le provocó un dolor en el soleo de la pierna derecha. El futbolista blaugrana tuvo unos minutos en el duelo frente al Athletic para probarse y no lo pasó bien. Lleva dos días sin entrenar y, si es titular, estará mermado físicamente.
Este es un serio problema porque el Barça es menos Barça sin el de Terrasa. Una ausencia en la que el mejor sustituto siempre ha sido Cesc. De ahí que esta doble baja sea un gran problema para Guardiola. El de Arenys sufre molestias en la espalda.
Sin ambos, el entrenador culé debería inventarse un centro del campo nuevo (Busquets, Keita, Thiago e Iniesta) o un nuevo sistema.
Sin recambios
Si finalmente Xavi y Cesc juegan, genera otro problema a Guardiola: el de no tener un banquillo profundo con el que revolucionar un partido tan complicado como éste. Hace tiempo que el técnico culé hace malabarismos para poder revolucionar los partidos cuando así lo necesita. De hecho, en Milán sólo pudo realizar dos cambios: Pedro y Tello suplieron a Iniesta y Alexis. Salvo Cesc, en el banquillo azulgrana no había ningún otro recambio de peso con carácter ofensivo. El resto de los suplentes los formaban Thiago, Montoya, Muniesa y Pinto.
Para hoy, si los tocados juegan, el banco estará formado por estos hombres más Adriano. Escasa dinamita para un equipo que podría necesitar remontar un resultado adverso.
El efecto Inter
La última vez que el Barça se enfrentó a una situación como la actual (un resultado adverso en la ida de la Champions), los culés cayeron eliminados frente al Inter de Milán de José Mourinho. En aquella ocasión, el duelo en San Siro acabó con un rotundo 3-1, pero en la vuelta los culés no lograron superar el entramado defensivo del Inter pese a la expulsión de Motta.
Aunque la experiencia de los jugadores ha crecido notablemente en estos últimos dos años, es cierto que en el Camp Nou existe el temor a que pasen los minutos y los culés no consigan abrir el marcado, una situación en la que los conjuntos italianos se manejan a la perfección.
La maldición de la estadística
Los números tampoco están a favor del Barça. Las estadísticas hablan de un choque no muy favorable para los culés. El Milán nunca ha perdido ninguna de las eliminatorias de Copa de Europa en la que el primer resultado ha sido un 0-0 como local. Además, la Champions en su formato actual nunca ha sido ganada dos veces consecutivas por un mismo equipo.
El retorno de Ibrahimovic
Otro elemento que no invita al optimismo es el retorno de Ibrahimovic al Camp Nou. Será la primera vez que el sueco jugará en su exestadio después de su polémica salida de Barcelona. Tendrá ganas de revancha sobre un césped que le permitirá ser más peligroso que en la ida.
El 11 rossoneri no pudo desplegar todo su juego de delantero solitario en San Siro, en parte, por los problemas con el césped. De hecho, la ocasión más clara para el cuadro local llegó de sus botas, remate en el que un inesperado resbalón impidió chutar con fuerza ante la salida de Valdés.
Además, el Barça atacará con más intensidad que en Italia, lo que dejará más espacios para que haga su fútbol de espalda a la portería y crear, por tanto, mejores contragolpes contra los culés.
El efecto Pato
Para sorpresa de catalanes y lombardos, Pato, delantero brasileño del Milan, estará en la convocatoria. Recuperado milagrosamente de una lesión que se suponía, le alejaba del resto del campeonato, su presencia será un acicate para los suyos.
Podría ser titular en lugar de Robinho o disputar minutos en la segunda mitad cuando, si el resultado es favorable para los visitantes, haya más opciones de aprovechar los espacios blaugrana con peligrosos contragolpes.