Se acabó la Liga. Tras 38 jornadas, Villarreal, Sporting de Gijón y Racing de Santander son equipos de Segunda división. El descenso del equipo cántabro ya se sabía semanas atrás pero lo de los asturianos, que han perdido contra el Málaga (1-0), y castellonenses, derrotados por el Atlético (0-1), se ha confirmado este mismo domingo. Las lágrimas, sobretodo en El Madrigal, no han cesado una vez terminado el partido.
Por otra parte, la alegría de la jornada se la han llevado el Zaragoza, Rayo Vallecano y Granada, que seguirán un año más en Primera. El equipo maño ganó en el Coliseo al Getafe de Luís García (0-2) mientras que los madrileños jugaron contra los granadinos en un partido de infarto que acabó llevándose el equipo de Sandoval (1-0). Los de Abel Resino, a pesar del resultado, se vieron acompañados por resultados ajenos a su encuentro y permanecerán un año más en Primera.
Desolación en El Madrigal
Villarreal y Atlético afrontaron el partido con mucha intensidad (0-1), conscientes de lo mucho que se jugaban ambos, aunque sólo los locales dependían de sí mismos. El conjunto de Lotina trató de llevar la iniciativa en un choque denso, con muy pocos espacios y mucha batalla en la medular. Las ocasiones llegaron con cuenta gotas en esta primera parte, si bien el Villarreal puso algo más.
En la reanudación, salió más ambicioso el equipo de Simeone, que pudo inaugurar el marcador en un zapatazo del brasileño Filipe Luis, que sorprendió con su llegada en el segundo palo, pero su disparo de volea rebotó en el larguero. Apenas tres minutos después fue Salvio quien pudo marcar para el Atlético, tras una buena acción desde la frontal desde donde se sacó un duro disparo que obligó a lucirse a Diego López para evitar el 0-1.
Tras unos inspirados minutos de los rojiblancos, el Villarreal consiguió que el partido volviera a igualarse y tuvo su gran oportunidad en un libre directo lanzado por Marcos Senna, pero el meta Courtois evitó el gol de los locales, según Efe. En el tramo final del choque, el Atlético se hizo dueño y señor del partido y Falcao fue el autor del único tanto del partido.
A partir de ese momento, la afición del Villarreal estuvo más pendiente de la radio y de lo que hacía el Rayo, ya que con los resultados que se daban en ese momento un tanto del conjunto vallecano mandaba a Segunda al Villarreal. Y llegó el tanto del Rayo. El presidente Fernando Roig abandonó hundido el palco. No quiso ni ver los últimos minutos de su equipo. Marco Rubén de cabeza tuvo el empate pero el balón salió fuera y se consumó la tragedia para el Villarreal.
Tamudo, el héroe de Vallecas
El Rayo Vallecano ha logrado una agónica victoria frente al Granada (1-0), gracias a un tanto de Raúl Tamudo en el tiempo de descuento, que permite al conjunto madrileño seguir en Primera División una temporada más, al igual que al equipo andaluz, que logra la salvación por la derrota del Villarreal.
Con la agonía de haber llegado a la última jornada sin la permanencia conseguida, Rayo y Granada se midieron en Vallecas en un partido de alto voltaje futbolístico. Primero, por el ambiente creado en el estadio, con todo el aforo completo, y segundo, por la agonía de dos equipos recién ascendidos a Primera necesitados de puntos para permanecer en la máxima categoría.
Arropado por su afición, el Rayo salió con más empuje al césped que su rival, pero fue el Granada quién se acercó más a la meta contraria. La primera parte acabó sin goles. En la segunda mitad, el Rayo volcó su juego sobre la meta rival. A los 60 minutos, el conjunto madrileño pudo adelantarse después de una jugada individual del brasileño Diego Costa, que lanzó un disparo dentro del área que Julio Cesar despejó y cuyo rechace a punto estuvo Michu de recoger.
Mediada la segunda mitad los nervios fueron apoderándose de ambos equipos, lo que derivó en numerosas imprecisiones en la salida del esférico. El que más lo siguió intentando fue el Rayo. Los locales encontraron la recompensa en el descuento con un tanto de Raúl Tamudo, que remató de cabeza al fondo de las mallas un balón que previamente se había estrellado en el palo, y que sirvió para ganar el partido y mantener la categoría.
Gesta del Zaragoza
El Zaragoza ha certificado la permanencia en Primera División tras vencer al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez, gracias a los goles de Apoño y del portugués Postiga (0-2).
Los primeros compases fueron de color local. Suya fue la posesión en el comienzo aunque no lograba plasmar de forma clara esa superioridad. Esa falta de ideas espoleó a los zaragocistas que, empujados desde la grada por su afición, comenzaron a asomarse por el área de Moyá. Con la calma sobrevolando Getafe, llegó una de las acciones que marcaría el devenir del partido. Sarabia era derribado por Lafita en tres cuartos de campo. La falta incendió los ánimos del azulón que, tras protestar ostensiblemente en dos ocasiones, veía la doble amarilla de forma consecutiva.
Con diez, los azulones renunciaron al balón, que pasó a los pies de los visitantes. El tiempo de asueto le sirvió al Zaragoza para volver al césped con ganas de comerse el mundo, una intención que ejemplificó el cambio de Luis García por Zuculini. El acoso obtendría su premio. Una internada por banda derecha de Postiga terminaba en penalti tras impactar en la mano de Miguel Torres. El defensa vio la segunda cartulina amarilla y dejó a su equipo con nueve.
Apoño asumió la responsabilidad desde los once metros y con la fiabilidad que le suele acompañar en este tipo de lanzamientos subió el primer tanto al marcador ante el delirio de la grada, que entró en éxtasis y animó si cabe con más fuerza. El sufrimiento de los maños hizo acto de presencia cuando Güiza remató por encima del larguero completamente solo y posteriormente al ver como Dujmovic era expulsado por derribar a un contrario en el centro del campo, imagen que repetiría con idéntico resultado cuatro minutos después Miku.
En pleno estado de locura colectiva, llegaba la guinda con un gol de Hélder Postiga, cuyo lanzamiento superaba a Moyá por alto tras tocar en un defensa. Con el pitido final, los maños lograban lo que muchos habían dado por imposible al finalizar la primera vuelta. Sus veintiocho puntos desde enero se convertían en números suficientes y meritorios para permanecer, un año más, entre los mejores de España.