El Borussia Dortmund ha ganado la Copa de Alemania dando un golpe de autoridad en la final al golear al Bayern Múnich (5-2), logrando así el primer doblete de su historia. Ya muy pronto se vio que el Dortmund se ha convertido en una especie de una maldición para el Bayern que venía en plan de revancha y, como había dicho el francés Franck Ribery, con "rabia en el estómago".
En el minuto 4 la rabia tuvo que aumentar cuando, tras una pérdida de balón de los bávaros muy cerca del área, se produjo el primer gol del Dortmund. El autor fue Shinji Kagawa, que marcó sin dificultades tras recibir un centro del polaco Jakub Kuba Blaszczykowski, con una defensa bávara completamente desordenada
El Dortmund había llegado al partido con esa mezcla de humildad y descaro con el que ha dominado la Bundesliga en las últimas dos temporadas y el gol tempranero le daba todavía más confianza para hacer su fútbol, basado en una presión asfixiante en todo el campo y en juego vertical y rápido cuando está en la posesión de la pelota.
El Bayern tenía pocos espacios y con frecuencia tuvo que recurrir a pelotazos largos buscando a Mario Gómez. En uno de ellos, en el minuto 8, Gómez estuvo cerca de marcar pero perdió por milímetros el mano a mano con el meta Roman Weidenfeller. En el segundo duelo entre Gómez y Weidenfeller, el meta del Dortmund no llegó a la pelota sino al pie del delantero bávaro ante lo que el árbitro central, Peter Gagelmann, pitó penalti.
Arjen Robben, que había fallado una pena máxima en el partido en el que el Bayern tuvo que dar por perdida la Bundesliga ante el Dortmund, lo transformó sin dudar. Gómez, tras una pérdida de balón de la defensa del Dortmund, tuvo, en el 29, una buena oportunidad para poner en ventaja al Bayern pero remató por encima de la portería, según informa EFE.
El Bayern había empezado a jugar mejor, pero la maldición lo perseguía y en el 41 el Dortmund volvió a irse en ventaja cuando Mats Hummels hizo el segundo al convertir un penalti que se generó en una falta de Holger Badstuber contra Kevin Grosskreutz. Antes de que los equipos se fueran al descanso, las cosas se pusieron todavía más difíciles para el Bayern cuando el polaco Robert Lewandowski marcó al tercero tras un gran pase de Kagawa.
En el segundo tiempo, el Bayern salió buscando la remontada y logró poner el balón en la mitad contraria pero a costa de darle al Dortmund muchos espacios para el contragolpe. En uno de ellos, conducido por Kagawa, llegó el cuarto, en el minuto 58. Lewandowski fue el autor del gol.
Con el 4-1, el Bayern trató da sacar toda la casta para no dejarse masacrar mientras que el Dortmund empezó a divertirse y a darse lujos sintiendo que la fortuna estaba de su lado. La sensación de que había, para el Bayern, una maldición en el ambiente volvió a sentirse en el minuto 68 cuando Mario Gómez, desde excelente posición, remató de cabeza contra el larguero.
Sin embargo, el Bayern no se entregó y el descuento llegó el gol de Ribéry tras una jugada individual. Si hubo esperanzas de remontada, estas duraron poco. En el 81, Lewandowski hizo el quinto coronando la mejor temporada de la historia del Dortmund.
El Dortmund confirma su reinado en Alemania
Tras dos Bundesligas consecutivas y cinco victorias seguidas sobre los bávaros hay mucho que apunta a un cambio de mando en el fútbol alemán.
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