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La sequía de los segundos espadas dispara la 'Messidependencia'

El argentino ha marcado 58 de los 154 goles que lleva el Barcelona esta temporada.

El argentino ha marcado 58 de los 154 goles que lleva el Barcelona esta temporada.
Leo Messi, tras un partido de la Champions. | Archivo

Arrollador en lo que va de curso, el argentino Leo Messi ha marcado más de un tercio de los tantos de su equipo, brillando más que nunca, pero ocultando al mismo tiempo los escasos registros del resto de sus compañeros. De cara al tramo clave del año, el Barça aguarda los goles de sus segundos espadas.

Sufren los azulgranas este curso para resquebrajar defensas enquistadas o rematar partidos que dominan. Colgados de la magia de Messi, prestidigitador en todas las facetas, el rosarino acumula 22 asistencias y 58 goles de los 157 de su equipo, con aún diez partidos por delante, uno más de llegar a la final de Múnich.

Pero la tiranía del gol impuesta por la Pulga ha ocultado una cifra reveladora, quizás una de las razones que explican las dificultades del Barça en determinados partidos. Esos mismos problemas que le sitúan seis puntos por detrás del Real Madrid. Disputadas 31 jornadas de Liga, Cristiano Ronaldo (37 goles) y Messi (36) protagonizan una lucha inhumana por el pichichi. Pero es en los actores secundarios donde podría estar la llave para conquistar el título. El factor diferencial que conduzca al alirón, destaca el periodista Àlex Cubero en una información de la agencia EFE.

Al analizar la tabla general de goleadores, Higuaín (20 goles) aparece en el tercer puesto, mientras que Benzema (17) lo hace en el quinto lugar. Para encontrar otro azulgrana además de Messi hay que buscar más abajo. Xavi (10) es duodécimo, seguido de Cesc Fàbregas (9) y Alexis Sánchez (8). El siguiente es David Villa (5), lesionado desde diciembre. Entre los cuatro azulgranas suman 32 goles, cifra que ni siquiera iguala los 36 de Messi. Algo que sí ocurre en el Madrid, donde sólo la dupla Benzema-Higuaín ya equilibra los 37 de Ronaldo.

Más contrasta aún la estadística al examinar las temporadas anteriores. En el pasado curso, por estas mismas fechas, Cristiano y Messi empataban a 29 goles, pero sus escuderos eran otro cantar. Mientras los tres mejores anotadores azulgranas por detrás del máximo goleador de la plantilla reúnen hoy 27 goles, en los tres primeros años de Guardiola se situaban en 37, 29 y 41 goles.

En el curso 2010/2011, Villa (17), Pedro (13) e Iniesta (7) aparecían entre los veinte mejores goleadores en esta jornada. Mucho mejor que los madridistas Benzema (10) e Higuaín (7). Y en la temporada 2009/10, más de lo mismo. En el mes de abril, a los 27 goles de Messi se añadían 15 de Ibrahimovic, ocho de Pedro y seis de Keita como destacados anotadores. Exactamente un año antes, Eto'o (26) lideraba los mejores registros de la plantilla, seguido del trío formado por Messi (20), Henry (16) y Xavi (5).

Hoy el Barça se agarra a Messi, inspirado hasta lo inimaginable, protagonista de una quinta parte de las acciones ofensivas en Liga (159 de 507 remates), a la espera de que el resto de atacantes se reconcilien con las musas. Sin los lesionados de larga duración (Villa y Afellay), el Camp Nou aguarda los zarpazos de Pedro y Alexis.

El tinerfeño, cuyo don era estar en el lugar y el momento indicado en la cita con el gol, se convirtió en 2009 en el único jugador en marcar en seis competiciones oficiales. En los anteriores cursos rondó 22 o 23 goles en total. Hoy suma siete, lastrado por lesiones que le han restado regularidad y presencia como titular. El chileno Alexis ha convencido a la afición, ha absorbido el idioma Barça y se entiende bien con Messi. Pero en la cara oculta se esconden los problemas musculares y la pobre efectividad goleadora, un 0,35 de media (11 goles en 31 apariciones en partidos oficiales).

Eso ha dado más presencia goleadora a centrocampistas como Xavi o Cesc, así como a canteranos como Tello (3 goles) e Isaac Cuenca (2). Y, claro está, a Messi. En el global de la eliminatoria ante el Milan, marcó dos de los tres tantos y monopolizó ocho de 13 remates a puerta. Entretanto, el Camp Nou celebra el momento álgido de su estrella, sin llegar a saber si ha sido el despegue de Messi lo que ha eclipsado al resto o, si al contrario, son los exiguos registros de sus compañeros los que han obligado a Leo a echarse el equipo a la espalda como nunca. Es la bendita y maldita 'Messidependencia'.

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