Este bailecito retrata la calidad moral de los dos sujetos, que son dos niños caprichosos que solo saben moverse por un campo de fútbol (y a duras penas). Estos son los ídolos actuales. Y luego se las dan de saber ganar. ¡¡¡Que vergüenza!!!
Si los que bailan son el Cristianito y el mono de Marcelo _Sandoval- se calla.
Que pasa, te meten 7 y hay que llorar?
Cuanto hipocrita!!
Eso te pasa por pelota, infeliz. Ahora no te acuerdas, pero anteayer se te caía la baba y decías aquello de “son tan buenos que no puedes quitarle la pelota ni con la mano”. Y claro, con ese derrotismo te toman por el pito de un sereno, como a casi todos los equipos, que les habéis jugado normalmente contra el Barcelona poniéndoles alfombra roja y abriéndoos todo lo que podíais para que entraran a placer y os clavaran cuantos más goles mejor. Ahora no os quejéis. Haber tomado ejemplo de Osasuna, que dio una lección táctica de cómo hay que plantearle un partido al pluscuamperfecto Barcelona, y que demostró que con una buena presión defensiva en su campo no son tan invencibles como la prensa pretende hacernos creer. Si todos los equipos, Rayo incluido, se le hubieran enfrentado con esa actitud, y no rendidos de antemano, la “leyenda” del Barsa de Guardiola no habría pasado de urbana.
Sí, qué pena que Guardiola sea andorrano. Aunque el charnego se esfuerza para integrarse aprendiendo dos leguas españolas.
Todo este debate no es más que una soberana estupidez. Te pueden gustar más o menos las celebraciones ridículas de algunos futbolistas, pero, al final, no son más que eso, tonterías. A mí no me gusta pero, allá cada cual. Y, sobre todo, dejar caer que es una provocación para el público es una auténtica infamia. Desgraciadamente las hinchadas no necesitan esos estímulos para comportarse como unos cafres. Aplíquense aquello de 'no ofende quien quiere, sino quien puede'. Y no saquen las cosas de quicio, por favor, que es un juego, un deporte, un pasatiempo, no es algo por lo que merezca la pena llevarse un mal rato.