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EL GENIO HABRÍA CUMPLIDO 55 AÑOS

"Seve se hizo el 'longuis' y no devolvió la Chaqueta verde"

La jefa de prensa del European Tour y amiga personal de Severiano Ballesteros habla para LD este lunes, en el día en que cumpliría 55 años.

La jefa de prensa del European Tour y amiga personal de Severiano Ballesteros habla para LD este lunes, en el día en que cumpliría 55 años.

María Acacia López-Bachiller, jefa de prensa del European Tour para España, que comenzó con el propio Severiano Ballesteros en La Manga con la celebración del Open de España de 1974 y que ha vivido diferentes Ryder Cup con él, es una auténtica enciclopedia del golf. Ha tenido la amabilidad de concedernos una entrevista este 9 de abril, nada más concluir el Masters de Augusta, el día en que Severiano Ballesteros cumpliría 55 años.

Seve, magia en estado puro, es un auténtico genio del golf con 96 títulos en su carrera: cinco grandes (dos Masters y tres Abiertos Británicos), cinco Ryder Cup, cinco campeonatos del Mundo Match Play y dos Copas del Mundo con España. Además, tiene seis títulos de la Orden de mérito del Circuito Europeo y es miembro del Salón de la Fama del golf desde 1999. María Acacia López-Bachiller analiza su figura en una entrevista en exclusiva para Libertad Digital.
 

Pregunta: Termina una nueva edición del Masters, primera sin la figura de Seve. ¿Cómo la has vivido?

Respuesta: He estado leyendo con mucha atención todas las crónicas de este Masters y compruebo que coincido con muchísima gente. ¡Qué mejor homenaje a Seve que la victoria de Bubba Watson! Más si cabe después del segundo golpe en el hoyo decisivo del play-off. Un golpe al alcance de muy pocos. Yo diría que fue un golpe típico de Seve, un golpe de genio como el que nos tenía acostumbrados. Sinceramente, lo he visto repetido en varias ocasiones y, cerrando los ojos, se puede llegar incluso a ver a Seve.

P: Has vivido unas cuantas Ryder Cup, competición que siempre ha tenido un "significado especial" para Severiano Ballesteros. Tan especial que en 2000 creó incluso el Seve Trophy, una competición similar a la propia Ryder que enfrenta a los equipos de Islas Británicas contra el resto de Europa Continental...

R: Así es, la Ryder Cup era lo más. Aún habiendo ganado cinco grandes, la Ryder era su competición, donde aún no siendo el capitán oficial, sí lo era realmente. Había que verle cómo lo sentía, cómo animaba al equipo, cómo lo escuchaban, era el auténtico alma del equipo.

He vivido con él la de 1989 en Sutton Coldfield que acabó con empate; la del 91 en Kiawah Island, en Carolina del Sur, donde los americanos ganaron en el último partido con el célebre putt fallado por Bernhard Langer, de donde tengo dos escenas inolvidables. Durante los primeros partidos, jugadores como Woosnam, Langer, Faldo, etc. no terminaban de arrancar y Seve, enfadadísimo, se dirigió a la prensa y se despachó a gusto diciendo: "O mis compañeros se espabilan o así no tenemos nada que hacer". Palabras que calaron tan hondo que en los partidos de la tarde se ganaron tres y se empató uno. Posteriormente y tras el comentado putt de Langer, estábamos todos en el Team Room, en esa edición yo era la jefa de prensa del equipo europeo y Seve fue el último en entrar. Tenías que ver a todos llorando desazonadamente, todos culpándose de la derrota y en especial Langer. Entonces Seve se dirigió a ellos y les dijo: "Esta Ryder la hemos perdido todos".

En la del 93, que pasó sin pena ni gloria en Sutton Coldfield, Seve estaba con un catarro muy fuerte, hasta el punto de que pidió no jugar el segundo día por la tarde. En el 95, edición que ganamos a los americanos en Rochester, en Nueva York, ya el juego de Seve era bastante errático, pero el propio capitán al concluir le dijo: "Seve te brindamos esta Ryder, por todo lo que has hecho por el equipo". Seve tenía la facilidad de hacerte sentir en el cielo o de que te creyeras lo más insignificante y pequeño de la tierra".

Y la del 97 en Valderrama, para mí fue su Ryder. Yo creo que fue la semana más intensa de su vida. Se encargó de todo, de las reuniones, de la preparación del campo, de los menús; es decir, todo pasaba por su control. Todos los días nos reuníamos Michael Platt, Seve y yo, tomando un café y planificábamos todas sus apariciones ante la prensa, etc.

Esa edición fue especial. Teníamos una sala de prensa preparada para 450 periodistas, los fotógrafos en el segundo piso, una planificación de lo mejor que yo he visto. Fue la edición en la que Tom Kite, capitán americano, dio la oportunidad al propio Tiger Woods y en la que la clave de la victoria estuvo en Seve, en la planificación, en los emparejamientos, donde le ganó la partida de principio a fin a Kite. Se la jugó en diferentes ocasiones y demostró una vez más que era un auténtico genio.

P: Esta semana hemos comentado que la Chaqueta verde se queda en poder del ganador durante el año de su reinado, teniendo que devolverla después al Augusta National, donde la puedan lucir durante la cena de campeones, y que sólo Arnold Palmer se la había quedado en su poder. Pero eso no es del todo cierto, ¿no es así?

R: Efectivamente. Seve, una vez concluida la cena de campeones, se hizo el longuis y se la trajo. Aunque se la reclamaron muchas veces, no la devolvió. De hecho, yo la he visto en su casa de Pedreña.

P: También hay una anécdota con José María Olazábal, que ganó la Chaqueta verde en 1994 y 1999...

R: Así es. La chaqueta lleva en su interior el nombre de cada uno y, en el caso de Chema, lleva el nombre equivocado. En vez de poner 'José María Olazábal', pone 'José María Olazabel'.

P: ¿Ves a alguno de los jugadores españoles con cierto parecido a Severiano?

R: Mira, lo he hablado muchas veces con jugadores de la talla de Manolo Piñero, José María Cañizares, etc. Todos ellos comenzaron como caddies y coincidimos en que las ganas de luchar y salir adelante, la propia necesidad, no es la misma. Ahora no es igual. Independientemente, la figura de Seve es única, yo creo que tienen que pasar de una a dos generaciones para que con un poco de suerte vuelva a salir otra figura igual o parecida. Este tipo de figuras no se hacen, nacen.

P: Por último, ¿qué te han parecido las palabras de Sergio García del mismo sábado, que todos pensábamos eran fruto de un calentón, pero que él mismo ratificó con total serenidad el domingo, cuando comentó: "Tras 13 años como profesional, hoy me he dado cuenta de que no tengo nivel para ganar un grande"?

R: Pues que estoy totalmente en desacuerdo con ellas. Muchos de los ganadores de grandes no lo han conseguido hasta los 34 años y él tiene en este momento 32, luego aún le queda tiempo. Pero con independencia de esto, Sergio tiene golf y calidad suficiente para ganar no un grande, sino varios. Siempre lo he dicho y me mantengo en ello.

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